Capítulo 13

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Despertarme por tener sus brazos enredándose en mi cuerpo no fue como había esperado despertar, pero tampoco me quejaría.

—¿Qué haces? —pregunté sin siquiera esforzarme por abrir los ojos.

—De pequeños solía despertarte a patadas —no pude evitar reír al recordarlo —, pero ya no más.

—Al parecer, estamos abandonando muchas viejas costumbres.

Al dignarme a verlo, me enfrenté a su expresión de confusión.

—De pequeños preferías estar con Lucas mientras que ahora pasar el tiempo conmigo te parece más tentador —comencé a decir —. Antes un beso mío te habría hecho darme un empujón de aquellos, pero ahora te pierdes en mis labios —no dudó en acercarse a ellos.

—Me alegra ver cuánto han cambiado las cosas —besó mis labios y sentí algo duro contra mi cadera. Al dirigir mi mano hacia allí para ver de qué se trataba, me encontré con que la situación no era la misma a comparación de la de anoche; sus calzones ya no existían como barrera entre nosotros —. Antes no me hubiera imaginado cómo era tenerte para mí.

—¿Y ahora?

Uno de sus brazos rozó mis senos con su sonrisa perversa y me contuve de besarlo hasta que no me diera una respuesta.

—Ahora ya no puedo olvidarlo.

Entonces, me prendí de sus labios sin pensarlo y me monté sobre él. Para nuestra suerte, su móvil comenzó a sonar pero él no parecía tener intenciones de responder al llamado. Tras una segunda insistencia, me aparté de él.

—Podría ser algo importante —le dije.

—Te aseguro que "eso importante" es tu hermano molestando desde temprano.

—Khalan...

Luego de presionarlo un poco más, acabó rindiéndose y cogiendo el móvil de su mesa de noche.

Si llegaba a tener razón y era mi hermano molestando, lo asesinaría por haber interrumpido este momento.

—Es Lucas —confirmó, y maldije a mis adentros. Me interpuse entre él y aquel artefacto, y su cuello fue mi próxima víctima. Si ya había causado daño ayer, ¿qué más daba hacerlo un poco más hoy? —. Está fuera.

Detuve todo movimiento que me encontraba haciendo, permaneciendo inmóvil en mi lugar mientras procesaba lo que acababa de decir.

—Regresa a la habitación de Somi —se mostró decidido, contrario a mi pánico interno.

—Mi ropa está en la sala de estar.

—Hazte la dormida —comenzó a vestirse —. Yo me encargo.

Rápidamente, me encontré sola en su habitación y me apresuré en vestir mi ropa interior. Abrí la puerta con cuidado y, al no percibir la voz de mi hermano, me dirigí a hurtadillas hacia la habitación de Somi. Cubrí mi cuerpo hasta por debajo de la nariz con las cobijas y, tan pronto distinguí su voz, jugué a hacerme la dormida.

—Despierta, dormilona —«Si es que puede ser insoportable», pensé —. No suelo ser yo quien te despierte. Más bien, tú a mí.

—Déjame en paz —gruñí.

—Bien —dudosamente, pareció darse por vencido —. Deberás recargar tus energías para la fiesta de esta noche.

Abrí los ojos y clavé mi mirada en él.

—¿De qué hablas?

Lucas frotó su nuca y se giró hacia Khalan.

—¿No le has contado?

DOMINANTE (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora