Capítulo 10

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Por primera vez en mucho tiempo, me sentía libre. Es como si aquella promesa hubiera sido una atadura que me había tenido encerrada en un castillo y me hubiera privado de vivir la vida de la forma en que quería. En parte, sabía que ignorar todo a mi alrededor de esta forma era como vivir en un mundo de fantasía que acabaría en algún momento, pero no podía rechazarlo ahora. Mucho menos, ahora que había experimentado algo tan celestial como lo de ayer.

Golpearon la puerta de mi habitación y, al ceder el permiso, mi hermano se apareció.

—¿Podemos hablar?

Tras asentir, tomó asiento en la cama y se acomodó en ella para verme.

—Lamento mi comportamiento de ayer —se disculpó —. Me preocupé por ti y eso dejó a relucir lo peor de mí.

—¿Te preocupaste por mí o por creer que había pasado la noche con Khalan?

Lucas frotó su nuca, nervioso.

—No puedo encontrarme con tu peor versión cada vez que crees que estoy con alguien —le dije —. Yo no me involucro en tu vida sentimental, Lucas.

Él asintió.

—Tienes razón, no es justo —dijo, lo cual me alivió demasiado —. En tanto no te acuestes con ninguno de mis amigos, no habrá problemas.

Mierda.

Tragué grueso. Las veces que había visto a mi hermano realmente enfadado no había sido demasiadas, pero debía admitir que no era algo que quisiera volver a presenciar.

Lucas se puso de pie y, justo cuando estaba por largarse de mi habitación, se volteó a verme.

—Oh, casi lo olvido. Antes de que regresaras de Suiza ya habíamos organizado un viaje en furgoneta, y todos insistieron en invitarte —todos menos él, al parecer... —. Y estaría bien tenerte con nosotros como en los viejos tiempos.

Eso me agradaba más.

—¿Dónde han decidido ir?

—No es tanto el lugar, pero el evento —se lo oía entusiasmado, por lo que no tomó demasiado contagiármelo —. Magia, autos chocadores, algodones de azúcar... Será una locura.

Una locura sí. Pero también algo desafiante.

—¡Cena con los Park en diez minutos! —oímos el grito de nuestra madre y nos observamos, confundidos.

—¿Cena? —cuestionamos al unísono.

*

—Creímos que pasaríamos nuestras últimas horas armando las maletas —Wonhee bebió su shot de Soju, largando un sonido de agrado —, pero me necesitábamos un descanso.

—No sabía que tendrían una luna de miel en Hawaii —habló Lucas.

—Luna de miel con una adolescente. Que la suerte nos acompañe —rio el señor Park, pero su hija rodó los ojos.

—Podrían haberme dejado como a Khalan y tendrían su luna de miel de ensueño —como ya se sabía, Somi no era de las que callaba.

—Él ya es mayor de edad, y no le dejaremos la responsabilidad de cuidarte cuando es nuestra —en su situación y con su edad, yo hubiese actuado de la misma manera —. Además, ya verás qué bien te lo pasas.

Divisé a mi hermana darle una miradita comprometedora a Khalan y me preguntaba a qué venía eso.

—Bri, cariño —Wonhee interrumpió mi análisis visual —, ¿sería mucho pedir que nos acompañaras al aeropuerto? Necesito de tu ayuda con algunas cosas de mujer a mujer.

DOMINANTE (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora