Capítulo 23

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Su sonrisa era hipnótica, y sus hoyuelos extremadamente adorables. Podría perderme horas admirando cosas tan básicas como el bronceado de su piel, cómo sus ojos desaparecían por completo cada vez que reía, o cómo chequeaba que los platos de la cocina estuvieran relucientes luego de limpiarlos.

—Le quitarás la belleza de tanto que lo contemplas —de ser eso posible, tal vez sería una pequeña ayuda para dejar de verlo tan atractivo.

—Si eso logra que mis sentimientos por él desaparezcan, no me detendré.

—Ha pasado una semana, Bri —sabía que Pom no me diría nada que ya no hubiera pensado antes —. ¿No crees que ya es hora de olvidarlo?

Sí. Me había hecho la misma pregunta unas veinte veces en la última hora, pero es que tener que verlo constantemente no me ayudaba a lograrlo. Cada vez que lo veía, lo único que sentía era un dolor inhumano en el pecho que se iba intensificando con el pasar de los días.

—Asumo que estará intentándolo —Irina respondió por mí —, pero olvidar a alguien nunca es tarea fácil. Especialmente, cuando vivieron algo muy intenso bajo el concepto de 'amigos'.

—Tal vez, encontrarle un reemplazo a tus deseos sexuales pueda servir de algo.

Clavé la mirada en ella. No negaría que lo había pensado, pero no era justo para nadie, incluyéndome. Ser responsable de lo que sentía también era una forma de no huir como cobarde.

—Alex parece estar bien dotado.

Ahora, me giré hacia Irina para verla fijamente.

—¿Qué? —se mostró inocente —No es mentira.

—Alex ya me ha ayudado lo suficiente como para continuar involucrándolo en todo esto —expresé —. Y buscar un reemplazo no será una solución. Solo me recordará que no estoy con la persona que me gustaría.

Las tres suspiramos al unísono.

Jamás creí que sentir algo por alguien fuera a ser tan doloroso.

—¿Quién es ella? —seguí la mirada de Pom y una morena reluciente se había adentrado a mi patio trasero.

Era bonita. Demasiado. Vestía una sonrisa encantadora y una vestimenta como si estuviera preparada para escabullirse en el agua de la piscina. Su cabello negro rizado caía por sus hombros y su bronceado me hacía sentir más pálida que nunca.

—¡Evelyn! —Lucas se salió del agua con entusiasmo.

—¿Qué mierda? —oí a Pom susurrar.

Al dirigir mi mirada hacia Khalan, no se veía para nada contento. Llevaba la confusión plasmada en su rostro para luego tornarse un tanto amenazante.

Evidentemente, él no había formado parte de esto.

—Creí que no volvería a verlos —dijo ella, dándole un cálido abrazo a mi hermano.

Maldije a mis adentros. Hasta parecía agradable y todo.

—Tiene muy bonitos dientes como para que alguien se los haga caer uno por uno —los celos de Pom brotaban hasta por sus poros, y ni Irina o yo pudimos evitar reír.

—Estamos al tanto del motivo por el cual la han invitado, ¿verdad?

Sentí ambas miradas posarse en mí.

Asentí.

—¿Estarás bien? —quiso saber —Podemos ir a otro lugar si quieres.

—Ustedes pueden ir —se apresuró a decir Pom —. Alguien debe quedarse para vigilarlos, ¿no es así?

DOMINANTE (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora