Capítulo 24

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Debatí por unos largos minutos sobre cuál era el mejor lugar para interceptar a Khalan y así poder hablar con él de una vez por todas. Si lo esperaba en alguna parte de mi casa, podía escaparse sin que yo me diera cuenta, por lo que decidí sentarme en las escalera de la entrada por donde sí o sí debería salir.

Su motocicleta frente a mí era la única garantía que tenía para que no se marchara a escondidas, si es que decidiera hacerlo.

Pensar en qué decir o cómo decirlo me provocaba dolor de cabeza. Sentía miedo por cometer algún error o decir algo indebido, pero era Khalan de quien estábamos hablando. Aún sabiendo lo que yo sentía, y lo que él también, continuábamos siendo los mismos amigos de siempre. Jamás había temido decirle algo, y ahora no tenía que ser diferente.

Respiré profundo algunas veces, y un sin fin de preguntas me invadieron. No preguntas hacia mí, pero todas las que tenía por hacerle a él. Hace una hora acababa de descubrir sus verdaderos sentimientos y aún no me lo creía. Aún sentía aquel sufrimiento muy en el fondo de tu pecho de cuando un amor no es correspondido. De todas formas, nada me garantizaba que lo de hoy saliera bien.

Reconocí varias voces cada vez más cerca de mí y me puse de pie para no obstruir el paso.

—¿Y qué tal los bolos? —mi hermano propuso y alzó su mano —Tiene mi voto.

—¡Aquí estabas, Bri! —Irina se me acercó y evité cruzar miradas con Khalan.

Si lo nuestro se iba a la mierda, para bien o para mal, ahora no era el momento.

—¿Acaso ya no te agradamos? —Hugo fingió tristeza mientras me realizaba aquella pregunta —Ya casi no pasas tiempo con nosotros como lo hacías antes.

—No la agobies —Gio salió en mi defensa —. Aún debe estar acostumbrándose a todos los cambios con los que se ha encontrado.

Mentira no era. Lo que sentía muy dentro de mí era toda una novedad.

—Solo necesitaba estar sola —respondí con simpleza.

—Dos coches pasarán a buscarnos por haber bebido —me informó Pom y se acercó a mí con sigilo —. ¿Estarás bien?

Su tono bajo me causó ternura.

Sonreí —, Estaré bien.

Se lo había asegurado, pero lo cierto es que no sabía si eso sería verdad. De todas formas, quería convencerme de ello.

—Yo caminaré hacia mi casa —Khalan habló y, si lo estaba leyendo correctamente, parecía tener el mismo plan que yo. Eso me aliviaba bastante.

—¿Y quién acompañará a Evelyn? —quiso saber mi hermano, y me contuve por no darle un golpe.

—Tú lo harás —le dijo —. Eres tú quien la ha invitado. ¿Hay algún problema con que Lucas lo haga, Evelyn?

Ella negó.

Su ánimo ya parecía haber regresado a la normalidad. O, al menos, al mismo con el que había ingresado a la casa.

Lucas se le quedó viendo como si acabara de cometer el más grande error, y los dos coches se aparecieron juntos como si lo hubieran planeado de antemano.

Gio, Hugo e Irina se montaron en uno de los coches, y Evelyn, Pom y Lucas lo hicieron en el otro.

Antes de que emprendieran rumbo a sus destinos, cogí el móvil y escribí con rapidez.

Haz que Lucas no regrese esta noche a la casa, por favor. Mañana te lo explico》le envié a Pom.

Una vez los coches comenzaron a moverse hacia la carretera, Khalan los despedía moviendo su mano en el aire.

DOMINANTE (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora