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—¿Su vuelo sale hoy? —repitió el castaño lo que acababa de oír —él... me dijo que se iría pero no me dijo que sería hoy... —¿a que aeropuerto se fue?

—Al que está cerca de aquí, al McCarran

—¿Y en cuanto tiempo se tarda en llegar ahí? —preguntaba mirando hacia la nada

—Unos 15 minutos más o menos, pero son más si hay tráfico

—¿Y el vuelo de Hanbin ya salió?

—Sale a las 9

El castaño miró su celular viendo la hora de reojo, marcaba 8:36, lo guardó y sin pensar un sólo segundo caminó hacia la salida del hotel.

—¿A dónde vas? —preguntó el rubio

—Te acuerdas cuando dijiste que era muy impulsivo, ¿verdad? —este asintió —tienes razón, lo soy

Salió corriendo del lugar dejando atrás a su amigo. Tropezó sin querer con una chica a quien terminó tirando a la piscina.

—PERDOOON —gritó sin dejar de correr, ya estaba fuera de todo el hotel, tomó el primer taxi que vio —al aeropuerto McCarran por favor —se subió rápidamente, ni siquiera se había fijado si traía dinero pero eso era lo de menos ahora

En unos minutos cerca se atascó en el tráfico durante 5 minutos, al parecer todo el mundo se dirigía al mismo lugar, estaban totalmente coordinados como para viajar el mismo día.

—¿Te dejo en la entrada principal o...?

—Sí, por favor —respondió sin haberlo dejado terminar —después de revisar todos sus bolsillos resultó que tenía un billete de 50 dólares dentro de la carcasa de su celular —tenga, quédese con el cambio

Se bajó del carro corriendo dentro del aeropuerto, miró hacia todos lados esperando que no fuera tarde. Tomó su celular el cual marcaba las 9:02.

Noo...

No podía ser cierto, ¿el vuelo ya salió?, ¿en verdad ya se fue?, ¿vino hasta ahí por nada?.

—Atención —la voz intercomunicadora comenzó a sonar —todos los pasajeros con destino a Corea del Sur aborden por la sala de embarque número 7

Un rayo de esperanza iluminó los ojos del castaño, caminó un poco más allá entre la multitud disculpándose por chocar con ellos. Vio un chico a lo lejos y lo detuvo pensando que era Hanbin, al darse cuenta que no también pidió perdón. Entró en desesperación, ya habían pasado 4 minutos y no hallaba al pelinegro.

Giró su cabeza levemente a la izquierda observando una maleta que reconoció al instante, al levantar mirada se dio cuenta que se parecía a Hanbin pero no quería cometer el error de confundirlo con otra persona, hasta que este por fin volteó mitad de su rostro en el cual Hao pudo visualizar que si era él.

Su corazón comenzó a latir de forma acelerada y su respiración se volvió más pesada. Caminó hacia él con un poco de temor de lo que fuera a pasar, pero esta vez ya no iba a dar un paso al costado

—¡SUNG HANBIN!

Gritó tan fuerte haciendo las personas giraran a ver que pasaba, algunos sólo pasaron de largo porque estaban apurados mientras que otros se detuvieron a observar la escena.

—¿Cómo te atreves a dejarme cuando estamos casados? —comenzó a llorar acercándose a él lentamente —¿como te atreves a dejarme después de confundirme durante días y hacerme dudar sobre lo que en verdad quiero?, ¡no tienes derecho! —algunas de las personas comenzaron a grabar —no puedes irte... no después de hacerme sentir cosas que jamas he sentido en toda mi maldita vida en la que solo me la he pasado en depresión en cada segundo —sollozaba —tu... me hiciste feliz, muy feliz y yo tenía miedo de esa felicidad porque nunca antes la había sentido, no sabía que era ese sentimiento hasta que te conocí, no sabía que era el amor ni estar enamorado, me asustaba sentir todo eso —el pelinegro comenzó a llorar con aquellas palabras —yo sólo quería encerrarme en mi burbuja huyendo de todo sin pensar en ti, sin pensar que te hacia daño a ti, siempre creo que nadie me va a entender porque yo tampoco me entiendo —al ya estar frente a Hanbin lo miró a los ojos, estaban tan llenos de lágrimas como los suyos —no quiero perderte... no te vayas por favor —lo abrazó fuertemente esperando que él también lo haga

—¿Viniste hasta aquí por mí? —sonrió en medio de las lágrimas que brotaban de sus ojos

—Sí —respondió sin despegarse de él

—¿No estás borracho, verdad? —bromeó

—Claro que no —lo miró a los ojos de nuevo comenzando a reír —estoy más sobrio que nunca

El castaño se acercó más a él hasta llegar llegar a sus labios los cuales terminó besando, no le importara que los demás los estuvieran observando, no le importaba nada en ese momento, su mente y corazón solo gritaban: Hanbin.

—Te quiero mucho —dijo en un susurro después de despegarse de sus labios

—Yo también te quiero —se inclinó para frotar su frente con la de él

De repente escucharon aplausos alrededor de ellos, la gente que se detuvo a grabar y presenciar la escena también se había puesto a llorar.

Ellos sólo sonrieron ante eso, Hanbin tomó su maleta y junto a Hao se regresó al hotel.

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Esposos por accidente 🥂 HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora