【28】

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Ya en la habitación, los hombres le quitaron la ropa a Hao preparados para empezar con su acto.

—¡Esperen! —se movió a un lado —¿no se van a poner condón?

—¿Condón? —rió —se siente más rico sin condón, no es necesario

—Pero para mi sí —especificó —si no tienen condón entonces...

—Quieres tu dinero, ¿si o no? —dijo uno de ellos

—Sí pero...

—Entonces hay que empezar —uno de ellos cargó a Hao y lo tiró a la cama bruscamente —¿y si lo follamos entre los tres?, ¿creen que entre todos?

Qué... no...

—Chicos, creo que me acabo de arrepentir —mencionó el castaño pero ellos no escucharon

—¿Quién quiere empezar?

—Chicos —se levantó de la cama para agarrar su ropa —me iré, ¿okey?

—Tu no te vas —lo volvió a empujar —ya aceptaste, ahora te quedas con nosotros

—¿Qué?

—¿Eres sordo o qué?, ¡que te quedas con nosotros dije!

El castaño bufó, se volvió a levantar de la cama haciendo caso omiso a lo que le dijo aquel hombre. Este lo volvió a empujar a la cama

—¿Alguien tiene algo para atarlo? —preguntó otro

—Chicos déjenme ir, por favor —suplicó —ya no quiero, me arrepentí

—Te ves bonito cuando lloriqueas —decía uno

—Déjenme ir —trató de zafarse del agarre pero no pudo, eran más fuerte que él

—Abre la boca —se acercó uno con su polla en la mano dispuesto a colocarla en la cavidad bucal del contrario pero este no se dejó a lo que él gran hombre lo abofeteó dejando roja toda su mejilla y haciendo que Hao soltara algunas lágrimas logrando que abriera la boca y este iniciara su cometido —eso, chupa, así me gustan, obedientes

Las risas de esos tres tipos llenaron el lugar, Hao comenzó a llorar mientras contenía las ganas de vomitar sintiendo como aquel miembro le follaba la boca hasta llegar a su garganta.

En un descuido de uno de ellos al querer intercambiar lugar, Hao corrió hasta la puerta que por un instante se trabó teniendo cerca de él a dos de lo hombres dispuestos a volver a tirarlo a la cama.

Pero logró abrirla saliendo al exterior y chocando con alguien que iba pasando cayendo encima de él, levantó la mirada encontrando a la persona que más necesitaba. Hanbin.

—Ayúdame —dijo con voz temblorosa y ojos llorosos aferrándose a él fuertemente. El pelinegro lo miró un tanto confuso pero estaba desnudo así que su única acción fue abrazarlo también

—Hey bonito, ¿a dónde te piensas ir? —uno de ellos caminó hacia la puerta con los otros dos detrás

—¿Qué están haciendo? —preguntó Hanbin con una mirada seria

—Ah hola, sólo estábamos jugando —sonrió —si quieres te puedes unir a nosotros —comenzaron a reír

Hanbin seguía mirándolos de manera fulminante sintiendo como Hao estaba temblando entre sus brazos. Tomando de su mentón, le levantó la cabeza un poco viendo como tenía una de sus mejillas totalmente roja con marca de dedos.

—¡¿Qué mierda les pasa?! —se exaltó —¡¿por qué carajos lo tocan?!

—Él fue quien empezó con esto, quería su dinero después de haber perdido en la ruleta

—..... —Hanbin volvió a mirar a Hao esperando que dijera algo

—Les supliqué que se detuvieran pero... no me hicieron caso... —volvió a llorar. El pelinegro a mirar a los tipos con furia abrazando aún más fuerte a Hao.

—Jódanse los dos, nos vamos —comenzaron a recoger sus cosas, y ni sueñes que te vamos a devolver el dinero —salieron del lugar

Hanbin se quitó su chaqueta para cubrir la piel desnuda del castaño y sin decirle nada lo levantó llevándolo a su alojamiento que estaba a unos cuartos más. Llevó a Hao hasta su habitación dejando que se acueste en su cama.

El pelinegro se dirigió a buscarle ropa, Hao observó todo el lugar hasta que su mirada se centró en una maleta grande llena de ropa en la cual Hanbin estaba buscando un poco para él.

—¿Y esa maleta? —preguntó extrañado

—Me voy a regresar a Corea

Qué...

—¿A Corea? —repitió en un susurro para sí mismo

—Toma, ponte esto —le entregó una camiseta, pantalón e incluso ropa interior nueva que había comprado pero se la dio a él —cuando te termines de cambiar te puedes ir

El castaño vio como Hanbin salía de la habitación dejándolo solo, este se quedó pensando, ¿lo decía en serio?, no quería creerlo. Después de cambiarse revisó silenciosamente su armario y cajones, estaban vacíos. No pudo evitar que una sensación de tristeza lo invadiera nuevamente

Abrió la puerta encontrándose con Hanbin caminando directamente hacia él, este se movió a un lado para que pasara al cuarto. Al entrar cerró su maleta y guardó un poco de cosas en otro bolsillo. Hao caminó en dirección contraria para salir y devolverse a su piso pero de repente se detuvo.

—Hanbin... —volteó observando como el mencionado dejó de hacer lo que estaba haciendo para escuchar lo que le iba a decir

—Dime

¿Debería...?

—Que tengas un buen viaje... —sintió algo en su interior quebrarse apenas terminó la oración

—Gracias —asintió soltando una leve sonrisa pero con los ojos tristes esquivando la mirada de Hao. Este abrió la puerta de la sala saliendo del lugar

Hanbin comenzó a llorar dejando que su cuerpo cayera al suelo, trataba de no hacer ruido pero no podía.

—Deberías haberme pedido que no me vaya... —sollozaba cubriéndose la cara

Deseaba eso, que lo abrazara y le diga que se quedara con él, era lo que más quería porque a pesar de todo, seguía enamorado, pero al parecer él sí quería que de verdad se vaya de su vida para siempre.

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Esposos por accidente 🥂 HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora