【31】

939 106 22
                                    

Matthew estaba bebiendo más vino hasta que vio a Hanbin y Hao llegar juntos al hotel. Estos se acercaron a él con una gran sonrisa.

—Llegaste a tiempo —mencionó el rubio hacia Hao haciendo que este suelte una sonrisa tímida

—Es que a Hanbin se le olvidó que estábamos casados así que regresó para divorciarse —bromeó pero lo decía con una cara seria haciendo que el rubio frunciera el ceño

—¿En serio?

—No —comenzó a reír

—Nos vemos más tarde, Matt —mencionó Hanbin tomando de la cintura a Hao para ir a su piso

Los dos se dirigieron al ascensor marcando el número 3 que es donde se encontraba la habitación de Hanbin. Al llegar hasta la puerta el pelinegro notó su ropa en el suelo frente a esta.

—Vine a buscarte en la mañana para devolverte la ropa pero ya te habías ido —mencionó al ver la confusión del contrario en sus ojos

—¿En serio? —sonrió cálidamente depositando un beso en su frente. Se acercó a la ropa y la recogió —puedes quedarte con la ropa

—¿De verdad?

—Dijiste que te gustaba mi olor así que no creo que te moleste —sonrió

Hao aceptó la ropa volviendo a olerla. Hanbin abrió la puerta ingresando y arrastrando su maleta hasta su cuarto, el contrario ingresó detrás de él, cerrando la puerta y siguiéndole el paso.

—Te ayudo a ordenar tu ropa —mencionó a lo que Hanbin asintió abriendo la maleta

Comenzaron a colocar de nuevo la ropa en los cajones y percheros hasta que finalizaron. Después fueron a la cocina y Hanbin preparó algo de comer para los dos ya que ninguno había tomado desayuno.

Se pusieron a ver una miniserie de la cual terminaron entera justo a la hora exacta del almuerzo, así que Hanbin volvió a preparar comida.

—No sabía que sabías cocinar —mencionó el castaño mientras lo observaba atentamente

—Hay muchas cosas que no sabes de mí —respondió aún estando atento en la cocina —por eso debemos conocernos

—Lo que si sé es que eres muy bueno en la cama —Hanbin había probado un poco de la comida pero el comentario de Hao lo hizo ahogarse comenzando a toser —lo siento mucho —se acercó rápidamente a él —perdón, perdón

—De lo cientos de chicos con los que te has acostado, ¿crees que yo soy bueno en la cama? —tomó un vaso de agua y lo bebió para que se le pasara la tos

—Sí —sonrió —es que tu das besitos, me tratas bonito y eso me gusta —dijo con timidez. Hanbin sólo lo observaba

—Entonces... ¿estás enamorado de mí o sólo quieres coger conmigo?

—Las dos cosas

Se miraron fijamente para después comenzar a reír. Se entendían muy bien, eran el uno para el otro. El pelinegro terminó de cocinar sirviendo la comida, se veía delicioso y Hao apenas se sentó no dudó en comer lo más rápido que pudo, fue el mejor ramen que había probado en su vida.

—¿Quieres probar el jacuzzi? —preguntó Hanbin con total felicidad —desde que llegué no lo he usado porque es muy grande

—Claro —sonrió asintiendo al verlo tan alegre por mencionar aquello

...

Hao se adentró en el jacuzzi en el cual Hanbin lo estaba esperando, al pisar el agua sintió que estaba tibia así que se metió, ese jacuzzi estaba dentro del baño el cual era gigante, parecía una habitación más, era perfecto para la gente que quería disfrutar del agua en soledad y también cuando querían estar a solas con su pareja.

El castaño se sentó y Hanbin lo atrajo hacia él, estaba apoyado en la tina abrazando al contrario quien se encontraba en la misma posición delante de él. Fue tan relajante, permanecieron así durante minutos hasta que Hao decidió romper el silencio.

—No me gusta contar mis problemas porque siento que a nadie le va a interesar —mencionó haciendo que Hanbin lo empiece a escuchar atento —no quería que me vieran como alguien depresivo, sino, como alguien que sólo disfruta el momento, le gustan las fiestas, la gente, tomar, acostarse con quien sea sin tener que preocuparse por una relación seria —tomó un suspiro y luego prosiguió —pero la verdad es que sólo era una protección hacia mi mismo, convencerme que mi vida no es una mierda, nunca traté de conocerme a mi mismo, tenía miedo de aquellos sentimientos fuertes que podría llegar a sentir —sacó su mano derecha del agua para mirar su anillo —y tu me hacías sentir esos sentimientos así que supongo que también te tenía miedo —comenzó a reír

—¿Miedo de mí? —sonrió

—Es que yo siempre huía de los problemas, los evitaba, por eso, te evitaba a ti, para no sentir nada pero era más difícil porque te veía diario y eras amigo del único amigo que tengo así que fue mucho peor, me la pasaba pensando en ti, era una tortura

—Hubiera sido tan fácil que sólo me dijeras que te gustaba en vez de echarme la culpa por todo

—Perdóname, creía que podía afrontar todo solo, así como creí que estaría solo el resto de mi vida, el único que tiene la culpa de todo soy yo, perdóname —decía con tristeza tomándole de las manos a Hanbin

—No te preocupes por eso, mi amor, ya quedó en el pasado, ya te perdoné —besó la parte de atrás de su cuello

—¿Mi amor? —sonrió —qué bonito suena eso, me gusta —se inclinó más atrás apoyando su cabello en el pecho del pelinegro, este lo abrazó más fuerte

—Ahora estamos empezando desde cero, olvidemos todo, ¿sí?

—Sí —asintió —también estaba pensando en tomar sesiones de terapia —Hanbin se sorprendió al oír eso —Matthew me hizo darme cuenta que suelo ser muy impulsivo y me da miedo que en algún momento cuando esté muy enojado te llegue a decir algo feo y al final te termines alejando de mí —acariciaba los brazos del pelinegro los cuales rodeaban su cuerpo —te quiero mucho y no quiero perderte

—Mi bonito —besó su mejilla —que bueno que quieras buscar ayuda, es un gran paso y te voy a apoyar en todo lo que haga falta, ¿sí?

—A partir de hoy voy a ser promiscuo sólo contigo —dijo repentinamente haciendo reír a Hanbin

—Te tengo que decir algo —ahora el castaño estuvo atento lo que el contrario iba a contar —encontré la capilla donde nos casamos —Hao se quedó perplejo ante ello —y estaba pensando en ir si quieres para... divorciarnos ya que siempre mencionabas que te gustaba ser libre y no estar atado a nadie...

El castaño se quedó callado unos segundos, era verdad, no se imaginaba casado con nadie y Hanbin sabía eso, desde el primero día se lo hizo saber aunque no haya sido de la mejor manera. En su silencio estaba terminando de ordenar sus pensamientos y saber que era lo que quería.

—¿Y si no me quiero divorciar? —soltó desde lo más profundo de su corazón haciendo que el pelinegro suelte una ligera sonrisa, sus ojos se iluminaron al escuchar eso, no parecía que en realidad lo estaba diciendo él

—Entonces... —se sonrojó —podemos sólo ir a pedir ayuda con los anillos, ya no siento mi dedo

—Yo tampoco —sacó su mano del agua mostrando el anillo —mira, ya perdió todo el oxígeno, está morado —rió

—¿Vamos mañana en la mañana?

—Sí, mi amor

Hanbin volvió a sonreír abrazando a Hao más fuerte depositandole besos en todo el rostro, cuello y hombros. Poco después salieron del jacuzzi para regresar a la cama, allí se acostaron a conversar un rato más hasta que se durmieron abrazados sin despegarse para nada. A Hao todavía le faltaba recoger toda su ropa que se encontraba aún en su piso, pero tenía los siguientes días para hacerlo, por ahora sólo quería estar junto al chico que amaba.

【🥂】

Esposos por accidente 🥂 HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora