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El timbre sonó. Hanbin se levantó de la cama y abrió la puerta viendo a Matthew ahí parado.

—Ah, hola —saludó el pelinegro un tanto desganado dejando pasar a su amigo

—Uy, no te ves muy bien —entró cerrando la puerta —noté que desapareciste, ¿pasó algo?

—Lo mismo de siempre —suspiró. Se sentó en el sofá invitando al contrario a sentarse también

—¿Con eso te refieres a Hao? —el castaño sólo se dignó a bajar la mirada así que Matthew supuso al instante que si se trataba de eso —¿qué pasó ahora?

—Es que... no lo entiendo, no entiendo nada, y nunca me dice nada, lleva días ignorándome y yo... ya no puedo más con esto —un nudo en la garganta se le formó para evitar llorar en aquel momento —me duele su indiferencia, siempre me trata así, las únicas veces donde estamos relativamente bien es cuando estamos en la cama y eso me enoja, ¿sabes? —mencionaba con rabia

—¿Y que piensas hacer?

—No lo sé —inclinó su cabeza hacia atrás mirando hacia el techo por unos segundos —¿crees que sea buena idea regresarme a Corea?

—¿Estás seguro sobre eso? —preguntó un tanto inquieto con la repentina mención

—No sé —se cubrió la cara con sus manos, lleno de impotencia

—¿Quieres un helado?

—Son las diez —recalcó

—¿Y? —se levantó del sofá —en Las Vegas hay de todo las 24 horas, además, comer un helado es la mejor manera de sentirte mejor y si no te sientes mejor al menos estarás comiendo algo delicioso —rió

—Bueno... —sonrió sutilmente haciéndole caso a Matthew —que sea de frambuesa

—Tu sabor favorito, claro que sí —abrió la puerta dispuesto a salir —no me tardo

El canadiense terminó por comprarle el helado a Hanbin y estuvieron conversando durante 2 horas, el pelinegro terminó por sacar todo lo que tenía guardado en su corazón y Matthew escuchaba atentamente y le aconsejaba, definitivamente el amor no era fácil y dolía. El rubio le sugirió que haga lo que le guíe el corazón y lo que crea que es correcto y conveniente.

Este se pasó toda la noche cuestionándose que era lo que quería hacer con sus sentimientos.

...

Al siguiente día, mientras estaba acostado en su cama, Hao tomó su teléfono y buscó el nombre de Hanbin en instagram, lo encontró al instante, tenía muchas fotos además de bastantes seguidores. Su última publicación fue una frente al hotel tomando una piña colada. El castaño sonrió al ver eso, recordó la primera vez en la que él le sugirió probar aquella bebida.

De pronto el timbre sonó, aún no era hora de que llegara la cena así que se extrañó un poco pero aún así abrió la puerta.

—Hola, Hao —era Matthew —te traje helado de frambuesa, tu favorito

—Gracias, Matt —sonrió —lo necesitaba —lo hizo pasar hacia su habitación donde ambos se sentaron en la cama

—¿Estás bien? —preguntó viendo como al castaño se le borró la sonrisa

—Nunca estoy bien —dijo con ironía soltando una pequeña risa

—Ya sé, pero hoy te ves mucho más triste que los otros días, ¿pasó algo?

—Es que... no lo sé... —dejó la copa de helado en la mesa de noche

—¿Pasó algo con Hanbin? —preguntó haciendo que el castaño levante la mirada

—¿Te dijo algo? —cuestionó con un poco de vergüenza

—No, sólo lo supuse —el castaño bajó la mirada mirando el anillo en su dedo, el rubio notó eso suspirando pesadamente por aquello —¿te gusta Hanbin, verdad?

—No... —respondió aún con la cabeza agachada

—¿Y porqué no me miras a los ojos cuando lo dices?, es porque sabes que no es cierto, si te gusta —lo presionaba

—Me puse a pensar —comenzó a hablar —y... mis padres me hicieron mucho daño... tanto que siento que me estoy volviendo como ellos —contaba con tristeza en su voz —sólo estoy pensando en mí...

—Como siempre, eres muy impulsivo —agregó

—¿Impulsivo?

—Demasiado, haces lo primero que se te venga a la mente en el momento sin pensar en las consecuencias y luego te terminas sintiendo mal

—Entonces creo que si lo soy... —sonrió

—¿No quieres intentar hablar con Hanbin?

—No creo que él quiera después de como le hablé ayer

—Pues sí, fue horrible —se levantó de la cama —pero al menos inténtalo, más tarde seguro que debe bajar al casino, te enviaré un mensaje apenas lo vea. Y come tu helado antes que se derrita, no te dije pero, el sabor favorito de Hanbin también es la frambuesa —sonrió

Hao se quedó perplejo observando como Matthew salía de su habitación, tomó la copa de helado comenzado a comerlas gustosamente dándole vueltas a lo que él canadiense le acababa de decir.

Así que también te gusta la frambuesa, siempre teniendo buen gusto.

Más tarde, su celular vibró teniendo como notificación: "Hanbin ya está aquí, ven!!!". El castaño de inmediato se levantó de la cama yendo al baño para checar como está su cabello hasta que se miró al espejo cayendo en cuenta de lo que estaba haciendo, él siempre se había preocupado por su aspecto por el mismo, pero ahora quería verse bien para alguien más... ¿estaba bien eso?.

Aún así salió tomando el ascensor y tratando de fingir que no le importaba, de todas formas ni había dejado en visto a Matthew, sólo leyó su mensaje desde la notificación, por lo cual si baja y se encuentra a Hanbin sería pura casualidad, ¿verdad?.

Ahí lo vio, sentado junto a Matthew. Que lindo se veía... como siempre.

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Esposos por accidente 🥂 HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora