【18】

949 103 4
                                    

—¿Todo bien? —el canadiense se acercó a Hao quien permanecía en la barra desde hace un buen rato con una expresión triste

—¿Ah? —lo miró —, ah... sí —respondió decaído

—¿Has visto a Hanbin?

—No y no me importa —respondió rápidamente dejando desconcertado al rubio

—¿Qué te pasa? —cuestionó preocupado por su amigo

—Nada

—¿Se pelearon de nuevo?, pensé que ya se llevaban bien

—Jamás podré llevarme bien con alguien como él —suspiró —y ya no lo menciones, y si llega a preguntar por mí dile que no me has visto

—¿Preguntar por ti? —escuchó la voz del pelinegro detrás suyo —te recuerdo que el mundo no gira en torno a ti

—Hanbin, ahí estás —dijo el rubio con una sonrisa —, te estaba busc...

—Si quieres evitarme ve a buscarte alguien con quien coger en vez de estar pensando en mí —alzó su tono de voz

—Chicos...

—No estaba pensando en ti, idiota, si Matthew no preguntaba por ti, ni cuenta me hubiera dado de tu existencia —mencionó con furia levantándose de su asiento —y como ya me cansé de verte la cara voy a buscar a alguien más

El castaño se encaminó hacia la ruleta analizando si había alguien a quien conocía, para su suerte si se encontraba uno.

—James, ¿quieres tener sexo conmigo?

—¿Qué? —se quedó sorprendido con lo que escuchó, pensó que el ruido de risas y monedas lo estaba haciendo oír mal

—¿Quieres tener sexo conmigo? —volvió a repetir

—Yo...

—¿Sí o no?, responde

—Sí

El castaño sonrió ante su respuesta y de inmediato lo comenzó a besar, este le siguió hasta ir a otro lugar más privado. Y todo esto siendo observado por Hanbin desde lejos.

—Como siempre dije: gay, ninfómano y promiscuo —negó con la cabeza mirando como el chino desaparecía con ese chico, sintió como su estómago se estrujaba, poco después, se sentó en la barra tratando de ignorar aquello

—¿Te gusta Hao? —preguntó Matthew repentinamente

—No —contestó sin dudar —antes prefiero morirme

Hubo un silencio después de eso, su amigo hablaba con total seguridad pero la expresión de su cara no decía lo mismo. El rubio decidió dejarlo en paz y se esfumó.

...

Los siguientes días, se la pasaron ignorándose mutuamente, apenas uno veía al otro se iba del lugar para evitarlo.

Hao se acostaba con el primero que le hiciera caso pero ahora para cubrir sus emociones y olvidarse de ellas por un rato, sin embargo, ahora parecía que nada lo llenaba, se sentía vacío, ni siquiera ganar en la ruleta lo satisfacía.

Hanbin, por su parte, por fin había aceptado jugar al póker junto a Matthew, quien llevaba días insistiendo. Era divertido. Trataba de ganar a toda costa, descubrió que era muy competitivo, pero siempre perdía. Al parecer la suerte es sólo para algunos.

—¿Quieres tomar un poco de champagne? —sugirió el rubio viendo a su amigo muy frustrado por perder 3 veces seguidas

—¿Ya soltaste el vino? —bromeó

—Quería probar bebidas nuevas, ya sabes que soy un catador de licores—rió

El pelinegro lo siguió hasta la barra donde el rubio se había pedido una botella y dos copas, le sirvió un poco a Hanbin, este lo probó esperando que tenga una sabor horrible, era consciente que su amigo no era el mejor para seleccionar marcas de licores, pero ese sabía muy bien.

—Me sorprende que me haya gustado —dijo burlón

—Muy gracioso

—¿Crees que si bebo esto mientras juego pueda ganar?

—Tienes que intentar a ver si te sale —rió

El coreano lo tomó como un reto así que inmediatamente regresó a la mesa de póker y comenzó a apostar mientras tomaba. De todas formas siguió perdiendo dinero.

...

Hao estaba en una habitación del hotel con su cita nocturna, se estaban divirtiendo hasta que este de la nada le dio una cachetada y le escupió.

—¡¿Qué te pasa, imbécil?! —lo empujó haciendo que se cayera de la cama

—¿Qué tienes?, pensé que te estaba gustando —decía con enojo

—Yo en ningún momento te di permiso de hacer eso —se limpió la cara con un poco de papel higiénico que encontró en la mesa de noche

—O sea me pides tener sexo y luego no quieres que haga esas cosas

—Es diferente, imbécil

—Vete a la mierda, me largo —tomó sus cosas saliendo de la habitación

El castaño volvió a ponerse su ropa, desde hace unos días no podía disfrutar bien el sexo, ni tener un orgasmo como le gustaría y cada vez se sentía peor.

Bajó hacia el casino sin pensar en nada, se sentó en la barra un rato escuchando el ruido de fondo, Matthew se acercó a él ofreciéndole un poco de champagne.

—Matthew, ¿quieres tener sexo conmigo?

—¿Qué?

【🥂】

Esposos por accidente 🥂 HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora