Limerencia. [Vkook] Omegaverse.

Ocho.

—Taehyung...—el nombrado desvió su vista del sendero que recorrían a caballo para atender a las palabras de Namjoon—ahora que te encuentras en este cargo, debes tener clara una cosa—el menor notó que el tono del ahora consejero se enserio casi con dramatismo—tu conducta va a estar a la luz de más personas y aunque estés más cerca de la realeza, bajo ninguna circunstancia estás a su altura.

El ahora comandante general de la guardia real atenuó la incomodidad que sintió—Tengo eso claro, ¿A qué viene el sermón?

—Por la forma en la que llegaste a mirar a su alteza, el príncipe Jungkook.

Y Taehyung supo que las cosas estaban realmente mal porque al escuchar el nombre del príncipe solo sintió ganas de tenerlo una vez entre los brazos en lugar de alarmarse por la "advertencia" que el contrario pretendía darle ante la falta de compostura en su comportamiento—solo fue curiosidad—mintió.

—Jimnnie me comentó que su alteza fue a visitarte cuando te encontrabas convaleciente.

—Se sentía culpable por la forma en la que me golpeó, casi me mata—atajó el más joven.

Un pequeño surco se formó entre las cejas de Namjoon—Jamas vi que el primer príncipe se viera interesado en alguien—que era lo normal, puesto que Jungkook se propuso crear una barrera protectora alrededor de los demás.

Taehyung se sintió muy conforme con la información.

—Te digo que es porque casi me mata en nuestro duelo, hablando de poner en riesgo la vida ¿Jiminnie sabe de la enfermedad que te llevó a dejar el cargo?—Taehyung sabía que era un movimiento sucio y vil de su parte, pero quería cortar el tema sobre Jungkook de una vez, fue un éxito porque el mayor no contuvo el respingo de sorpresa que le sacudió el cuerpo.

—¿C-cómo te enteraste?

—Esa es una buena pregunta, que varios lo sepan y no tu omega—puntualizó con saña—Namjoon boqueó lo que hizo que el menor se preocupara, ¿Era tan grave?

—Los sanadores no han podido determinar qué es lo que pasa...

—¿Qué sientes?—se aventuró.

El alfa adquirió una mirada reflexiva—Mucho cansancio, pesadez, vista borrosa, náuseas, desorientación... en uno de los entrenamientos solté la espada porque mis dedos dejaron de responder—relató con temor en las palabras.

Taehyung tragó saliva—¿Desde hace cuánto?

—Meses... no le digas a mi Jimin por favor ¿Sí? No quiero que se alarme.

—Claro que no voy a decirle, ese es un privilegio que tú debes utilizar, pero ten en cuenta que así como el rumor me llegó a mí también le puede llegar a él y lo lastimaría de verdad que no se lo dijeras directamente—afirmó con severidad. En tanto contemplaba la posibilidad de pedirle al príncipe que el sanador real estudiara el caso de la persona a la que prácticamente veía como su padre aunque le llevará unos pocos años, a él mismo lo conflictuaba que pasara por aprietos.

—Gracias—declaró el mayor con la voz cansada—y Tae—se permitió usar esa forma tierna con la qué le hablaba cuando estaban en casa para suavizar el tono de la conversación—por favor ten en cuenta la recomendación que te hice, es por tu bien—para su experimentada persona no pasó por alto que el joven comandante quiso zanjar el tema con rapidez.

Pero con todas las emociones que le despertaba el príncipe, Taehyung dio por sentado que no podía tomar dicha recomendación en cuenta por la forma en la que horas después de esa conversación con Namjoon sonrió sobre los labios del otro cuando este lo jaló inesperadamente para arrinconarlo en uno de los pasillos solitarios del palacio.