Nueve

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—Tienes que calmarte.

Jungkook en su lugar gruñó—¿Cómo vas a hacer para que mi padre no me empareje con esa omega?—preguntó más con ira que con angustia, descuidando que le estaba hablando a su madre y a una persona de un rango infinitamente superior al suyo—No tenía idea que él estaba planeando esto.

—Es porque sabe que me inclino más por algunas de las hijas de los cortesanos, pero le haré ver que aceptar esa unión es agachar la cabeza ante esas aves rapaces de los Cha. Estoy segura que apenas se aseguren una ventaja se unen a los rebeldes, se creen mucha cosa por poseer grandes extensiones de terreno en la frontera—sentenció la mujer con una expresión seria.

Jungkook se llevó las manos al rostro, la noticia sobre la cita de "compromiso" llegó a su vida de forma tan imprevista como un baldado de agua fría—Yo creo que están aliados con ellos, este matrimonio es una excusa para no gastar más dinero y tener forma de influenciar en la familia real—el príncipe expuso sus propias conclusiones. Habían muchos rumores del consentimiento de los Cha en la zona de la frontera para la ocupación de China sobre el territorio.

—Tu padre considera que aceptar su oferta puede persuadirlos de atacar si no es que ya están unidos con los rebeldes, al menos financiándolos, son dueños de gran parte de las tierras de la frontera.

Jungkook blanqueó los ojos—como sea, no es algo que me convenga en ningún sentido, madre tiene que romper ese compromiso a como de lugar—los ojos del príncipe se posaron en los de su interlocutora con esperanza encendida.

—Te juro hijo, que haré lo que esté en mis manos—aseguró la mujer con determinación.

Jungkook inhaló con profundidad, entre las muchas cosas que empezaron a cambiar desde que comenzó a "coquetear" con su lado omega y cierto alfa de olor a canela y café era que su estupido lobo añoraba tener contacto con ese aroma para serenarse.

Patético.

Untó una vez más la pomada inhibidora en su cuello ante el histericismo de su lobo y se dirigió con actitud solemne al recibimiento de la familia que pretendía ser la suya. Cuando ya estuvo afuera odió la forma en la que su cuerpo se estremeció ante la mera vista del alfa al que deseaba. Pasaron tres días desde el encuentro carnal de sus cuerpos y era animal la forma en la que deseaba que se repitiera de nuevo. Cerró los ojos unos instantes para desdibujar las lujuriosas imágenes que le llenaron la cabeza con rapidez asombrosa.

Sus ojos no se encontraron con los del alfa ni una sola vez.

Se mostró indiferente y apático ante la presencia de la omega de ojos enormes y de un café más claro de lo usual, su olor como a gardenias o a algún tipo de flor le recordaba a Jungkook los templos de meditación.

Horrible.

Los príncipes apenas fueron presentados, pues ese era un asunto a resolver entre sus padres, por lo que el príncipe pudo escabullirse una hora después de que inició el acto protocolario de bienvenida.

Jungkook se encontraba caminando cerca a la zona de armería con toda la intención de encontrarse con Taehyung, con el que no conversaba desde hace dos días, estuvo muy ocupado con su madre trazando estratagemas para disolver la posibilidad de ese compromiso en el momento que se enteró. El corazón se le aceleró de una forma casi vergonzosa cuando dio con la persona a la que buscaba en la lejanía.

—Tae- Comandante general—lo llamó a la distancia, habían algunos soldados alrededor del mismo, volvió a temblar cuando este lo miró, le dijo algo a sus subalternos y se acercó a pasos lentos a la presencia de su alteza.

—Su alteza—reverenció con total formalidad—¿En qué puedo servirle?

Jungkook sentía ganas de vomitar al recibir un trato tan formal de una persona que besó las partes más íntimas de su cuerpo—quiero hablar a solas.

Limerencia. [Vkook] Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora