Veintiocho

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El cielo era gris aunque la temperatura era más cálida, el inicio de la primavera aproximándose permitía que los habitantes del palacio vistieran ropajes menos pesados.

—¿Te he dicho alguna vez lo hermoso que eres?

Jungkook revoleó los ojos permitiéndose una leve sonrisa—No hay día en que no me lo digas.

Taehyung se acercó los pasos que hacían falta para admirar de cerca el ostentoso traje con abalorios de oro y plata que llevaba puesto el príncipe—No me culpe su alteza, no sabía que extrañaba verlo vestido así. Se ve precioso—y obtuvo lo que venía buscando, un levísimo rubor en las mejillas del contrario que lo hacían ver adorable.

—Ya-Jungkook detuvo su réplica cuando el alfa se hincó en una de sus rodillas, el aire atascandose a continuación en su garganta cuando una menta en flor fue presentada ante él, estaba "seca", preservada, ya que no correspondía a la temporada.

—El aroma de la menta respeta mejor el atractivo aroma de su lobo.

El sonrojo en las mejillas del joven se avivó y tendió su mano para tomar la florecilla que el otro le ofrecía, en reemplazo del jengibre que usó hace unos instantes en la mezcla para cubrir su aroma, el alfa aprovechó para tomarle de la mano, llevó el dorso de esta a sus labios, era un protocolo restringido a los omegas de la realeza y Jungkook se sintió estúpido de emocionarse tanto por recibirlo por primera vez.

—Mi luna, mis estrellas y mi vida misma—empezó el alfa haciendo que Jungkook se pusiera muy nervioso, ¿a qué venía toda esa pomposidad?—debido a la insignificancia de mi rango no voy a poder acercarme en la ceremonia que avecina y presentarle mis pensamientos... poder decirle lo orgulloso que me siento de usted, de su valentía, de las decisiones que ha tomado, su nobleza e inteligencia, también lo halagado que se siente mi lobo de que me haya escogido y lo feliz que me hace ser parte de la vida de una persona tan excepcional como la suya, sepa igualmente que le amo profundamente y lo protegeré como guardián y como alfa hasta el ocaso de mis días.

El alfa había realizado algo parecido a lo que algunos consejeros y miembros de la realeza hacían cuando un nuevo rey asumía el mando, aunque él estaba dejándolo de lado, para asumir el de su vida.

—Incorpórese—respondió Jungkook con los ojos brillantes por las ganas retenidas de llorar más asumiendo una postura protocolaria digna del rango al que pertenecía, el alfa obedeció—comandante, levante el rostro—Taehyung respetando la etiqueta como jamás hacía con el omega, pero levantando el rostro ni bien la orden fue dicha—no pretenderá decirme todas esas palabras y no besarme.

Taehyung se acercó los dos pasitos que los separaban—Gracias por escogernos mi amor—volvió a repetir tomando la cara del contrario entre las manos y sonriendo ante la pequeña lagrima que escapó de los ojos de Jungkook, porque quien era más feliz que el príncipe mismo por su decisión ese era Taehyung, que ni en sus más locos sueños predijo el tener a un omega como ese entre sus manos y dispuesto a vivir una vida con él—Gracias, gracias-

Jungkook lo calló de un besó demandante como su personalidad, lamió los labios del contrario con tal vehemencia que el alfa trastabilló un poco pero le dio "pelea", el menor rodeándole con los brazos como si fuera a esfumarse de estos, la lengua de ambos volvió a reconocer a la contraria y Jungkook dejó salir un jadeó extasiado por las sensaciones que comenzaron a recorrer su cuerpo.

—Tenemos que detenernos—fue el mayor el que llamó a la cordura—no seas así—le reclamó cuando vio el puchero y la mirada tanto apesadumbrada como ida en el omega—en instantes te van a llamar—le picoteó los labios al contrario maldiciendo de forma estúpida, el haber cedido al sueño la noche anterior, pero su cuerpo no daba más después de un viaje tan agotador, lo bueno, pudo dormir abrazando a su precioso omega.

Limerencia. [Vkook] Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora