Kyojuro Rengoku
[AU]: Medieval
[CONTEXTO]: Rengoku y tu encuentran un pequeño niño de menos de ocho años, el cual, en un intento de conquistarte te da una rosa, poniendo celosa a ti pareja.
[PEDIDO POR:] @Yuki-32, ¡espero lo disfrutes! Lamento mucho la tardanza.
¡Corto!
¡Spoilers del manga! (?)
El festival de aquella noche había ido bastante bien, los fuegos artificiales habían sido demasiado tarde, siendo casi la madrugada, pero eso no impidió poder verlos mientras estábamos juntos, acostados bajo un árbol de sakura.
Cuando esto terminó caminamos por los puestos del festival vacíos, la gente ya se había ido o pocas personas seguían recorriendo las calles, sin saber sobre la existencia de demonios come hombres. Pero esta noche estaba extrañamente tranquila, lo que me alegraba bastante, no quería que se arruinara una de las pocas veces que salía con Kyojuro.
— Ya es demasiado tarde, ¡Debemos volver cuanto antes!
Me giré a verlo; su cabello se movía ligeramente con las corrientes de viento, parecía el fuego mismo por sus brillantes colores y esponjosa forma. Era como un imponente león.
Inconscientemente sonreí al verlo cerrar los ojos alegres, él disfrutaba de la comida que había comprado hace unas horas y no había podido degustar.
—¡Umai! — Grito al darle otro bocado, siendo el último para terminar con el plato completamente vacío, dejándolo en un bote de basura cerca de ahí. — ¡Vamos! continuemos con nuestro camino-...
— ¡Tu! ¡Alto ahí! — Una voz masculina aparte de la de Rengoku sonó a mis espaldas, al girarme a ver quién llamaba. Este era un pequeño niño, no más de diez años, tenía las mejillas sonrojadas y tenía una rosa en la mano. — ¡Para ti!
Lo mire, algo sorprendida, pero a la vez con gracia cuando me extendió la pequeña rosa roja. Me agache para quedar a su altura, tomando la rosa para después dar algunas caricias en su cabeza.
Las mejillas del chico se tiñeron de un color rosado fuerte, mostrando su vergüenza. Pero disfruto de las caricias que le proporcionaba a su cabeza, casi ronroneando como un pequeño gatito.
— ¡Gracias pequeño! Es muy linda.
— ¿Verdad? ¡La conseguí yo solito! — Se apuntó a sí mismo mientras inflaba el pecho, orgulloso de sus palabras.
— ¡Wow! ¡Qué valiente eres!
Lo halague un poco más, era un niño y estaba segura de que le encantaba ser halagado y que le dijeran lo valiente y fabuloso que era. Lo sabía, tenía hermanos menores que yo que amaban que hiciera eso.
Al terminar de hablar con el pequeño me levanté, acomodando mi Kimono. Pero el niño no parecía querer irse, pues se aferró a mis piernas, abrazándome como koala.
—¡Oh...! ¿Sucede algo? ¿Dónde están tus padres?
Mas no respondió, solamente sosteniéndose fuerte, murmurando de vez en cuando la palabra "Mía", lo que me hizo reír un poco, aunque no tanto a mi acompañante, el cual veía esto con el ceño fruncido.
Ahora no tenía solo al pequeño aferrado a mi pierna, si no a otro chico sosteniendo mi cintura, besando mi mejilla con insistencia. Sentía su respiración agitada, sus mejillas sonrojadas mientras me jalaba con suavidad. El niño me soltó al ver esto y cuando estaba por replicar Rengoku me cargó en su hombro como un costal de papas.
— ¡Lo lamento pequeño! ¡pero esta hermosa mujer es mía!
Y con eso comenzó a caminar, ignorando las réplicas del niño, el cual terminó por rendirse e irse hacia una casa, recibiendo un regaño de su madre.
— ¿Era necesario? eres un celoso...
Solo escuche una linda risa de su parte.