PROLOGO

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Como era posible que después de tantos años, esto pasara. Se preguntó miles de veces como pudo caer tan bajo, como pudo dejarse llevar y aceptar tal proposición, nunca debió regresar, nunca debió admitir que no estaba mal, que solo quería ayudarlos, pero se fue a la mierda después de ver las tiras en esa prueba.

El cambio en es momento, debía ocultarlo, sobre todo no podía decir que lo estaba, y la única solución era huir de ese lugar.

Lionetta estaba pálida ante la presencia de Aurelio Bianchi, aun con los años no dejaba de ser un hombre atractivo como la última vez que lo vio y dejar la casa mayor de los Bianchi, aquella que ella creció en su adolescencia después de que su familia murió en el incendio y donde ella fue la única sobreviviente de todos los miembros de la casa Pastral, una de las más ricas de la ciudad de Mesina.

A la muerte del gran patriarca los Bianchi siendo los segundo al mando se encargaron de la menor y la trataron como un miembro mas, claro la situación podía unir ambas familiar y apoderase del imperio Pastral, un matrimonio hasta que Lionetta tuviera la edad mayor casarse con el mayor de los Bianchi, Elsemo y así se dispuso hasta la muerte de este en un trágico accidente de auto.

No había opción más que Aurelio Bianchi pero este había anunciado su compromiso con Greta Morreti, así que la joven salvada o no vio casar al menor de la familia y único heredero del imperio Bianchi, con el tiempo creció y empezó a tener un amor platónico con Aurelio sabía que era prohibido, tal vez la madurez del hombre y lo exquisita de escuchar su voz, demasiado atractivo para alterar las mariposas de una joven soñadora, que solo dejo que eso fuera un solo atolondrado sueño.

Lionetta había decido que era tiempo de embarcarse en un viaje, desea experimentar además siendo la única Pastral y heredera necesita buscar su camino en contra de las reglas de los Bianchi y en disputa se fue, tomo sus maletas y exploro el mundo, hasta que se enamoró de Javier, dos años fueron suficientes para decir que él era el amor de su vida, hasta que lo vio follandose a su compañera en un callejón y quien en unos días irán a la estancia a casarse, le había dado el anillo y así le pagaba.

No dudo en regresar a Mesina, después de la llamada del tío mayor de los Bianchi, tomo el avión y partió de nuevo a casa.

Todo estaba bien hasta que las insinuaciones de Greta no le parecían nada bien con el deseo de ser madre, y para una mujer era necesario parir un Bianchi, y claro un bastardo que su marido se diera el lujo con otra no iba a permitirlo, los Morreti, como los Pastral junto con los Bianchi unían a sus familias por poder, y al ver esto Greta perdería su posición, debía hacer lo posible para que el próximo sucesor trajera un heredero ya fuera de su vientre o de otra con buen apellido, sin dejar de ser la esposa de la gran casa.

Lionetta sonríe feliz, era la primera vez de mucho tiempo cuando los tres se reunieron en aquella mesa, no había nada que la hiciera dudar de algo se avecinaba, y fue entonces que Greta hablo, miro a su esposo y este asintió con la mirada fría que lo caracteriza.

—Bueno agradezco la salida debe ser algo importante que quieren decirlo.

—Lo que diré será tan directo Lionetta Pastral—ella le pareció demasiado formalismo. —Eres la única de la antigua casa mayor, el tío no quiere que tu sangre se envuelva con alguien que no tiene la medida de nuestras castas.

—Bueno no estamos en tiempo de antes, puedo elegir con quien casarme y tener hijos.

—Tenias—dijo ella y eso no le pareció a la misma Lionetta. —Eres una Pastral y tú deber es concebir un herero a tu casa digno de llevar el apellido y es por eso que lo hemos solucionado, sabes mi problema de fertilidad, no debiste escucharlo y darle vueltas a esto, créeme es más difícil para mí.

—De que hablas...Oye me estas asustando.

—Darás a luz al heredero de los Bianchi—los ojos de Lionetta fijaron hacia Aurelio que están en la misma postura.

— ¡Estás loca! No le vas a decir algo, además como que al heredero, con que Bianchi me vas a pedir, porque Estefan tiene casi setenta años. —la sonrisa de Greta se vio forzada.

—No escuchaste bien al heredero principal de la casta Bianchi, Aurelio—el cuerpo de la joven se estremeció, negó e intento levantarse, hasta que un leve movimiento Aurelio la hizo volver a tomar lugar.

No la toco, solo su presencia dominaba en el cuerpo de Lionetta y eso para Aurelio le satisfacía ver el enojo en sus ojos, además si no hubiera comprometido con Greta tal vez ella hubiera sido su esposa. Pero sería la madre de su hijo.

—No me acostare con tu marido, no lo hare, dile algo Aurelio.

—Decide los días—la voz fría de Aurelio la puso tan pálida como un papel.

— ¿Días? Dios esto es una locura, porque yo, no comprendo puedes buscar un vientre, yo no quiero hacer esto.

—Le das la espalda a las castas italianas. —Lionetta sabía lo que conllevaba negarse a una petición sagrada. —Solo nos darás a tu hijo, más bien mi hijo, no será de mi sangre pero lo amare porque será de mi esposo, puedes hacer tu vida, y se te pagara con acciones.

—Es una locura, esto es...—le hacía falta el aire. —Supongo que si lo aceptara será por inducción—Aurelio hizo una mueca tal vez era una sonrisa, en primera estancia debió hacer así, pero luego de pensarlo y verla con Alonzo Galli cambio de opino una opinión que a Greta no le agrado para nada, pero acepto.

—Lo haremos natural, tan natural para que concibas a mi hijo—la mirada de Aurelio le corto la garganta Lionetta—Me darás un hijo Lionetta Pastral como ibas hacerlo con mi hermano.

Te Quiero a mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora