14

2.7K 254 82
                                    


—Lionetta escúchame, lo que paso debia pasar, ya está hecho.

— ¿Hecho? Que no viste como se puso, no puedo cargar con eso, su cara, la forma en que me vio, y tu diciendo que nos acostamos, mierda Aurelio.

—Querías que mintiera, no voy hacerlo, aun pese a lo que nos digan, me voy divorciar de ella, te quiero conmigo, te quiero a mi lado.

—Lo que tenemos es sexual, no eres leal, no lo eres.

—Si tienes razón no lo era, antes pero no mientas en mi cara, porque sabes que esto traspaso más de coger, hasta que tú me has sacudido la cabeza, me tienes invadido con solo verte, maldita sea me tienes como un pendejo que no lo vez.

—Lo que veo es que lo que paso entre nosotros, fue engañar a una persona, ahora Greta la pasara mal, y cargare con eso.

—Cargaremos porque también estoy yo.

Ella negó ante su cinismo, Greta había dicho que le había sido infeliz incontables veces, ahora era una más en la lista y decía que la queria a ella, qué futuro le espera con él, dejaría ser el papel de amante y ser su esposa mientras ese lugar queda vacante, no es estúpida, los hombres con un culo se vuelven locos.

—Sera mejor que esto lo dejemos así, como pasó con Alonzo.

—Alonzo, Alonzo, ese pendejo que tiene que ver.

—Me hizo ver las cosas, se nos fue de las manos, solo era un acoston, no estar como hambreados comiéndonos en cada lugar, no era una eran dos o tres, al día ¡soy una puta!

—No lo digas así—la sostuvo de las manos.

—Y como debería llamarme, me acosté con un casado, sabiendo que su mujer nunca fue mala conmigo, me hace sentir una bruja.

Lionetta se apartó, esto había sido mucho, después de la estupidez que dijo Greta era mejor irse de la casa Bianchi e irse a la casa que se construyó de los cenias de los Pastral, el incendio dejo nada, pero su tío Bianchi se encargó de reconstruir la casa, era momento de irse.

Lo de ese bebe, lo lamentaba porque no iba aceptarlo, menos dar un hijo, quien da su sangre fríamente.

Ambos vieron al doctor que se acercaba.

—Doctor—ambos dijeron.

—La señora Bianchi está bien, solo tuvo un episodio de ansiedad, no hay nada malo en sus análisis, y por su historial clínico me sorprende que después de mucho está en estado, aunque solo tenía un desorden hormonal.

—No comprendo de que me habla—cuestiono Aurelio.

—La señora Bianchi está embarazada señor Bianchi, felicidades será padre—felicito el doctor—Su esposa está dormida no tardara en despertar.

La cara de Aurelio lo decía todo, eso era imposible, mientras que para Lionetta sitio el balde de agua fría en su rostro aterrizándola, él se giró para verla y noto la cara de Lionetta pálida.

—Cuando guste puede pasar a ver a su esposa.

—Espere, no habla enserio, Greta no puede tener hijos, hace mucho tuvo un... A borto y el medio que la trato le comento que no podría volverse embarazar.

—Por lo que vi en los resultados su mujer está sana, el control hormonal es muy normal, el estrés, cambios físicos, la alimentación podría también afectar, pero todo lo demás ella esta perfecta, la pasare con la ginecóloga para hacerle el ultrasonido y ver la gestación de su esposa. —comento el doctor dejando Aurelio pasmado.

No podía creer que estuviera embarazada, y no solo eso le costaba que ese bebe no era suyo, ella se estuvo revolcando con Alonzo, se limpió la boca lleno de ira, no iba a cargar con el hijo de otro, se dio la vuelta para ver a Lionetta, pero esta no estaba.

La joven pastal sintió que su cara ardía por las lágrimas, no sabía porque le afectaba si esto un día pasaría, Aurelio tendría hijos, y lo que paso con el seria solo un lindo recuerdo, ese era la idea, debia dejar las cosas así, no había más que hacer, esta noche tomaría sus cosas sin que nadie se dé cuenta.

Mientras que Aurelio camino furioso hasta la habitación, Greta apenas parpadeaba por la luz de la habitación, se sorprendió donde se encontraba más cuando vio a su esposo serio entrar.

—Aurelio, ven amor. —dijo ella pero el solo se quedó enfrente de la cama—Aurelio dime que no es verdad, sabes que te he paso mucha cosas, pero ¿Lionetta? Es una cría para ti, que te deslumbro su juventud, su culo joven, porque solo es eso, Aurelio en cambio yo te he pasado tantas infidelidades.

—Terminaste.

—No me hables así, mira como termine por lo que vi...—el alzo su mano.

—Vas a joderme con esa estupidez, basta Greta, no soy un niño que se manipula, si te engañe fue porque tu hacías lo mismo, antes que yo—ella parpadeo.

—No sé de qué me hablas.

—No lo recueras, el socio francés, el americano, Arturo Ferrer, quieres que le siga.

—Basta Aurelio.

—Porque lo haría, nos divorciaremos Greta lo dije enserio en el restaurante.

— ¡Es por ella! Vamos Aurelio ni siquiera es bonita, es simple, no tiene nada de que pueda gustarte no es tu tipo de mujer.

—Bueno si no fuera mi tipo no me la hubiera cogido en cada rincón de la finca, en la habitación, en la biblioteca, el despacho, los establos, la oficina, en el auto, en cada rincón que me apetecía meterle la polla. —el rostro de Greta se puso rojo—Debia asegurarme de tener un hijo con ella y eso estuve haciendo, poniéndome la polla dura imaginado como su vientre crecerá vaciándome en ella.

—Eres un maldito hijo de puTa Aurelio Bianchi, jodete, no te vas a librar de mí, no lo harás. No te vas a ir por ella, no me vas a cambiar por Lionetta.

—Creo que ya lo hice fue gracias a ti Greta, a partir de hoy dejaras de ser la señora Bianchi.

—Ella no se casara contigo, no lo hará Aurelio, soy tu esposa.

—No vamos a seguir con esa mentira, no cuando el doctor me dio tus jodidos resultados.

—No me importa lo que digas, soy tu esposa, esa mocosa no se quedara con lo mío, no la quisiste antes, no me vengas que ahora la quieres hacer tu esposa, tú te negaste Aurelio hace años.

— ¡Y fue mi error! Pero ahora es mía, la hice mía, me recorrido dentro de ella tantas veces que supongo que sabes que pasara, la idea fue tuya, no mía, y eso agradezco.

—Maldito infeliz.

—Si lo soy, pero tú no te quedas atrás, espero que le hables Alonzo y se haga cargo porque no lo haré yo—la cara de Greta lo decía. —Crees que no lo sé, sabía que te acostabas con el desde hace cuatro meses, fue buena ida lo del condón aunque tuvimos nuestros encuentros jamás me corrí en ti, gracias por preocuparte por mí.

—Basta Aurelio.

— ¿Basta? Porque mejor no le hablas y se haga cargo de lo que llevas en el vientre.

—De que hablas.

—El doctor me acaba de felicitar por las nuevas, que seré padre Greta, y claro sabemos que se hijo no es mío si no de Alonzo Galli, así que después de esto el divorcio será necesario—dijo el saliendo de la habitación.

—Aurelio... ¡Aurelio! no te vayas ¡No te vayas! ¡Maldita sea! No es posible yo no.... —se llevó las manos a su cabello desesperada.

Que iba hacer con este hijo, a mala hora salió embarazada, porque no fue de Aurelio, golpeando la cama con fuerza, lo ha arruinado todo.

Te Quiero a mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora