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—No hay nada que decir, y no tengo porque darte explicaciones Alonzo, será mejor que esperes en el comedor—comento Lionetta ofendida por sus comentarios.

—Solo así.

—Si solo así, Alonzo, en todo caso tú no tienes nada de reclamar o decirme, en todo caso sería la misma Greta si nos vea, o es que iras a decirle—inquirió Lionetta.

Sabía que esto fue arriesgado, pero no le importaba que la descubriera, si no la forma en cómo se expresó de ella, diciéndole que era una zorra.

Era un jodido ardido, porque estas semanas él quería algo más que un simple beso en la mejilla, no niega que le coquetea y si insinuaciones, pero lo que tiene con Aurelio es puro fuego.

Talvez se estaba desangrando porque si lo era una puta zorra cogiendo al esposo de una amiga, pero que te lo diga alguien que no le tiras bola, era el colmo.

En cambio, Aurelio se mostró serio y miro como la joven Pastral empezaba a levantar la voz, no importaba que se enterara de una vez Greta, igual tenía planeado hablar con ella, y para estos meses él ya había hecho a la idea que Lionetta debía estar embarazada de él.

—Te estas convirtiendo su amante, vales más que eso Lionetta, yo quiero algo contigo, pero él no te dará nada. Tiene amantes y se coge a cuanta hembra quiere.

—Bueno no le he pedido fidelidad, no es mi esposo—dijo con descaro que Aurelio no dejo de verla. —Sé que es un infiel de primera, si no estuviera en mi habitación buscando coño cuando tiene una buena y ardite mujer, se reconocerlo.

—Te escucho y no sé qué pensar Lionetta, puedo darte mejor que eso, también piensa en Greta.

Lionetta sonrió, Greta se había vuelto un grano en el culo, con el tema de tener un hijo con Aurelio como si ella tuviera la respuesta de todo, sus insinuaciones, no le agradaba.

—No sé qué hacer Lio, tú debes tener tanta suerte, un vientre sano, no como el mío.

—Bueno la ciencia esta demasiado avanzada, dices que el doctor comento que es posible que ya no puedas tener hijos, pero no descartes la idea de hacerte estudios.

—Sí, además me estreso con facilidad, y eso arruina mis hormonas, desde hace meses que la poca vida sexual con mi esposo no es la misma y ahora menos, no me ha tocado—Lionetta solo asintió afligida sabiendo que ahora su esposo esta comiéndose a otra y esa otra es ella.

—Bueno tal vez dejes de estresarte y que la gracia de dios te llene el vientre, te imaginas, supongo que no te cuidas.

—Bueno Aurelio usa el condón—Lionetta frunció el ceño—Yo se lo pedí dirás es tu esposo, pero, bueno los hombres no son santos, evitar ya sabes una enfermedad—la joven hizo una mueca, algo que con ella no usa—Al principio no, pero cuando le descubrí unos mensajes, hace meses, se lo exigí.

—Haces bien, uno nunca sabe—pensó ella ahora debía hacerse un maldito examen. Tanto que se lo exige y el solo diciendo que estaba limpio.

Aurelio tenía ese modo de convérsela, verlo desnudo sobre ella, la prendía mucho.

—Lio, ojalá, pero si poder estar en tus manos.

—Que quieres decir, yo si pudiera hacer algo lo haría, pero sí creo que es lo que piensan, no creo Greta.

—Lo sé, bueno cambiemos de tema.

Sintió los dedos de Aurelio sobre su cintura, pensó que esto podría durar más, pero, ahora que los vio Alonzo lo dudaba.

Te Quiero a mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora