2

3.1K 280 34
                                    




—Puedes creer que Lionetta Pastral regreso de su viaje de rebeldía, supongo que se le acabo la inspiración.

—Porque me dices eso—dijo su esposo, dejando a un lado el periódico. —La vi entrar a la mansión, solo no tuve tiempo de poner atención, ya que lo mencionas se me hizo raro ver a una mujer entrar.

— ¡Como no la reconociste!

—Deberá hacerlo, casi no le puse interés a Lionetta.

—Bueno en eso tienes razón, solo era una cría, cuanto debe tener ahora, veintidós, decirlo me siento vieja amor.

—Porque deberías sentirse así—la rubia rodo los ojos, tenía sus motivos.

Pertenecer a la gran casta de los Bianchi le abría puertas a la sociedad, no se conformaba con ser hija de un lote de pescados, quería más, además está enamorada de su esposo, sabe que no es fiel y que se ha metido con tanta estúpida mujer, que le abren la piernas a su esposo, sabe lo que es su posición pero no por ello hará un escándalo.

Mujeres como ella se traga todo eso.

Aurelio no dice nada solo bebe su café, con la vista en la terraza, donde se acostumbra usualmente a desayunar con su esposa, un habito que a pesar de que su relación no es fría intenta continuar, le dio su palabra que jamás la dejara después de saber su condición infértil.

Y para una mujer que es familia de un Bianchi es necesario procrear para mantener su posición, eso lo sabe perfectamente bien Greta. Un vientre de alquiler seria la solución, pero no desea que otra mujer cargue el hijo de su marido, que tal si las cosas se complican, tampoco desea que sea hermosa y joven, podía nacer el interés y hacerse ideas estúpidas con su esposo, aunque no descarta que pueda evitarlo.

Es mejor evitar el mal sabor de aquello.

Aurelio la observa con sus ojos azules fríos como siempre han sido desde que tomo el lugar que su hermano Elsemo dejó y del cual no está interesado, tenía planes, cuyo sacaría su provecho y dejaría el yugo de la familia Bianchi, pero su hermano tuvo la culpa de morirse.

Su mujer s e levanta seduciéndolo donde el recibe sus labios, lo cual ella gime en su boca, ansiando atención.

—Ahora no, necesito ir a la reunión de la empresa, con eso que Lionetta regreso supongo que es tiempo que tome sus acciones.

—Dudo que al regresar quiera tomar un cargo, las mujeres queremos cosas como ropa, perfumes zapatos.

—Lo dices tú, pero si regreso no la voy a mantener. —se puso de pie. —necesito que el fin de semana empieces con los preparativos del domingo sabes que es día sagrado en la familia Bianchi darle la bienvenida a la pastral, no tenía previsto su regreso, lúcete como sabes hacerlo.

—tu tío tiene muchas consideraciones para ella, después de que se fue como si no agradeciera todo lo que hemos hecho por ella, amor, deberemos irnos de viaje será nuestro séptimo aniversario.

—Siete años.

—Si siete—confirmo ella— ¿pasa algo?

—El consejo presiona el interés de un heredero en la familia—la cara de Greta se contrajo.

—Bueno si tu hermano no hubiera cometió la estupidez de accidentarse tal vez no estaríamos con tanta presión, sé que has callado para que nadie sepa sobre mi problema, Aurelio gracias por perdonarme, no pensé que ese daño causara estragos ahora.

—Fue mi culpa.

—si pero yo accedí me siento joven, pero ahora ni eso, y van a presionar y van a investigar—el negó.

Te Quiero a mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora