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La joven Pastral había decido que no iba seguir con los juegos, después de Alonzo le había amargado las cosas, también había pensado en todo aquello y tenía razón, fue suficiente, lo que paso entre ellos se salió de control.

Maldecía porque una parte de ella le gustaba Aurelio, la forma en que la miraba con tanto deseo y esa forma de tocarla y hacerle venir, sus espontáneos encuentro llenos de efusividad, se removió en su cama, ansiosa, puso límites y ahora debía ponerse dura con ellos.

"No Lionetta no caigas, no puedes desearlo, él está casado, y no la va dejar por ti, y no sería gusto para ella"

Golpeo la cama enfurecida y su mal humor una semana y estaba sintiendo los estragos de extrañar sus besos. Era mejor dormirse y dejar de pensar en el.

Greta no paraba de vaciar su estómago estos días son estresante, tenía pensado en decirle en la cena, pero todo indicaba que Aurelio saco un pretexto y no estaba de buen humor, podía verlo como Lionetta que se miraba acalorada y molesta.

Tal vez han discutido y eso no era conveniente o tal vez era mejor así Aurelio no se acostaría con ella.

—¿Ya te vas? No vas a quedarte a desayunar —comento al ver Aurelio salir de la habitación.

—Si es tarde, necesito hacer unas visitas algunos viñedos y ver el mantenimiento.

—Bien, estaba pensando que podrías salir esta noche, ir a cenar, pero igual quería invitar a Lionetta, la he visto algo solicita, como que no se siente bien.

Aurelio no respondió, pero afirmo con su rostro tomando su saco, beso la frente de Greta y se fue, mientras ella solo sonrió, era hoy esta noche debía hacerlo, su teléfono vibro y fue hasta el solo para ver de quien se trataba, rodo los ojos y solo denegó la llama, no tenías ganas de verlo, además era muy arriesgado ahora más que nunca debía convencer a Lionetta sobre el tema del bebe y que mejor que acorralarla.

Cuando la vio ella estaba leyendo un libro y saboreando una cuchara con chocolate, no dejo de observar cada movimiento de ella, era linda, y es posible que ese bebe herede sus genes, pero esperaba que fuera más fuertes los de Aurelio.

Pero la idea de su esposo en acostarse con ella, no le agravaba para nada igual que no quedara de ella.

—Lionetta, podemos hablar.

—Claro —dijo ella haciendo a un lado el libro

—Quiero ir a cenar esta noche, pero quisiera que fueras con nosotros.

—Oh, ya veo, pero no creo seria mal tercio —comento ella incomoda, no le agradaría la idea de ir como mosca.

—Vamos solo es ir a cenar, nada más —tomo las manos de la joven Pastral —Tenemos mucho que no salimos los tres, te acuerdas que íbamos a las ferias.

—Eso fue hace mucho tiempo.

—Ni lo digas me haces sentir vieja.

—Bien espero no ser mal tercio.

—No lo serás, lo aseguro —dijo Greta.

Lionetta no estaba seguro de ir cuando estaba a nada de llegar la hora, pensaba en que pretexto poner, realmente serio incomodo verla como toma Aurelio y este lo ahí como si nada, no debía ni sentir celos, pero lo hace y esa parte los frustra.

No estaba enamora, y está segura, y la idea le empezaba a dar urticaria, al menos cumplió su sueño de cogerse Aurelio Bianchi, hasta ahí Debia perderse el encanto.

Te Quiero a mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora