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Quackity decidió no esperar al día siguiente, saco sus alas y alzo el vuelo dirigiéndose a Karmaland. ¿Rubí? No podía pensar en ella ni en como reaccionaria, en ese momento solo necesitaba hablar con Luzu. El pelinegro pensó que le diría al llegar. No estaba seguro de si debía empezar por la parte de lo que había visto en las grabaciones o pedir perdón directamente, y ya luego hablaran de los detalles.

Cuando finalmente llego a su destino, aterrizo delante de la puerta, tosió para aclararse la voz y toco el timbre. Quackity se sorprendió mucho cunado Luzu le abrió la puerta con los ojos rojos y llenos de lagrimas.

-¿Luzu? -dio un paso hacia ella. -¿Que pasa?

La castaña no dijo nada, pero le agarro del brazo y tiro de el para que entrara en la casa. Una vez dentro, camino tras ella hasta el comedor, donde vio a Auron en el sofá con una botella de cerveza en la mano. 

-Hombre... -dijo con una sonrisa al ver a Quackity. -Me alegro de verte.

-No puedo decir lo mismo -contesto sin ocultar su enojo. -¿Que paso y por que Luzu esta llorando?

-Que te lo diga el -murmuro la castaña entre dientes. Se le notaba que estaba furiosa, quizás dolida.

-Ah, y yo que se... si que las mujeres se enfadan por todo... Auron tomo otro trago y siguió hablando, aunque no parecía pensar lo que estaba diciendo. -¿Saben quien mas se enfada sin motivo? Lolito. Joder, Lolito es terrible. Tiene un carácter que vamos ... uf, que carácter mas malo. Y de ti Quackity, mejor no hablar.

-Si, será mejor que te calles antes de que te rompa los dientes.

Quackity miro a Luzu que seguía llorando en silencio y miraba a Auron con el ceño fruncido. Y el seguía sin saber que había ocurrido. Pero por la situación, daba la sensación de que Auron no había podido aceptar la ruptura.

-Auron lleva aquí un rato, y me ha contado algo que te interesara saber -soltó de pronto la de ojos rojos. -¿Sabias que realmente no llegaste a acostarte con Rubí?

-¿Que dices?

-Pues dice que fue mentira, que Rubí espero a que te emborracharas y cuando te dormiste te quito la ropa y se metió en la cama contigo. Eso fue todo, y tu y yo, como idiotas no los creímos.

-Espera, espera. ¿Cómo sabe el todo eso?

-Porque al parecer ese era el plan. Auron le mando un mensaje cuando yo salí del hotel para que todo estuviera preparado y los encontrara en ese estado. Como también Rubí le mando un mensaje para que supiera cuando nos estarías vigilando.

-Bueno, esa fue una parte. Llenarles la cabeza de tontearías... y hacerlos sospechar el uno del otro... también nos salió muy bien... Que fácil fue todo. Si que no los pusieron en bandeja de plata con sus celos...

-No puedes ser... -murmuro Quackity. -¿Quiere decir que...?

-Que no han estado manipulando desde hace años, y nosotros como tontos confiamos en ellos -interrumpió Luzu con las lagrimas aun cayendo por sus mejillas.

Quackity se sentó en una silla mientras tratada de asimilar lo que acababa de escuchar. ¿Seria eso cierto? 

-Ya no se que pensar. Pero cuando vea a la perra de Rubí la voy a matar.

-Rubí... ella si que tiene un problema con el niño... -balbuceo Auron, estaba a punto de quedarse dormido.

-Fuera de mi casa -dijo Luzu, se levanto y llevo casi arrastrando a su exnovio hasta la puerta, mientras este no paraba de quejarse. 

Luzu cerro la puerta de golpe, las manos le temblaban de los nervios y estaba muy confundida, igual que Quackity. Cuando entro de nuevo al comedor, los dos se quedaron mirando sin decir nada. Todavía no sabían muy bien como reaccionar.

-Si todo eso es cierto, yo... fui un idiota.

-Los dos lo fuimos... Lo siento, Quackity. Lo siento por todo.

-Yo soy el que lo siente. Sabes... venia de ver las grabaciones del hotel. Cometí un error, fui un idiota, perdóname, por favor.

Ante la mirada cargada de pena y confusión de Luzu, Quackity se levanto y la abrazo con fuerza.

-¿Que va a pasar ahora?

-Tengo una idea -Quackity se acerco a la ventana y miro afuera, Auron estaba tirado en el suelo. -Quizás podamos hacer que ellos mismos confiesen lo que hicieron.


Malentendido-LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora