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— Mierda, mierda, ¡mierda! — Me desperté en mi escritorio, con mis libros esparcidos por todo el escritorio. — ¿Qué hora es? — Dije apresurado, levantandome y guardando todos los libros que estaban encima de el escritorio.

— Creo que... la hora de matemáticas. — Me giré rápidamente al escucharlo para ver la figura de mi hermano mayor apoyado en la puerta de mi habitación. — Me quedé dormido... — Dije mientras me agachaba para recoger todo lo tirado.

Ayer fue una noche movida, mi querido hermano Han Jisung trajo a su novio a la casa sin ningún permiso alguno. Se dedicaron a follarse toda la noche y no pude evitar escuchar sus gritos y gemidos. Por culpa de eso no pude terminar la tarea a tiempo, y si no tuviera bastante, me había quedado dormido.

— Anoche la pasasteis bien, ¿no? — Dije sarcástico mientras acomodaba el ultimo libro en mi mochila.

No pude evitar no reirme cuando vi la cara de Han sonrojado, si de por mí hubiera sido le hubiera hecho una foto y la hubiera colgado en todas mis redes sociales.

— No te preocupes, no le diré nada a mama. — Le dije posando mi mano izquierda en su hombro y dandole una sonrisa un poco falsa.

Eran exactamente las 12:13 de la tarde, y ahí estaba yo, corriendo por el autobús de las 12:15 que no volvería a pasar hasta las 13:00, el cual si lo esperaba me haría retrasarme más de lo que me había retrasado para llegar a la universidad.

— ¡Por favor espere! — Gritaba mientras seguía corriendo detrás del autobús. — ¡Le pagaré más si hace falta! ¡Por favor espéreme! — Empecé a cansarme y a jadear, tuve que pararme y agachar mi cabeza para recuperar el aire y seguir atrás del autobús, aunque cuando decidí ponerme de nuevo en marcha era demasiado tarde.

— ¡Dios, todo me tiene que pasar a mí! — Exclamé tirando mi mochila al suelo, mientras miraba al cielo cerrando mis ojos pidiendo que mi madre no me formara un revuelo al enterarse que no fui a la universidad.

Mientras seguía posicionado en el mismo sitio, sentí una voz detrás mía grave, pero no tanto como para inquietarme.

— Con que, tú también has perdido el autobús.— Me giré intentando contestarle pero me interrumpió.

— Déjame adivinar, te has quedado dormido, te has arreglado de prisa para no perder el autobús y eso ha hecho que olvides ponerte tus pantalones correctamente.— Miré hacia abajo. —Terminaste perdiendolo y ahora mismo estás queriendo desaparecer para que tus padres no te maten cuando llegues a tu casa.

Me quede completamente en shock, mirandole desconcertado sin saber como este joven que no aparentaba mas de 25 años sabía lo que me había pasado.

Pasaron unos minutos "incomodos", más para mi que para él. Él, al contrarío, parecia disfrutar de la situación, hasta que decidí hablar.

— Primero, ¿quién eres?, segundo, ¿cómo sabes eso?, tercero, ¿quién mierda te crees para saber de lo que me pasa?

Lo tercero hizo que el mayor soltara una risa, aunque dejó de reir pronto cuando vió mi cara de "Como no me des explicaciones te pongo una orden de alejamiento".

— Oh, lo siento, no me había presentado. Soy Hwang Hyunjin, tengo 23 años, vivo en la calle de atras a la derecha, tengo...

Decidí interrumpirlo.

— Solo te pregunté que quién eras, no que me contaras tu vida.— Ví un poco de su vergüenza en sus ojos, me sentí un poco mal por mi forma de responderle, así que decidí cambiar de tema.

— Vale, ya sé quien eres, ahora como sabes lo que sea que dijiste antes.— Podría parecer estupidas estas preguntas, pero realmente quería saber las respuestas.

El chico suspiró.

— Lo primero lo deciás mientras corrías, lo segundo se nota con solo ver que llevas la camisa arrugada.
— Decía mientras tocaba mi camisa intentando disimular las arrugas. — Lo tercero, em...— Bajó la mirada. Tenía los bolsillos de mis pantalones delante y la cremallera atrás.— Y lo último, al igual que lo primero, lo deciás terminando tu carrera que tristemente fracasó.— Reí por lo ultimo.

Pasamos un rato hablando, era bastante agradable hablar con él. Era divertido y gracioso, y aunque nos habíamos conocido hace 10 minutos parecía que nos conociamos desde pequeños.

Me acompaño hasta mi casa, viviamos bastante cerca, a una calle de distancia. Al llegar a la casa, nos quedamos en la puerta terminando nuestra conversación, hasta que nos fijamos en la hora y ya era bastante tarde.

— Ha sido un gusto conocerte, am... — Se quedó pensativo. — Felix, Lee Felix. — Contesté. — Entonces, ha sido un gusto conocerte Felix. Esperó que nos veamos pronto. —

Me dedicó una sonrisa y siguió su camino hasta su casa, su sonrisa era jodidamente linda, y si de por mi fuera, me quedaría viendola todas las horas posibles que pudiera.

Me dedicó una sonrisa y siguió su camino hasta su casa, su sonrisa era jodidamente linda, y si de por mi fuera, me quedaría viendola todas las horas posibles que pudiera

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Flechados | Hyunlix ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora