Flechados / Hyunlix
- Con que, tú también has perdido el autobús.. -
Quien diría que esa frase formaria una linda historia.
- Contiene mas ships.
- Todo es ficción, nada esta hecho con la intención de hacer quedar mal a los idols/artistas mencio...
El capítulo será algo igual que el anterior, sólo que desde el punto de vista de Hyunjin. Dando algún que otro detalle que no fue dado en el anterior capítulo. ———————————————————————————
Estaba caminando con Felix, feliz de estar a su lado en este momento.
Aunque había algo que me inquietaba, y lo descubrí en cuanto él tocó el hombro del rubio.
— ¿Pasó algo, Han? — Habló Felix primero, mirándole extrañado.
— Oh no, sólo quería hablar contigo, hermano.— Los ojos de Lix brillaron, haciendo que se me escapara una sonrisa tonta. Aunque no duró mucho, veía la cara de Han y me describía perfectamente la situación. Lo estaba utilizando.
— ¡Claro! — El chico se paró y sonrió levemente a mi pareja, no lo suficiente para encubrir que era una sonrisa forzada por mi presencia.
Felix iba a andar hacia él pero lo pare, agarrándole del brazo.
— Cualquier cosa, estaré adelante con Minho.— Dije mostrándole una sonrisa sincera, quería que viese que lo apoyaba en esto, aunque las intenciones del contrario no me estaban gustando nada.
— Todo estará bien, amor.— Puso su mano en mi mandíbula y me besó, para luego cambiar de sentido y dirigirse a Han.
En cambio yo, corrí hacia Minho.
— Minho, ¿por qué Han quiere hablar con Felix? — Pregunté directo, olvidando los modales. Vi como el chico mostraba una sonrisa triste. — ¡Minho habla!
— Quiere hacer que se vaya, le incómoda su presencia.— Dijo sin rodeos. — Traté de evitarlo, ¡incluso quería que lo hiciese yo! Pero fui claro, no iba a hacerlo. Así que decidió actuar por su cuenta.
Mi cara palideció, giré mi cabeza hacia atras y pude ver a Han andando hacia nosotros. Solo.
Y Felix atras de él llorando, inmovilizado.
— Dile a todos que nos vamos.— Dije rápido. — ¡Invéntate cualquier excusa!
Sin pensarlo corrí hacía él y me arrodillé a su lado. Se apoyó en mi pecho y lo abracé fuertemente, no iba a dejarlo ir. No por un desgraciado.
— Sabía que no tendríamos que haber venido. Fui un idiota, Felix yo- — No me dejó acabar, juntó sus labios con los míos y me calló. Ahogó mis palabras, y no me podía importar menos en este preciso momento.
Se separó, mostrando una sonrisa triste, se acurrucó otra vez en mi pecho y habló.
— No hay de que disculparse, Hyunjin. No sabía sus intenciones y tú tampoco, amor.
Ese apodó que tanto me gustaba, ese apodó que me volvía loco cada mañana y cada vez que lo pronunciaba él. Solo él. Él.
— Aún así, no debi dejarte solo.— Bajé un poco mi cabeza, aunque el rubio la subió de inmediato, mostrándome una sonrisa cálida. Hicimos por un segundo contacto visual, ignorando completamente las familias que pasaban por nuestro lado.
— De verdad, no pasa nada.— Volvió a acurrucarse en mi pecho y sonreí, otra vez, cómo un tonto enamorado. — Los demás ya saben que no vamos a volver. Otro día será.
Recibi un asentimiento por su parte y nos pusimos en marcha hacia su casa, conversando animadamente y dándonos caricias por el camino.
En su casa, decidí quedarme junto a él, no quería dejarlo solo. No iba a dejar que sus sueños se volvieran negros y apareciese él en ellos para hacerlo asustar.
Juntó a mí, al menos, pensaba que estaría mucho mejor y olvidaría el tema por unos minutos. O eso pensaba, porqué yo sentía lo mismo con él.
Junto a él todo era de colores, no había ni una gota de oscuridad en mi mente. Él ponía color a mi vida, y esperaba que yo hiciese igual en la suya.
Porque si no fuese así, lo intentaría. Él se merecía el cielo, era alguien irreal, era mi ángel.
Y no dejaría que nadie le hiciese daño y apagara esa luz que sólo tenía él.
Porqué lo amaba, y esperaba que él también lo hiciese.
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Capítulo corto para que también viesen un poquito de los sentimientos de Hyunjin.