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— Mmh...— Jadeé al despertarme.

Me incorporé en la cama viendo poco, por las mañanas no veía casi nada, tenía que terminar de despertarme.

Toqué por los lados pero no encontraba a Hyunjin. ¿Se había ido ya? ¿Dónde estaba? Recordaba haberme dormido junto a él.

Desanimado bajé a la cocina, viendo finalmente a Hyunjin, estaba haciendo el desayuno junto a mi madre.

Al parecer ya se había ganado a su suegra.

Sólo faltaba ganarme yo a la mía, pero no sabía cuando ya que apenas había visto fotos de su hermana.

Así era Hyunjin, no mostraba a su familia en lo absoluto. Parecía ser reservado en ese tema, a veces desviaba el tema o solo lo ignoraba. Sólo hablaba de su hermana con total normalidad.

— Vaya, parece que sabes cocinar muy bien. Felix no me había dicho de eso.— Me sonrojé al escuchar mi nombre en su conversación.

Nayeon subió la mirada y me vio terminando de bajar las escaleras.

— ¡Hablando del rey de Roma! ¿Cómo amaneciste, cielo? — Dijo saliendo de la cocina para posar sus labios en mi frente y darme un pequeño abrazo, el cuál correspondí.

— Bastante bien, ¿ustedes? — Dije mirando a ambos, dedicandole una sonrisa a el mayor, el cual ya estaba sonriendo.

— ¡Muy bien! Ven aquí, estábamos haciendo el desayuno.— Dijo tirando de mi brazo hacia la cocina.

Fui hacia Hyunjin, él sonrió de nuevo y me agarró por la cintura, dándome un pico.

— Buenos días lindo.

— Buenos días cielo.— Dije devolviéndole el pico.

Nayeon nos miraba con ternura, sin querer cortar el momento.

— ¿Qué estabais haciendo? — Dije hechando un vistazo a la comida.

— Oh, estábamos cocinando algo simple, unos huevos con bacon.— Dijo el mayor.

— Si quieren terminó yo esto, vayan a la habitación o estén tranquilos de mientras. Yo les avisaré cuando esté listo.— Sonrió y asentimos en respuesta, ambos nos fuimos a mi habitación, tomados de la mano.

— Tan lindos. Cada día más enamorada de estos dos. -en sentido de que ama la pareja- — Dijo la más mayor con la mano en el pecho viendonos a ambos subir las escaleras cogidos de la mano.

Ya arriba, nos adentramos a la habitación tumbandonos en la cama, yo cómo antes tenía mi cabeza apoyada en su pecho y él estaba acariciando mi cabello.

— ¿Te dije alguna vez que te ves muy lindo recién despertado? — Dijo el mayor con los ojos iluminados.

— La verdad es que no.— Dije poniendo pucheros.

— Entonces, te ves demasiado lindo recién despertado.— Dijo para luego incorporarse un poco para darme un pico.

— ¿Y a ti te dije que te ves sexy cocinando? — El mayor rió.

— Nunca, pero no hace falta que me lo digas. Tu mirada dice mucho.— Me sonrojé, apartando la mirada.

El mayor me devolvió la sonrisa y se volvió a tumbar, cerrando los ojos para dormir un poco.

Cuando noté que el mayor estaba completamente dormido me levanté de la cama, sentandome en mi escritorio. Quería aprovechar y estudiar algo, ya que después seguramente no tendría tiempo.

Empecé a estudiar, tratando de entender lo que decía, pero sólo veía palabras. Era algo que me pasaba muy a menudo.

— Cuando necesitó estudiar no puedo...— Dije empezando a estresarme. Me impulse para atras ya harto, chocandome contra la estantería sin querer.

Flechados | Hyunlix ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora