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Decir que no estaba asustado era de idiotas.

Hyunjin me había mandado un mensaje a las 8 de la mañana sobre que necesitaba hablar conmigo, que quedaramos a las 12 en el café donde en nuestros inicios pasábamos después de mi universidad.

Todo estaba empezando a ir bien y ese mensaje envío un escalofrío a todo mi cuerpo.

¿Quería dejarme? ¿Había conocido a otra persona? ¿Pasó algo?

No dejaba de preguntarmelo. Ayer estuvimos tan bien que no encontré defectos que le diesen un motivo para dejarlo todo ahora. Por lo que me estremecí más en mi interior y juré y perjure que no fuese nada.

Lo encontré en nuestra mesa habitual, mirando hacia todos los lados nervioso. Al chocarse con mi mirada, pareció relajarse. Pero en mí, paso lo contrario. Me puse peor.

Tome asiento a su lado y esperé.

— Yo... siento por haberte citado de manera tan repentina.— Dijo rascándose su nuca, yo negué con la cabeza.

— No es nada.— Dije nervioso, tartamudeando en el intento. — ¿Paso algo? — Me atreví a preguntar.

— De hecho...— Estaba preparado para lo peor. — Sí, sí paso algo.

— ¿Es sobre nosotros? ¿Quieres dejarlo? — Dije inquieto y pálido, estaba comenzando a agobiarme.

Hyunjin rápidamente negó todo y se posicionó a mi lado, relajándome.

— No, no. Felix, nada de eso.— Dijo abrazandome. — Es sobre mí. Sobre mi familia.

Tragué seco y lo miré.

— ¿Estás seguro, Hyunjin?

— No he estado más seguro en mi vida.

Asentí y volvió a su asiento, tomando aire para empezar a hablar.

— Cuando era pequeño siempre soñé con tener un futuro prometedor, ser alguien en esta sociedad, hacer lo que me diese la gana. Y cuando cumpli los 18, estaba dispuesto a hacer exactamente eso. A hacer lo que mi yo de niño quería.— Suspiró para después continuar. — Desgraciadamente, eso no pasó. Quise independizarme el siguiente día de mi cumpleaños, tenía todo listo. Mis ahorros, la casa la cual compartiría con mi hermana, tenía una beca perfecta. Pero mis padres me pusieron los pies en el suelo y no me dejaron volar. Me encerraron en mi casa y me dijeron que eso era inútil, que era mayor y debía dejar de soñar con cosas que no iban a ser. Al día siguiente, me escapé de mi casa y busqué refugio donde se suponía que debía haberme mudado, a casa de Yeji. A nuestra casa de ahora. En cuanto me vio me dejo pasar, me comprendía perfectamente. Ella también quería independizarse rápido, pero sabía como eran nuestros padres y dejo que pasarán dos meses. Sin embargo, yo no quise esperar. A la mañana siguiente mis padres llamaron como locos a mi hermana y les obligó a decirles la verdad, quisieron venir a buscarme pero ella lo impidió, yo era mayor de edad y podía estar donde quisiese, ahora mi vida me pertenecía a mí. Pasados los años no recupere la confianza con mis padres, a un nivel que decidí cortar la comunicación con ellos. Yeji sigue hablando con ellos y ayer me dijo que debería arreglar las cosas, que habían pasado 4 años y debía hacer algo. Y es lo que quiero hacer. Quiero arreglar las cosas con ellos, quiero presentarte a ellos. Pero necesitó tu apoyo, sino, creó que no podré hacerlo solo.— Terminó sollozando.

Me apresuré en abrazarlo y en acariciar su cabello, en decirle que todo estaría bien y estaría junto a él. No me iba a ir de su lado.

— ¿Cuándo hablarás con ellos? — Me atreví a preguntar.

— Está tarde. Yeji habló con ellos para comunicarselo.— Dijo. — Quiero que vengas conmigo.

Me estremecí en el sitio. Conocer a los padres de Hyunjin en estás circunstancias me parecía algo... precipitado. Pero lo entendía, y lo iba a acompañar.

Flechados | Hyunlix ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora