» 18 de junio, 2XX8
Una vez más las luces se encienden todas a la vez. El destello de colores del escenario tan familiar en medio de la oscuridad.
Una última vez.
Hoy no hay público. Las sillas del estadio están vacías, todos, casi todas. Dos personas: una con el cabello azul como las paletas que comíamos de niños, una cuya sonrisa no había visto en años y la primera sonrisa que recuerdo. Falta alguien.
Si ella estuviera aquí, esta no sería la última vez. Si estuviera, las cosas estarían bien. Ahora estarán bien. Tienen que estar bien.
Mis pasos hacen eco en el escenario, se pierden en el vacío y se detienen frente a un piano: el primer instrumento que aprendí a tocar.
Deslizo las manos sobre las teclas, como un juego, como si el tiempo no estuviera a punto de acabarse, como si volviera a ser un niño con sueños, con ganas de vivir. De cierta forma volví a serlo, pero eso también está llegando a su fin.
¿Cómo sabes cuando se empieza a acabar el tiempo?
Lo sabes, en el latido de un corazón que decae, en los pensamientos que, como trenes en la mañana, llegan cargados de memorias.
Una última canción.
Con la primera tecla aparto la vista de ellos. Con la siguiente, pretendo que las lágrimas no existen.
Si fui egoísta toda mi vida, que esta sea mi enmienda. Que esto haya valido la pena.
Cada tecla es un latido que se acerca al final. Cierro los ojos a la melodía, a cada nota, porque si aquí termina todo, si ella no puede estar aquí, esto es lo que quiero hacer cuando el tiempo se detenga, cuando la ultima nota haga eco en los techos del teatro.
Solía refugiarme en la música cuando el mundo era una tormenta.
Ella era una tormenta.
Solía querer esto.
No hay aplausos. No hay palabras cuando una canción se detiene y le sigue otra.
Un niño con un sueño, un sueño trizado por el presente, por el futuro, por el pasado.
Las lágrimas caen, sobre el piano, sobre el movimiento desesperado de mis manos en una melodía que empieza rápida, que pierde fuerza y se detiene antes de la nota final.
¿Cómo sabes que el tiempo se acaba?
Porque siempre fue una cuenta regresiva y la decisión fue mía.
Porque las luces del escenario se apagan, todas a la vez.
¿Como sabes que ya no queda tiempo?
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Error 410: Sueños Rotos
Khoa học viễn tưởngLos Metagoogles debían acabar con el dolor y los días malos; en realidad, acabaron con los humanos. Sin la memoria, las emociones y el amor, de ellos queda una carcasa que el músico Damon llama muñecos y que la científica Camila debía convertir en e...