Capítulo 44

408 36 5
                                    

Temor

Un ruido fuerte la despertó. Entre abrió los ojos cayendo en cuenta de su realidad, seguía donde mismo, un lugar sucio, con iluminación tenue, ella en una cama con un pie sujeto a esta y un dolor de cabeza horrible ocasionado por todo el tiempo que duro hecha un mar de lágrimas.

- Mi amor, resiste ¿sí? debe haber alguna forma de salir de aquí... - susurra con ambas manos en su vientre.

Una ligera presión en la zona la estaba incomodando, no le causaba dolor, pero era suficiente para que ella lo notara. Con el pasó de las horas el cuerpo comenzó a dolerle, quizás producto de todo lo que forcejeo con los secuestradores.

Trataba de mantenerse tranquila para no dañar al bebé, mientras buscaba alguna manera de salir de ahí. Suponía que era de noche porque no había ni un rayo de luz solar que se colara por alguna ventana o reja.

Otra vez el sonido de unos pazos la alertó, no sabía que planeaba Donato, el hecho de que él supiera de su embarazo le causaba mucho más temor.

- Ten – le da una botella de agua – No le eché nada, esta sellada. – nota como toma la botella con recelo - Toma agua sino quieres deshidratarte.

- ¿Qué me vas a hacer? – bebe.

- No lo sé... - se sienta – en mis planes no estabas tú, pero bueno. – encoge los hombros.

- Donato... cuando yo llegué a la habitación de Nicolás, él estaba vivo. – lo mira con cautela.

Flashback
2003
Palma de Mallorca, España

- Andrea ¿qué hiciste? – susurra.

La rubia se encontraba en un estado de trance, viendo como su esposo se encontraba tirado en el suelo agonizando de dolor.

- Alguien viene. – voltea a la puerta al escuchar los pasos – Ven. – la jala al baño de la habitación.

Fin del flashback

- Tú llegaste, escuchamos que pedirías ayuda así que no me quedó de otra más que golpearte. – confiesa – Lo que no esperaba fue Andrea terminará con Nicolás... - mira a un punto fijo – Sabíamos que pronto llegaría alguien, fueron dos disparos, así que no quedó de otra más que inculparte. No planeaba que todo esto terminara así, pero no nos quedó de otra, era Andrea o tú, además, si te hundíamos a ti, también le daríamos un golpe bajo a el perfecto Esteban. – se levanta – Tal como lo planeamos, el hecho de que tu fueras a prisión, nos trajo muchos beneficios. – sonríe – hasta que llegaste, con la absurda idea de encontrar al verdadero culpable...

En todo el tiempo que el hombre paso hablando, ella lo observó detenidamente percatándose que tenía las llaves colgando en su cinturón, mientras el narraba los hechos ella ideo un plan, ¿era riesgoso? Sí, pero necesitaba salir lo más pronto posible.

[...]

- ¿Dónde está? ¡Maldita sea! – grita desesperado.

- Sé que es en una bodega, no sé si es en la misma donde mataron a Antonio Gil.

- ¿Ustedes lo mataron? – indaga la teniente.

- No, al parecer eso es tema del narcotráfico. Se enteraron que la policía andaba detrás de él, lo que podía generarles muchos problemas... Teniente, si no están en esa bodega, deben estar una que está a dos kilómetros antes de llegar a Cuernavaca.

- Sé cuál es. – se levanta - ¡Señor Lombardo! – sale detrás de él – Usted no puede ir así ¡Esteban! Síganlo, no dejen que esté solo.

Cuando escuchó a Bruno decir donde podría estar su mujer, no dudó ni dos segundos en ir a buscarla. Inmediatamente se montó en su carro y condujo a toda velocidad. Pasaban de las 12:00 am, por lo que el tráfico era menos.

La MadrastraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora