Capítulo 45

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Todo tiene un fin

Dicen que no hay mal que dure cien años, que todo en algún momento termina, que nada es para siempre y que al final todo se acomoda en su preciso lugar.

Todo era oscuro, el olor a humedad predominaba en esa bodega. No sabía hacia dónde dirigirse, estaba a ciegas, pero sabía que ella estaba ahí. Siguió andando por el lugar llegando a la parte trasera de la bodega donde percibió una luz; con cautela se acercó al lugar, antes de entrar tomo un tubo de aluminio que estaba en la entrada. Al abrir la puerta, la vio a punto de rendirse mientras aquel hombre la ahorcaba.

La rabia hizo acto de presencia llevándolo a actuar. Se acercó y con todas sus fuerzas golpeo a Donato en la nuca, logrando quitárselo de encima. Temió lo peor cuando vio que ella cerró los ojos y respiraba pausado.

- Vamos Marcia... resiste. – le hablaba mientras la tomaba en brazos.

Los quejidos por parte del hombre de cabello blanco lo alertaron, tenía que salir rápidamente de ahí.

Comenzó a caminar con ella en brazos, pero un golpe en sus piernas lo detuvo. Cayó arrodillado en el suelo aun con la pelirroja en sus brazos, hizo todo lo posible por levantarse, pero todo comenzó a ponerse negro, había recibido un golpe en la nuca.

Tanto Esteban como Marcia estaban inconscientes. Donato tomó el cuerpo de la pelirroja dejándolo en la cama y la ató del pie, después tomo a esteban y lo ató a la silla. Tenía que idear un nuevo plan, sabía que el hecho de que Esteban estuviera aquí, significaba que la policía no tardaría en dar con ellos.

Fueron largos los minutos los que les tomó a ambos recobrar la conciencia; la primera en hacerlo fue Marcia, que notó como su marido estaba atado en una de las sillas. Estaban solos, no había rastro de Donato. Busco a su alrededor para ver si encontraba una manera de salir de ahí.

Para su suerte, Donato no había atado bien su pie por lo que le fue fácil sacarlo de las cuerdas que la tenían atada.

- Esteban... - susurra acercándose a él – Necesitamos salir – comienza a dar pequeños golpes en su mejilla.

El moreno comenzó a reaccionar, estaba desorientado pero rápido se despabiló cuando vio a la ojiverde.

- Marcia... - que queja.

- Shhh, no hables fuerte. – comienza a desatarlo.

Las ataduras eran difíciles, pero estaba logrando deshacerlas.

Ambos se sentían aturdidos, ella estaba muy cansada. Sus piernas comenzaban a temblar del cansancio. Cuando logró desatar por completo al pelinegro, sentía que comenzaba a desvanecerse.

- Hey, no, no, no. – la toma del antebrazo poniéndose de pie, la sentó en la silla y tomó el tubo de aluminio regresando a ella para levantarla

Un movimiento a espaldas del empresario la hizo reaccionar.

- ¡Esteban! – lo alertó antes de que Donato se abalanzara contra él.

El moreno lo golpeo por el costado, pero antes de que diera otro golpe, el abogado logro tumbarlo al piso. Donato traía una pistola, por lo que el forcejeo podría terminar muy mal.

Fuera de esa bodega estaban los dos jóvenes quienes se comenzaban a desesperar al no ver rastro de nada y se alarmaron más al ver como dos camionetas negras arribaron al lugar. De ellas descendieron varios hombres armados que ingresaban a la bodega; sabían que esto no podía terminar bien; querían entrar a la bodega para buscar a sus padres.

Adentro, presenciando la pelea, Marcia sintió como un golpe de adrenalina llegó a ella, se mantuvo cautelosa esperando la oportunidad para golpear a Donato. Esteban se dio cuenta de eso, así que como pudo, volteo a Donato permitiendo que Marcia lo golpeara con el mismo tubo que él traía minutos atrás.

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