Capítulo 5

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La mentira

2023
Ciudad de México
8:30 am

- ¡Wow! ¿así honras la memoria de mi madre? – dice el joven de veintidós años al entrando furioso a la oficina de su padre, pues de lejos logró divisar a su padre besándose con una mujer.

- Hugo ¿qué no te enseñaron a tocar? – se separa de la rubia y voltea con su hijo que tenía una expresión de enojo. – No puedes entrar así a mi oficia y menos hablarme en ese tono.

- No, no, no. No me quieras voltear las cosas. Hace apenas dos días estabas llorándole a mi mamá y ahora estas aquí agasajándote con esta mujer. – dice irónico.

- Mira Hugo, no te expreses así de Paula, respétala porque es mi novia.

Lo último que dijo su padre lo dejó atónito, no lo podía creer. Aceptaba que su padre tuviera romances porque era un ser humano y entendía de las necesidades del cuerpo, pero el que ya tuviera una relación formal con otra mujer, fue como recibir un golpe en el pecho de esos que te sacan el aire.

Fúrico por la noticia, Hugo abandona la oficina sin decir nada más y emprende camino hacia su casa, necesitaba paz y la única manera que encontraba era viendo a su madre, aunque fuera en un retrato.

Al llegar a su casa con pasos apresurados se dirige hacia la sala donde se encontraba el retrato de su mamá, al mirarla, siente como el alma le regresa al cuerpo, acompañada de una nostalgia inmensa. Para el joven la pérdida de su madre fue hasta hoy el dolor más inmenso, si bien no entendía que era la muerte a esa edad, aun así, tuvo que lidiar con la ausencia.

- Mamá... que difícil es seguir andando sin ti. – dijo llorando. Le dolía el alma y el cuerpo por no tenerla. Realmente la ausencia de su madre significo un reto al corazón. – No voy a permitir que nadie, absolutamente nadie ocupe tu lugar, te lo prometo. – expresó el joven, sin percatarse que su hermana se encontraba saliendo de la cocina.

- Hugo ¿qué pasa? Mamá siempre va a ser mamá ¿por qué alguien ocuparía su lugar? – preguntó confundida.

- Papá tiene novia. – soltó con rabia.

Lucía abrió los ojos como platos y dirigió la mirada hacia su padre, quien se encontraba detrás de su hermano mayor - ¿Es cierto papá? – preguntó la joven.

- Sí, se llama Paula y no solo es mi novia, sino que me voy a casa con ella. – dijo el moreno.

Ninguno de los dos jóvenes daba crédito a lo que su padre acababa de decir, se sintieron amenazados de alguna manera, no querían que otra mujer entrara a su casa, por lo que los impulsos hablaron para expresar los sentimientos y el pensar de aquellos jóvenes. Gritos y reclamos salieron de la boca del par de hermanos.

- No. Tú no te vas a casar, y si lo haces, olvídate de que tienes hija. – espetó con rabia Lucía para salir corriendo a su habitación.

- Yo tampoco te apoyo porque no puedo y no quiero. Revuélcate con cuanta mujer te plazca, pero a esta casa no vas a traer a nadie. Aquí no va a ser bien recibida ninguna mujer que pretenda ocupar el título que solo le corresponde a mi mamá. – sentenció el joven y luego se retiró saliendo de la casa.

Esteban escuchó las palabras de sus hijos sin pronunciar palabra alguna. Tenía un bloqueo mental, sabía que sentía algo, pero no identificaba que, hasta que miró el retrato de aquella desconocida, "si supieran que en esta casa otra mujer es la que ocupa el título de su verdadera madre" se dijo a sí mismo. Ese pensamiento lo llevó a recordar el día que junto a su hermana tomaron la decisión de inventar la mentira más grande de su vida.

Flashback

2003
Ciudad de México

- Hermano ¿qué haces? – se acerca a él rápidamente para quitarle el retrato de Marcia de las manos – deja de llorarle a esa zorra. No se merece que derrames una sola lagrima más. – dijo mientras dejaba el portarretratos volteado sobre el mueble.

- No sé qué hacer, no sé qué decirles a mis hijos. Hugo pregunta a todas horas por su mamá, se terminó la leche que Marcia había dejado guardada para Lucía. Me voy a volver loco, te lo juro. – expresó el moreno tomándose la cabeza con ambas manos.

- Primero tranquilízate, lo de Lucía tiene solución, y para lo de Hugo... - hizo una pausa.

- Para lo de Hugo... ¿qué? – volteó la cabeza para ver a su hermana.

- Tengo una idea que puede quitarnos de encima todos los problemas que nos pueda causar a largo plazo lo que esa estúpida hizo. – dijo convencida.

Esteban accedió a escuchar la idea de su hermana, al principio no le parecía buena, pero pensándolo bien le quitaría mucho peso de encima. La idea consistía en que borrarían todo rastro de Marcia, fotos, documentos, todo. Después, inventarían que en ese viaje se encontraban navegando por la isla cuando Marcia calló al mar, hundiéndose en el sin encontrar rastro de su cuerpo.

- Con respecto a los "testigos", Esteban... Donato, Emilia, Bruno, Florencia y Santino no nos darán problemas, son nuestros amigos, pero no estaría demás garantizar su silencio dándoles un pequeño porcentaje de acciones de la empresa. Ahora, Andrea, dudo mucho que le importe lo que hagamos con Marcia. – terminó de hablar.

La idea de Lucrecia estaba tan bien planteada que parecía haberse tomado el tiempo de planearla; cosa extraña porque tan solo había pasado un día de que se le dictara sentencia a Marcia, pero eso Esteban no lo vio, estaba sumergido en sus sentimientos, dejando de lado todo a su alrededor por lo que aceptó ejecutar esa inmensa mentira.

Fin del flashback

Observando el retrato de aquella mujer, mientras acariciaba su cien, pensó en que habían pasado veinte años de que Marcia entrara a prisión, llevaba más de la mitad de su condena cumplida ¿Qué iba a pasar después? En algún momento Marcia iba a salir, si es que aún seguía viva porque realmente no sabía nada de ella. ¿Qué voy a hacer? Se preguntaba. Fue en lo único que no pensó cuando aceptó esa mentira, en lo que venía después. Sabía que en algún punto sus hijos se enterarían de la verdad; he ahí el sentimiento que no identificaba, estaba preocupado, tenía miedo porque sabía que tarde o temprano la verdad saldría a la luz y una vez más, lo perdería todo.

[...]

1:00 pm

- Padre – escuchó el hombre de tercera edad que instintivamente volteó la mirada hacia la cruz. - ¡Padre! – dirigió la mirada hacia la puerta encontrándose así con la silueta de una mujer reflejada por el contraste de la luz, misma que al avanzar descubrió el rostro de aquella mujer que durante muchos años se encargó de criar.

- Marcia... - dijo en un susurro, levantándose para dirigirse a su encuentro.

Marcia corrió hacia el padre fundiéndose en un abrazo en cuanto llegó a sus brazos. El sacerdote estaba impactado, no lo podía creer, sin embargo, su corazón estaba dando brincos de alegría.

Luego de que Marcia le contara todo sobre su salida de prisión, de cómo había sido su vida a lo largo de estos años, llegó el momento de que ella supiera como fue la vida en el otro continente durante su ausencia.

- Pero padre, ya dígame como están mis hijos, ¿están bien? ¿usted sabe dónde puedo encontrarlos? – preguntó desesperada con una sonrisa en los labios.

- Sí Marcia, están bien y yo sé dónde se encuentran. Sé todo de sus vidas. – dijo en un tono neutro pero su mirada expresaba preocupación, pues no encontraba las palabras para decirle que para ellos estaba muerta.

- Bueno padre, lléveme con ellos. Necesito verlos, abrazarlos y... - la interrumpe el anciano.

- Marcia... Marcia, hija. - tomo sus manos entre las suyas - Para tus hijos estas muerta.– soltó de golpe pues no encontró otra forma de decírselo.

La MadrastraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora