Pov Percy
Me recosté sobre una cama mirando el techo mientras oí a Tyson tumbarse sentado en el sofá. Estuvo así por un rato trabajando en su proyecto de carpintería metálica, que aún no me ha enseñado, pero pronto empezó a bostezar. Se envolvió en su hule siendo el primer paso de su ciclo de preparación para dormir, aunque a diferencia de otras noches y para mi confusión, no oí el crujido del sofá cuando se tumbaba sobre su cama.
Voltee a verlo cuando me pareció extraño, y lo fue aún más al observarlo mirar la puerta.
-¿Qué sucede?- Pregunté.
-Dejaron de reír.- Respondió.
¿Se estaba refiriendo a Alex y Annabeth? ¿En qué momento estaban riendo? Yo no podía oír nada. Apenas el sonido de sus piezas de carpintería llegaban a mis oídos, pero no me quedé con eso, o con el hecho de que sus oídos eran mucho más desarrollados que los míos.
Me parecía extraño que ambos salieran, y él no regresara hasta ahora. Claro, el primer pensamiento que tuve era que estaba asegurando alrededor, pero que ahora Tyson dijera esto...
Podríamos estar en un barco fantasma, uno que amenazara contra nosotros si nos encontraran. No entendía porqué los dos estaban riendo sabiendo lo que eso ovacionaría, o porqué ambos salieron juntos, o porqué Alex no regresaba, o porqué eso me hacía enojar.
No podía entenderlo.
Tyson comenzó a girar su cabeza de la puerta hacia la pared lentamente, como si estuviera siguiendo a alguien que se alejara. Ignoré eso, y giré hacia el ojo de buey en la pared. No tardó mucho hasta que el crujido del sofá de Tyson me avisara que ya se había desmayado, así por fin podría dejarme solo con mis pensamientos.
No tomó mucho hasta que el cansancio se apoderara de mí que me quedé dormido... y tuve mi peor sueño hasta ahora.
Estaba de pie en una caverna al borde de un enorme pozo. Conocía demasiado bien el lugar. La entrada al Tártaro. Y reconocí la risa fría que resonó desde la oscuridad de abajo.
-Si no es el joven héroe...- La voz era como la hoja de un cuchillo raspando la piedra. -En su camino a otra gran victoria.-
Quería gritarle a Cronos que me dejara en paz. Quería dibujar a Riptide y derribarlo, pero no podía moverme. Y aunque pudiera, ¿cómo iba a matar algo que ya había sido destruido, cortado en pedazos y arrojado a la oscuridad eterna? ¿O siquiera podía hacerle algo?
-No eres como él, niño.- Me dijo el titán, como si leyera mi mente. Su voz era mucho más profunda que antes, mientras que el familiar y sutil olor a ozono entró por mi nariz. -No importa lo mucho que lo intentes, jamás llegaras a estar cerca de él.-
La misma sensación que tuve hace un año corrió por mi espalda, y una gran molestia en mi mano comenzó a irritarme con el correr de los segundos. Un pequeño flash que me trajo el recuerdo de la última vez que ví a Luke, cuando me picaron, y cuando Alex casi muere salvándome.
-¿Y tu padre?- Preguntó, casi como si se estuviera burlando. -¿Cómo ha demostrado su aprecio por tí últimamente?-
Su risa llenó la caverna, y de repente la escena cambió. Ya no me molestaba el brazo, aunque ahora me encontraba en una cueva diferente. La prisión del dormitorio de Grover en la guarida del Cíclope. Grover estaba sentado en el telar con su vestido de novia sucio, desenredando locamente los hilos de la cola nupcial sin terminar.
-¡Pastel de miel!- Gritó el monstruo desde detrás de la roca.
Grover chilló y comenzó a tejer los hilos juntos. La habitación tembló cuando la roca fue apartada. En la puerta se alzaba un cíclope tan grande que hacía que Tyson pareciera un atleta novato.
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-Imprudente.- "El Mar de los Monstruos." (Saga Percy Jackson x Oc)
AdventureTras un año entero para Alex y sus amigos, un nuevo problemas se presenta en el campamento. Los peligros que amenazan la seguridad del lugar serán suficiente como para poner las cosas tensas entre ellos, y las soluciones parecen escasear a medida qu...