Capítulo 28: Nos vemos por primera vez.

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Pov Alex

Gracias a los poderes de viaje de los centauros llegamos a Long Island justo después de Clarisse. Cuando entramos al campamento, los primos de Quirón estaban ansiosos por encontrarse con Dioniso. Habían oído que organizaba algunas fiestas realmente locas, pero estaban decepcionados. El dios del vino no estaba de humor para celebrar ya que todo el campamento se reunió en la cima de la Colina Mestiza.

El campamento había pasado por dos semanas difíciles. Con la barrera caída y la terrible supervisión de Tántalo, los semidioses apenas habían logrado sobrevivir basándose únicamente en su destreza en la batalla. 

Un gran golpe en mi cabeza me molestó con culpa.

Había estado hasta el último momento aquel día en decidir si salir en la búsqueda o no. De no ser por lo que conllevaba y las palabras de Poseidón, no habría ido. Ahora me preguntaba si tomé la decisión correcta.

La cabaña de artes y oficios había ardido hasta los cimientos por el ataque del Draco Aionius que nunca pude ver. Las habitaciones de la Casa Grande estaban por colapsar de heridos. Los chicos de la cabaña Apolo, que eran los mejores curanderos, habían estado trabajando horas extras realizando primeros auxilios. Todos parecían cansados y maltrechos mientras nos amontonábamos alrededor del árbol de Thalia.

En el momento en que Clarisse colocó el Vellocino de Oro sobre la rama más baja, la luz de la luna pareció iluminarse, pasando del gris a la plata líquida. Una brisa fresca susurró entre las ramas y onduló entre la hierba hasta llegar al valle.

Todo se volvió más nítido, y raro a la vez. El brillo de las luciérnagas en el bosque, el olor de los campos de fresas, el sonido de las olas en la playa. Poco a poco, las ramas del pino empezaron a cambiar del marrón al verde, y todos aplaudieron.

Sucedía lentamente, pero no cabía duda. La magia del vellocino se estaba filtrando en el árbol, llenándolo de nuevo poder y expulsando el veneno.

Quirón ordenó una guardia de veinticuatro horas al día en la cima de la colina, al menos hasta que pudiera encontrar un monstruo apropiado para proteger el vellocino. Dijo que pondría un anuncio en el Olympus Weekly de inmediato.

Hasta entonces, me senté en la base del árbol.

No me importaba si Quirón o Annabeth no lo recomendaron. Mi cabeza ha estado dando vueltas en este asunto desde aquel día de invierno en el que nevó en el campamento. La nieve cayendo, que incluso si fuese algo hermoso, no dejó de decirme que no debería haber ocurrido. No debería haber pasado la barrera.

Y luego, con los ataques en el correr de los meses, aguantando cada uno de los monstruos, no me importaba lo que dijeran. Por fin habíamos encontrado el vellocino, la barrería volvería a fortalecerse. Y más allá de eso, el recuerdo de Thalia volvería a estar a salvo.

-Ahora estamos a mano.- Le dije al árbol mientras me sentaba, apoyando mi espalda en el tronco.

Me quedé observando cómo llevaban a Clarisse a hombros de sus compañeros de cabaña hasta el anfiteatro, donde la honraron con una corona de laurel y un montón de celebraciones alrededor de la hoguera. No pude evitar sonreír por ella. Se lo merecía.

Por otro lado, a mí y a los demás no nos recibió con cantos y celebraciones, y estaba bien por nosotros. Tal vez la mención de haber traído a Grover de vuelta, pero dejamos que la gloria se la llevara Clarisse.

Mi recompensa era haber restaurado el árbol.

Ahora sentía el aire diferente alrededor del ella, como si faltara algo. Supuse que era el veneno que había empezado a desvanecerse de sus raíces, pero tardaría unos días en darme cuenta de que estaba equivocado.

-Imprudente.- "El Mar de los Monstruos." (Saga Percy Jackson x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora