Capítulo 19: Nos robamos un barco pirata.

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Pov Alex

De acuerdo, encontré un defecto más por el cual ser un roedor, bueno... más allá de ser uno, claro. Pero el oído que de repente tenía se volvió extremadamente sensible, y eso es molesto. Literalmente, podía escuchar casi todo a la redonda a un nivel como si tuviese unos auriculares en su máximo volumen. Era raro, junto con la nueva... visión.

Todavía no sabía si veía blanco y negro, o que.

Pero si tuve que escuchar más de los estúpidos discursos de Circe mientras jugaba con el conejillo de indias Jackson. No creo que pudiera hacer más acrobacias, estaba demasiado cansado después de ese intento de escaparme. Me dolían las piernas y sin Annabeth aquí vigilándola, no tenía que guardar las apariencias. Era probable que simplemente me dejara caer.

-Encantador, ¿verdad? Los hombres son cerdos, Percy Jackson. Solía convertirlos en cerdos de verdad, pero eran tan malolientes y grandes, y difíciles de mantener. No son muy diferentes de lo que eran antes, en realidad. ¡Los conejillos de indias son mucho más convenientes! Ahora ven, y conoce al resto de hombres.-

-¡Reeet!- Protestó Jackson, intentando arañarla. 

-Nada de eso, pequeño.- Circe lo reprendió mientras lo apretaba entre sus manos. -...o te daré de comer a los búhos. Entra en la jaula como una buena mascota. Mañana, si te portas bien, estarás en camino. Siempre hay un salón de clases que necesita una nueva mascota -

Jackson se retorcía impotente mientras C.C. lo acercaba a la jaula de la cobaya y abría la puerta de alambre. Traté de cargar la puerta, pero ella me dio un golpe en la frente y me sentí como si me hubiera atropellado un autobús escolar. Caí hacia atrás, mis piernas y brazos agitándose de dolor. No creo que eso sea algo saludable para un conejillo de Indias.

-Conoce mis problemas de disciplina, Percy...- Advirtió Circe. -Nunca serán buenas mascotas de clase, pero puede que te enseñen algunos modales. La mayoría llevan en esta jaula trescientos años. Si no quieres quedarte con ellos permanentemente, te sugiero que..."

-¿Señorita C.C.?- La voz de Annabeth llamó fuera de la puerta, animándome lo suficiente como para ponerme de pie de nuevo.

C.C. maldijo en griego antiguo y dejó caer a Jackson en la jaula antes de cerrar la puerta. Le chillé y le di un codazo. Tenía que hacerle saber que era yo, pero me miró con esos enormes ojos de ratón como si no entendiera. Esto era increíble.

Ambos giramos y vimos como Circe se apresuraba a patear la ropa desechada de Jackson bajo el telar justo cuando Annabeth entraba y... casi no la reconocí.

Yo...

Vaya... No creo que verla fuera bueno para mi corazoncito de conejillo.

Llevaba un vestido de seda sin mangas que dejaba ver sus hombros, como el de C.C., sólo que el de ella era blanco. Su cabello rubio estaba recién lavado y peinado, trenzado con oro. Y lo peor de todo es que llevaba maquillaje, algo que nunca jamás creí ver en Annabeth.

Era surrealista, tal vez era el hecho de que yo era un animal en este momento, pero todo esto parecía un sueño. Quiero decir, si, ella se veía bien. Realmente bien. Pero también había algo totalmente equivocado en ella.

Simplemente no era Annabeth.

Ella se tomó unos segundos para adaptarse de nuevo a su oficina mientras miraba alrededor de la habitación y fruncía el ceño.

-¿Dónde está Percy?- Preguntó. 

Jackson chilló a mi lado como un loco, pero ella no pareció oírlo.

-Imprudente.- "El Mar de los Monstruos." (Saga Percy Jackson x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora