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En la vida de Yoongi, las mujeres normalmente hacían de todo para poder mantener su atención. Después de llevar a cabo el acto sexual, hacían muchas cosas para que el mayor mantenga viva la llama de su interés. Le daban de beber vino, le cocinaban, le bailaban en lencería o desnudas, le enviaban fotos de sus glúteos o sus pechos. Todo eso esperando obtener a cambio su atención, o un lugar a su lado, o un lugar en la compañía y así podría seguir toda la noche detallando los intereses de los demás en el jefe de la empresa. Las mujeres que se acercaban a él, normalmente sabían en dónde se estaban metiendo, el error estaba en esperar más que una noche de sexo con el mujeriego pelirubio, que no se impresionaba con nada, que todo para él le resultaba patético. Cada intento por "amarrarlo" a él le parecía una perdida de tiempo, pues juró ser un hombre de espíritu libre que jamás se quedaría embobado por otro ser humano a tal punto de querer pertenecerle y recibir toda la atención de él. Claro, eso era antes de que Park Jimin y su exquisita presencia en unos diminutos bóxers se paseara por su casa.

Ahora ¿Qué hacía su ardiente asistente paseándose en bóxers por su casa? Pues según él, le iba a modelar los trajes, pero ese plan resultó ser un completo engaño. Yoongi tenía su paciencia a punto de explotar, al igual que sus pantalones.

—¿No piensas vestirte? —Dijo viendo como el menor caminaba por la cocina, preparando unos huevos fritos.

—¿Debería? —El joven Jimin sólo quería darle una pequeña gota de su propia medicina.

—Si no quieres que faltemos al desfile y tener incontables horas de sexo con tu jefe, sí, por favor. —Yoongi estaba de brazos cruzados, no era novedad hacerle saber a Jimin lo loco que lo ponía, lo duro que era tenerlo en bóxers y no haberle tocado ni un pelo. Ni siquiera se habían besado, jamás.

—Pero soy tu invitado, trata bien a las visitas. —Sirvió la comida en dos platos, había hecho carne al horno con papas y huevos fritos. Utilizó bien las dos horas y ante tanto calor andar en bóxers era sumamente cómodo, en especial si ponía de los pelos a Yoongi y además, ya habían hasta dormido juntos, no era la primera vez que lo veía en bóxers.  

—Tú eres un... Agh. —se sentó a comer, no exactamente lo que se le antojaba, pero estaba sumamente rico. —Me lo vas a pagar ¿Sabes?

—¿Ah si? ¿Y cómo? —Mordió una papa frita y luego se cruzó de brazos.

—No juegues con fuego Jimin.

El menor simplemente se rió burlón y continuó comiendo.
Yoongi por su parte, se relajó y observó la belleza del ajeno desde su asiento, se imaginaba que tener a Jimin así todos los días, paseándose cómo él quiera por su casa haciéndole cenas tan ricas y jugandole este tipo de bromas, le brindaría en definitiva una vida maravillosa. Estaba manteniendo su autocontrol inconmensurablemente, no quería arruinar las cosas que ya había conseguido con Jimin. Ya había aceptado que el menor no sería un chico de una sola noche y desde las últimas veces que insistió con eso, aprendió a valorar aun más a la persona que tenía en frente. Había encontrado su única y verdadera excepción, no lo arruinaría todo por dos segundos de calentura.

—Ven aquí. —Le pidió a Jimin cuando terminaron de comer, el menor lo miró y se acercó a él. —Sígueme chico nudista.

Yoongi tomó la mano del menor y entrelazó sus dedos, lo llevó nuevamente hacia el armario y fue tomando las prendas del traje que se iba a poner Jimin. El menor lo miraba con atención, sentado y expectante a lo que este iba a hacer. Yoongi trajo unas medias negras y comenzó a ponérselas al menor.

—¿En serio vas a vestirme? —Se sonrojó levemente, lo que menos esperaba que Yoongi hiciera al verlo casi desnudo era... Ser vestido por él.

—Falta poco para el desfile y yo te quiero ver con este Versace puesto. —Cuando terminó de ponerle las medias, trajo el pantalón y empezó a colocarselo, aprovechando para acariciar los muslos del ajeno en el proceso. —Así los hombres pequeños que usan trajes de franela o poliester barato se te quedan mirando. —Tomó la mano de Jimin para hacer que se ponga de pie y así poder abrocharle los botones del pantalón, subiéndole el cierre también. —Serás todo un espectáculo visual esta noche. —Le puso la camisa, aprovechando la cercanía observó los exquisitos lunares en la piel de su pecho. —Aunque para ser sincero... —Jimin aun tenía su camisa sin abrochar. Yoongi llevó su mano izquierda a la nuca del menor y se acercó a susurrarle al oído. —Nunguno de ellos merece compartir el aire que respiras. —su voz se escuchaba deseosa, ronca e imponente.

❝Stupid boss❞ 𔘓﹙Yoonmin﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora