—Me temo que no podremos vernos más. —Yoongi se encontraba sentado en el sofá de su casa, frente a la ahora rubia mujer completamente furiosa, mirándolo cruzada de brazos. Era la misma con la que había follado en su escritorio aquella vez que Jimin lo escuchó.
—Hablaré con tus madres de esto, Yoongi. —La mujer lo señaló y luego frunció el ceño. —No puedes romper así el compromiso ¿Qué crees que dirá de mi la prensa?
—Sólo diles la verdad, tu no me amas, yo no te amo. Sólo fue sexo, Michelle. —frunció el ceño y la miró una vez más. —No importa lo que digan mis madres y tampoco importa que ellas hayan planeado esta unión, yo tengo la última palabra y mi decisión es que no quiero casarme contigo.
—Reconsideralo Yoongi, te estaré esperando. —Tomó sus cosas y se volteó para caminar hacia la puerta.
—No me esperes. —Oyó el portazo y apretó sus párpados arrugando la nariz. La mujer era muy histérica, pero a su vez la comprendía, había roto el compromiso así como si nada y aunque solo fuera por conveniencia, a la opuesta le favorecía aquella unión. Era muy temprano para iniciar así el día, pero ella tan impertinente insistió en que necesitaba hablar con él antes de que ingrese al trabajo. Yoongi se sintió sumamente aliviado tras haber roto el compromiso con ella, si en algún momento lo había tenido en cuenta era meramente porque le convenía a la empresa y por otro lado, no le importaba nadie, ninguno de sus ligues. Pero las cosas eran realmente distintas ahora, tenía toda su atención centrada en alguien, en ese chico que en un mes logró robarle todo el aliento.
Aún le preocupaba lo que llegaran a decir sus madres, sabía que el hecho de que Jimin sea un chico no sería problema para ellas, pero a ellas si les importaba casar a Yoongi con alguien de su mismo estatus para beneficiar a la empresa, Yoongi había sido nombrado director ejecutivo de toda la corporación por eso mismo. La presión de mantener contentas a sus madres y a toda la prensa era algo que a Yoongi le pesaba.
Su vida había estado llena de comodidades, dinero de sobra y de todos los excesos que él pudiera desear. Se acostó con las mujeres que él quiso sin hacerlo público y aunque el rumor de que era un mujeriego siempre rondaba, la gente más lo subía en un pedestal. Entre los empresarios él era uno de los más jóvenes y a su vez uno de los más adinerados, eso captaba la atención de la prensa, sumándole el hecho de que su propia empresa era la marca de una revista globalmente conocida así que la farándula lo perseguía porque también estaba metido en todo ese ambiente.
Más allá de sus preocupaciones, de la presión social que sentía al salir no sólo con un chico, sino con su mismo asistente. Sentía que todo eso importaba muchísimo menos que tomarse el tiempo de conocerlo y quien sabe qué podría llegar a pasar entre ellos. Sus múltiples intentos fallidos por llevar a Jimin a la cama sólo lograron aumentar el deseo de tenerlo, pero no sólo eso, ahora quería tenerlo verdaderamente para él. No sólo una noche, sino todas las noches y todos los días posibles.
La forma en la que Jimin besó su mejilla el día anterior, terminó de confirmarle que estaba cayendo perdidamente en las redes del menor. Cuando siempre creyó que sería lo contrario.Se fijó en su reloj y faltaban pocos minutos para las ocho, debía ir a buscar a Jimin a la casa para luego ir juntos al trabajo. Le había propuesto tomar un café juntos y así poder hablar sobre lo que al menor le estaba inquietando. Yoongi se veía venir la falta de confianza que el adverso tenía con él, había sido todo un patán el primer mes que llevaban conociéndose así que desde aquella vez en la que Jimin se enojó, había decidido cambiar y portarse debidamente.
Cuando estacionó su auto frente a la casa del menor, lo vio salir con su característica mochila y su cabello rubio algo desarreglado.—Buen día Yoongi, casi me quedo dormido. —Dice entrando al auto, sentándose en el asiento del copiloto y sonriéndole al mayor.
—Buen día Jimin, ya veo que si. —Sonríe divertido y arranca el auto.
El mayor se limitó a conducir en silencio mientras Jimin se miraba en el espejo del auto, arreglándose el cabello y luego la corbata. Cuando estuvo lo suficientemente presentable, ya habían llegado al edificio donde trabajaban. Ambos caminaron hasta la cafetería y pidieron su desayuno, ocuparon una mesa para finalmente poder charlar de trivialidades.
—Entonces... ¿Qué querías decirme? —Yoongi sostiene su taza de café entre las manos, sintiendo su calor.
—¿Qué? —Dice el menor dándole una mordida a su pastel de limón.
—Ayer dijiste que me hablarías sobre algo que te trae inquieto. —Miró al ajeno atentamente.
—Oh eso... —hizo memoria. —Es que tengo miedo. —Su mirada va a la del mayor y la sostiene. —De que sólo estés jugando conmigo. Quiero y soy muy honesto contigo cuando te digo que me aterra pensar en que estás jugando conmigo. Porque claramente te he dicho muchas veces que no voy a ser uno más del montón. Y por dios Yoongi, si tan solo... Si tan solo me fallas. —Niega y aprieta los puños de sólo imaginarlo. —Me sentiría muy decepcionado. Porque la cita en Tokio me encantó y quiero más. Quiero más del verdadero Yoongi.
—¿El... Verdadero Yoongi? —Dijo con el ceño fruncido en una expresión de curiosidad, para luego beber un poco de su café.
—Si, ese que conocí en Tokio. Quiero más momentos así. —Dijo con una sonrisa ladina. —Quizá soy muy exigente y muy mañoso al pedirte más momentos como esos, sé que no estás acostumbrado y que esto recién está por comenzar pero... Sólo se sintió bien sentir tu abrazo sincero, sin dobles intenciones, siendo tú.
—Siendo yo. —Repitió y tomó la mano del menor para acercarla a sus labios y dejar pequeños besos en sus nudillos. —Entonces así será. Desde que pisamos Japón todo cambió para mi, Jimin. Y las palabras que te dije siempre han sido sinceras y honestas. A decir verdad, incluso cuando te propuse el trato para "divertirnos" fui honesto, te dije lo que quería de ti. Y tu rechazo me hizo darme cuenta de que eso no era lo que tú deseabas. —Volvió a dejar la mano del menor en su lugar, viendo como un notorio sonrojo se formaba en las mejillas del ajeno al sentir por primera vez los cálidos labios del mayor posarse en su piel y posteriormente sentir como acariciaba sus nudillos con el pulgar. —Iremos a tu ritmo, como dije, te esperaré meses o años si así lo deseas. Acaparaste toda mi atención y ahora sólo me dedico a complacerte a ti. A nadie más. —Jimin estaba sin habla, la mirada que el mayor sostenía y como su boca formulaba esas palabras lo tenían totalmente encantado. —Y sé que merezco que no confíes en mi. Por supuesto que lo merezco, pero dame la oportunidad de revertir todo mi comportamiento estúpido. Puedo hacer las cosas mejor.
—Basta, fue suficiente. —Jimin entrelazó sus dedos con los del ajeno y lo miró firme. —No llegué a imaginar que eras tan cursi y atractivo a la vez. Cállate o te juro que te beso en medio de la cafetería.
Yoongi soltó una carcajada al escuchar al menor, notando como el semblante de éste había cambiado y ahora lucía más feliz. Había entendido que con esa pequeña broma el ajeno había disipado más de una duda y mermado sus miedos. Ambos terminaron de beber su café y se encaminaron al elevador, ahora estaban en mejores términos que nunca. Yoongi se sentía tranquilo por haber ayudado al menor a disipar sus miedos y Jimin estaba feliz de poder empezar a depositar su confianza en el mayor, deseando conocer más de él y poder pasar mucho más tiempo de calidad con el mayor ya que las horas en el trabajo no contaban. Cuando llegaron a sus respectivas oficinas, cada quien inició con su trabajo, pero este día en particular ambos lo iniciaron con una sonrisa.
Nota de autor | Hace mucho tiempo que no nos leemos, espero que lo hayan disfrutado.
Pd: Si quieren seguir leyendo alguna de mis obras, lean “amapola” no se van a arrepentir.
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❝Stupid boss❞ 𔘓﹙Yoonmin﹚
Fanfiction❝Donde Park Jimin es padre soltero de un niño de seis años que necesita conseguir trabajo a como de lugar. Hablando con su cuñado, este le comenta puede llegar a conseguirle un buen cargo en la empresa donde él trabaja. Nunca se esperaría que le toc...