❝Stupid boss❞ 𔘓﹙Yoonmin﹚

﹙ 10 ﹚

—Te dije que terminarían aceptando. — Dice con una sonrisa en sus labios mientras viajaban en el auto de regreso al hotel. 

—Yo realmente pensé que no —Niega con una sonrisa mientras fuma un cigarrillo, la ventanilla estaba baja así que por allí exhalaba el humo.

—Que raro que no tengas confianza en tí— Dice el menor tecleando su celular ya que le estaba enviando mensajes a Jungkook y este le respondía con audios del pequeño hobi.

—Bueno debe ser el estrés que no me deja pensar bien las cosas. — dice exhalando el humo— ¿Cenamos juntos para festejar?

—Me parece bien. —Acepta guardando su celular en el bolsillo de su pantalón al notar que estaban llegando al hotel donde se hospedaban. —Pero nada de vino porque no me quiero emborrachar hoy.

—Nada de vino. —Asiente Yoongi notando que el auto ya había estacionado, se baja de este mismo tirando la colilla de su cigarrillo ya que lo había terminado y seguido de él sale Jimin.
Caminan juntos hasta el restaurante que se encontraba en frente del edificio, el mayor mira su reloj y nota que eran las nueve de la noche, Jimin se acomoda su corbata, ambos estaban vestidos muy formales, e ingresa para así pedir una mesa. Luego de ubicarse ambos se dedicaron a seguir hablando de trabajo.

—Ya no te hagas problemas, ponte feliz de que todo salió mejor de lo que esperabas. — Jimin luego de decir eso come un poco más y se limpia con una servilleta sus labios.

— Tienes razón, mejor disfruto de esta bonita noche, con tu bonita compañía y una deliciosa cena. —Se echa el cabello hacia atrás y sonríe.

—Min Yoongi prestándole atención a detalles pequeños, dejando de lado un poco su amor al dinero, fiestas y mujeres. Eso no ocurre todos los días. — Jimin se cruza de brazos y sonríe levemente.

—Puedo sorprenderte. —Yoongi hace una mueca y luego se endereza en su asiento— ¿Quieres postre? —exclamó acomodando los puños de su camisa.

—Esta vez no te voy a negar un delicioso postre— Jimin asiente y Yoongi llama al mesero para que les muestre la carta de postres. Ambos eligen y luego se quedan esperando a que se los preparen.

—Ha sido un buen día, todo salió como esperábamos... Mañana es el último día que estaremos aquí en Tokio y pensaba en pasarlo contigo. — Dice Yoongi elevando su mirada al muchacho frente a él, una leve sonrisa se forma en sus labios y Jimin asiente.

—Por ser el último día, me parece una buena idea. — Dice juntando sus manos y ladeando su cabeza— Entonces... ¿Que haremos?

—Es una cita Jimin. —Dice Yoongi haciendo que el menor se enderece en su asiento mientras relame sus labios.

—¿Es en serio?— Eleva una ceja— No quiero que busques la forma para que termine acostandome contigo...

—No, Jimin. —Yoongi niega y lo mira mientras lleva su mano hacia donde estaba apoyada la de Jimin, sin permiso acaricia el dorso de esta y la junta con la suya— Te esperaré todo lo que sea necesario, años si así lo prefieres, pero déjame conocerte, déjame ser cercano a ti.

—Entonces yo quiero ser cercano a ti. — Jimin entrelaza sus dedos — acepto esa cita y confío en que no tienes otras intenciones, porque ya has metido la pata y espero que no lo vuelvas a hacer. —Y tenia mucha razón, Yoongi se había rendido en ese sentido y ahora realmente estaba interesado en conocer al menor.

—Tienes manos suaves. —Dice Yoongi mirando sus manos unidas que tuvieron que separar ya que había llegado el postre.

—Y las tuyas son firmes — Jimin sonríe mientras toma una cucharada de su postre y se lo lleva a la boca para probar ese dulce sabor.

Al rededor de una hora se quedaron en aquel restaurante entre anécdotas y algún que otro coqueteo pero nada descarado por parte de Yoongi, había aprendido desde la última vez.
Al llegar nuevamente al hotel se colocaron ropa cómoda y tomaron un té juntos antes de irse a descansar.

—Puedes dormir en la cama si quieres, dormiré en el sofá —Dice Yoongi quitándose sus pantuflas, Jimin le sonríe acercándose a la cama y acomodándose en ella.

—Oh es tan cómoda y grande, dormiré mucho aquí. — Dice tapándose con las mantas.

—Si burlate Jimin —yoongi se sienta en el sofá y aplaude para que las luces se apaguen.

—¿Quieres venir a dormir aquí? —Jimin se sonroja al preguntar eso pero no se veía por la poca luz que entraba por la ventana.

—No quiero que duermas incómodo —Yoongi acomodó su cabello hacia atrás y luego bufó.

—Hay mucho espacio, vamos duerme aquí no voy a ser molestia. —Dice y nota como Yoongi toma su almohada acercándose a la cama.

—Solo no me patees —Dice colocando la almohada al lado de Jimin y se introduce en la cama tapándose con dichas mantas, el dulce aroma al perfume de Jimin lo embriagó haciendo que se sienta cálido y cómodo. Inconscientemente llevó una de sus manos hacia la espalda de Jimin y el menor levantó una ceja.

—Manten tus manos quietas entonces —Dice notando como el mayor quita su mano y le da la espalda. El silencio se adueñó de la habitación mientras que ambos cayeron en los brazos de morfeo.

[...]

—Mh... —suelta el mayor abriendo los ojos al despertar teniendo una dificultad para respirar, frunció el ceño y notó que lo que estaba provocándole aquello era tener a Jimin durmiendo encima suyo, la nariz del menor estaba escondida en su cuello y lo abrazaba tiernamente. Yoongi abrió sus ojos en grande al ver dicha imagen, pero de alguna forma se sentía a gusto teniéndolo así. Acarició suavemente la espalda del menor hasta que este comenzó a removerse poco a poco despertando sintiendo el dulce perfume de Yoongi.

—Mhg buen día... —dice ronco el menor en el cuello de Yoongi mientras se endereza y acomoda a un lado de él cayendo en la realidad.

—Buen día —Yoongi se estira y sienta en la cama mirando al menor que estaba algo despeinado. — Dormiste muy cómodo al parecer...

—Bastante a decir verdad —Se destapa y camina hacia el baño para darse una ducha, Yoongi opta por pedir el desayuno, luego de eso se quedó esperando a que se lo trajeran a la habitación.

Al terminar de ducharse Jimin, ingresó Yoongi y cuando ambos ya estaban listos desayunaron juntos entre una cálida charla matutina planeando lo que harían ese último día en Japón que les quedaba libre ya que al día siguiente deberían regresar a sus hogares.