﹙ 20 ﹚

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—Menos mal que me di cuenta, sino realmente no sé qué tan traumados iban a terminar. —Dijo quitándose las gafas. —Pero bueno, ahora si ¿Me van a decir qué carajos hacen aquí?

—Un brindis. —Yoongi se encontraba sonriendo felizmente mientras que Jimin tenía la cara roja ante tal bochornosa situación.   

—Yo debo volver a asegurarme de que esté todo bien. —Se estiró un poco el cuello de su camisa, se sentía sofocado. —Encárgate tú de las explicaciones.

Dicho esto Jimin salió de la oficina dejando a su jefe con su socio, no sabía en qué momento se había dejado llevar tanto como para soltar esas confesiones hormonales, pero cuando quiso darse cuenta, ya estaba acariciando el bulto de Yoongi.

«Quiero que todo esto... Sea mío»

Recordó sus propias palabras y apretó los ojos. Segundos más tarde de haber dicho tal barbaridad, Namjoon abrió la puerta del pequeño armario en dónde se encontraban y se echó a reír. Jimin había apartado la mano del bulto de Yoongi lo suficientemente rápido para que Namjoon no lo note. No habían tenido tiempo ni siquiera de acomodarse.

Yoongi estaba como un niño con juguete nuevo ante aquello. La intromisión de Namjoon no le cambiaría el maravilloso día que estaba teniendo.

Jimin por otro lado subió hasta llegar al piso en donde estaba el salón, allí harían la fiesta de aniversario de la compañía.

—¿Y esa cara? —Fue Taehyung quién le habló.

—Acabo de hacer una estupidez.

—¿Tú? ¿En serio? ¿Que tan grave? —Su cuñado se sorprendió y lo miró con una curiosa sonrisa en los labios.

—Tan grave como decirle a mi jefe que me lo quiero tirar. —bufó y luego apretó los ojos. —Dios, en qué me metí.

—¿Y él que dijo? —Taehyung se cruzó de brazos y le sonrió.

—Nos interrumpieron así que... Nada. —Se rascó la nuca y vio a Yoongi ingresar al salón con Namjoon. El lugar estaba repleto de gente ultimando detalles y aun así la presencia de Yoongi destacaba sobre todas las demás.

—Debe estar saltando en un pie de la felicidad. —Soltó una carcajada y luego bajó un poco el tono al notar que Yoongi se acercaba.

—¿Quién ordenó los manteles naranjas? —Dijo serio y miró a Taehyung.

—Yo, los pedí naranjas porque es el color de la temporada.

—Es mediocre. —Dijo mirando los manteles. —Pídeles que sean negros, la vajilla será blanca y los cubiertos plateados. No quiero ni una gota de naranja.

—A la orden. —Hizo un gesto de obediencia y sonrió llamando al encargado de los manteles a cambiarlos de color, dejando a Jimin y Yoongi solos.

—Y tú... —Yoongi miró a Jimin que intentaba evadirlo. —Ve a casa, queda una hora y media para que empiece la fiesta, te necesito aquí impecable.

—Por supuesto. —No miró al mayor, sólo se dio la vuelta y caminó hacia el elevador. Su corazón latía rápidamente, parecía querer salirse de su pecho. Sintió como lo tomaban del brazo y tuvo que obligarse a voltear para ver a Yoongi, este le mantenía la mirada fija en sus ojos.

—Trae algo rojo, por favor. —Dijo con su voz calma, mirándolo atentamente, detallando cada facción de Jimin.

—Bien. Algo rojo. —No le salían más palabras de la boca.

—Te espero aquí. —Soltó su agarre en el brazo de Jimin y apretó el botón del elevador. Esperó a que Jimin entre y las puertas se cierren.

A Yoongi le costó muchísimo apretar ese botón, no quería separarse ni un segundo de Jimin, quería llevárselo a su casa y arrancarle toda la ropa, quería probarlo, sentirlo, darle todo su calor durante horas hasta que ambos no puedan más y terminen dormidos entre las finas capas de las sábanas. Pero eso no iba a ser posible de momento, porque tenían el tan esperado aniversario de la compañía y muchas personas asistirían, en especial, porque se haría una subasta benéfica que donarían a una fundación para niños sin hogar.
Estaba claro que de no ser por ese motivo, Yoongi ya hubiera cancelado todo para irse con su querido asistente de ese lugar. Sin embargo, en la situación que se encontraba, no podía cancelar algo tan importante como el aniversario.
Las horas pasaron y Yoongi se cambió de ropa, llevaba un traje negro de tres piezas y una corbata color rojo oscuro. En su mano derecha había un reloj plateado con pequeños diamantes incrustados y unos elegantes anillos adornaban sus dedos. Su cabello rubio peinado hacia atrás elegantemente y por último sus zapatos lustrados, impecables.

❝Stupid boss❞ 𔘓﹙Yoonmin﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora