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El fin de semana había llegado, y con ello, el tan esperado aniversario de la compañía. Habían pasado tan solo dos días desde que Yoongi y Jimin habían vuelto a quedar en buenos términos. De vez en cuando cruzaban miradas, el mayor le coqueteaba al menor, como de costumbre, y también habían bebido café juntos esa mañana. 

Pero Jimin tenía un grave problema.

Cada vez que Yoongi se le acercaba, un estremecimiento recorría su cuerpo. Había dejado de verlo como su caprichoso jefe y comenzaba a verlo más como un hombre, uno capaz de darle todo lo que él buscaba. En los últimos días, detalló en su mente y con su vista, cada una de las virtudes que tenía el mayor. Observó las manos firmes de este cuando lo invitaba a pasar, cuando bebía su café, cuando tecleaba en su celular. Un día se quitó el saco y notó como la camisa se ajustaba perfectamente a su cuerpo, marcando sus brazos. Jimin estaba fascinado, ya lo había visto casi desnudo y le había gustado, pero cuando llevaba esos trajes tan caros y hechos especialmente para él, era todo un espectáculo.

Las hebras rubias de Yoongi hacían que su rostro se vea más perfilado, su mentón que siempre elevaba para mirar con desdén a las personas o sus ojos felinos que muy pocas veces expresaban lo que querían decir. Le gustaba, le gustaba todo lo que veía en él, le gustaba su voz ronca y le gustaba cuando era dirigida hacia él. Era un poco más alto que Jimin, sentía que era exactamente su tipo, el tipo de todo el mundo. En la mente de Jimin, no existía ser que pudiera resistirse a Yoongi. Era imposible, tarde o temprano terminaban casi tan embobados por la presencia del mayor, al igual que él.

—La gente se está volviendo loca. —Dijo Taehyung sacándolo de su ensoñación, obligandolo a apartar su vista de Yoongi que estaba a lo lejos hablando con un empleado. —Te quieren ver. Quieren tenerte en más desfiles.

—¿Qué? —Jimin frunció su entrecejo.

—En el desfile de Versace, saliste en televisión y ahora eres tendencia. Se están preguntando que quién eres y por qué no eres modelo. Te quieren ver en más desfiles. —Taehyung observó su celular. —“¿Quién es ese chico?” “Necesito verlo desfilar” “Lo quiero en mil revistas, necesito saber quién es”

—Vaya... Qué loco.

—¿Qué loco? Eres famoso, tengo un cuñado famoso. —Se rió y guardó su celular. —Tírate el armario encima hoy, tienes que deslumbrar a todos, habrá gente importante en la cena y en la fiesta.

—Bueno, tengo trajes nuevos así que.

—¿Me prestas uno?

—No te van a entrar, me sacas una cabeza. —Intentó hacer puntitas de pie y ni así llegó a la altura de Taehyung. —Vendré con Hobi hoy, hay un área especial para niños, habrán juegos y servicio para ellos. Será divertido.

—Te encargaste de los servicios personalmente, además si, siempre hay niños en las fiestas. —Taehyung se alejó un poco. —Déjame ver qué están haciendo con la decoración, ya regreso.

Jimin asintió y observó como todo iba de acuerdo a lo planeado, algunas personas se le acercaban para preguntarle sobre los colores, sobre la recepción, sobre la decoración ya que él era el encargado de organizar todo. Veía como llevaban manteles, cortinas, vajilla y demás cosas para que todo quede en su lugar. Cuando tuvo su hora de descanso, fue hasta su oficina para chequear que nada se le haya pasado por alto. Pocos minutos más tarde, oyó como las puertas del elevador se abrían y la figura del hombre que era protagonista de todas sus fantasías, ingresaba.

—¿Qué haces aquí en tu descanso, bonito? —a lo último lo dijo en ese tono coqueto que a Jimin le provocaba escalofríos.

—Me fijo que no se me haya olvidado nada. ¿Y tú qué haces aquí? —apartó su vista del ordenador y la posó en su rubio jefe.

❝Stupid boss❞ 𔘓﹙Yoonmin﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora