Sus pálidos dedos apretaban el volante, tensaba su agarre y los anillos que llevaba puestos brillaban más bajo la luz de la noche. El menor llevó su mirada desde las manos ajenas hasta su perfil, el mayor tensaba la mandíbula y tenía la mirada fija en el camino. Su cabello rubio peinado hacia atrás era tan atrapante a la vista. Todo Yoongi era atrapante a la vista.
Se encontraban en un silencio abrasador. Ninguno había formulado palabra alguna luego de salir de la fiesta. Jimin iba serio, pero no apartaba su mirada de Yoongi.
—¿Me vas a decir qué te tiene tan enojado? —Habló con voz rasposa ya que no había hablado desde hace unos treinta minutos.
—No. —Dijo el menor, sus ojos se posaron en el cuello de Yoongi. Desde esa distancia se veía suave, con algunos lunares y las venas marcandose cuando apretaba su mandíbula.
—¿Hice algo que te molestó? —Preguntó y soltó un suspiro, miró a Jimin cuando se detuvo en el semáforo en rojo.
—No lo sé. ¿Lo hiciste? —Elevó una ceja, a ese punto ya casi no se sentía borracho. Haber tomado un poco de aire y toda la botella de agua que Yoongi tenía en el auto, había ayudado bastante.
—Espero que no. —Ladeó su cabeza y volvió a conducir, no entendía si Jimin estaba jugando con él, lo quería hacer enojar o realmente algo le había molestado al menor. —Pero si lo hice, perdón... Por las dudas.
Jimin apartó la mirada de Yoongi y la posó en el lado opuesto a él, mirando por la ventana el camino. Tenía un manojo de sentimientos en su estómago, daban vueltas y se entremezclaban. No, no era lo que bebió. Era lo que Michelle le dijo, lo que le había caído mal. ¿Yoongi tenía la culpa? No, no la tenía. Pero dios... Su mente era tan hija de puta a veces, que se imaginó todo lo que Michelle le dijo.
Imaginó a Yoongi pidiéndole que no lo mire a los ojos, que no lo bese mientras lo hacían, imaginó cada una de sus palabras sucias siendo susurradas en el oído de todas las que hayan sido sus amantes en el pasado. Imaginó sus manos tocando los cuerpos de tantas mujeres, tantas afortunadas de ser tocadas por él, de ser tomadas por él. Y eso lo estaba reventando de celos.
Pero también lo consumía la incertidumbre.
La incertidumbre de pensar en ¿Y si a él lo trataba igual que a todas ellas? ¿Sería afortunado de ser tomado por él sin que lo bese, sin que lo mire y que le susurre todas las marranadas que su mente se pueda llegar a imaginar? ¿O eso lo convertiría en uno más del montón? Quería ser especial para Yoongi, pero Yoongi no había tratado nunca a nadie de forma especial ¿Qué le daba la certeza a él de considerarse especial para el mayor?
Cuando llegaron a la casa del mayor, este le abrió la puerta y se quitó el saco, quedando con su chaleco puesto. Estaba hecho a medida y la camisa que llevaba abajo era un sueño.
—Toma, esto te ayudará a que mañana no tengas resaca. —Le dio una pastilla y un té. Jimin le agradeció y se sentó frente a la mesada, mirando a Yoongi beberse un café.
—¿Me puedo quedar aquí hoy?
—Claro que puedes. —Se pasó la mano por el costado de su cabello.
—Gracias. —Dijo y bebió un trago de su té, ver a Yoongi vestido así le estaba volando la cabeza. Un traje de tres piezas lo volvía todo un señor inglés y recordó la fascinación que tenía Yoongi con el estilo inglés. —Te ves increíble hoy. —No había por qué ocultarlo.
—Tú igual. —Yoongi bebió otro trago de café y luego dejó su taza a un lado, se acercó a Jimin y posó su codo en la mesada. —¿Vas a decirme qué ocurrió allá?
Jimin se replanteaba en si valía la pena decirle.
—No, no quiero. —Negó elevando su mirada hacia el mayor que se encontraba de pie frente a él. El rubio se agachó un poco y torció la comisura de sus labios hacia abajo, haciendo un gesto.
ESTÁS LEYENDO
❝Stupid boss❞ 𔘓﹙Yoonmin﹚
Fanfiction❝Donde Park Jimin es padre soltero de un niño de seis años que necesita conseguir trabajo a como de lugar. Hablando con su cuñado, este le comenta puede llegar a conseguirle un buen cargo en la empresa donde él trabaja. Nunca se esperaría que le toc...