❝Stupid boss❞ 𔘓﹙Yoonmin﹚

﹙ 17 ﹚

Yoongi llegaba a la oficina con una impecable sonrisa en su rostro, saludó a Namjoon, a todo el departamento de economía y caminando un poco más adelante a Taehyung. La noche anterior había sido demasiado perfecta para él, pasó la mayor parte del día con Jimin, fueron al desfile y coronó la noche con un cálido beso. Se sentía como un adolescente.   
Cuando se acercó a la recepción en donde estaba el menor sentado frente al computador, no pudo evitar quitarse los lentes de sol para mirarlo mejor.

—Buenos días querido. —Dijo con una pequeña sonrisa ladina. Jimin elevó la mirada y sonrió con el ceño levemente fruncido ante el apodo que el mayor le había puesto.

—Buenos días presidente Min. —Se levantó y tomó su mano, le sonrió cómplice y el mayor afirmó el agarre.

—Te espero en mi oficina en media hora. —Dijo y separó sus manos, aunque claramente no quería hacerlo.

Yoongi ingresó a su oficina y luego se dispuso a iniciar con su trabajo. Cuando encendió su computadora empezaron a llegarle muchos correos los cuales abrió y leyó, la mayoría eran de Jimin enviándole documentos importantes. Tomó sus gafas de lectura y empezó con su trabajo. Le tomó un poco más de media hora terminar con todos los informes, no era nada sencillo ser el presidente de la compañía, tenía que dedicarle tiempo a muchos problemas que sólo él podía solucionar, acuerdos y demás cosas. Vio como Jimin ingresaba a su oficina y tomaba asiento frente a él.

—¿Me necesitas? —Dijo apoyando su espalda en la silla.

—Por supuesto que si. —apoyó sus codos en la silla y juntó sus manos, mirando al menor. —Pero primero dime cómo estás ¿Dormiste bien? ¿Tienes resaca?

—Dormí muy bien, no tengo resaca. —Se sonrojó al escuchar las preguntas de Yoongi. —¿Y tú que tal dormiste?

—Dormí de maravilla. —Sonrió levemente y luego se llevó la mano a la boca, aun apoyando su codo en el posabrazos de la silla, tapando la sonrisa juguetona que empezaba a formarse. —Dime que no olvidaste cómo te despediste anoche.

Jimin posó sus manos en el posabrazos de la silla, sonrió y luego negó con la cabeza.

—No, la verdad no recuerdo nada. —Mintió, por supuesto que recordaba cómo se había despedido. Jamás podría olvidarse de ese beso que le había dado al mayor, quizá el alcohol lo ayudó un poco a dar ese paso, pero la realidad es que llevaba todo el día deseando besarlo y justo en la noche tuvo la valentía de poder dárselo.

—Así de descarado eres. —Se rió por lo bajo. —Pero aunque te hagas el tonto, me debes una cita. Me gusta mucho el curry picante.

—Curry picante será. —El menor sonrió. —A mi también me gusta el picante.

—Tenemos tanto en común. —Dijo en un tono divertido, estiró su mano sobre la mesa pidiéndole con la mirada al menor que la tome. Jimin por supuesto que posó su mano sobre la del mayor. —Lo de anoche fue...

No pudo continuar con lo que quería decir ya que oyó como tocaban la puerta. Iba a decir que «adelante» pero una impertinente figura rubia se adentró a la oficina. Llevaba puestos unos tacones altos y un jean rosa junto con un micro top del mismo color. Jimin soltó su mano de inmediato.

—Tenemos que hablar. —Dijo la mujer con el ceño fruncido mirando a Yoongi y luego a Jimin. —¿Nos dejas solos, empleado?

El menor sintió un calor en su pecho, como la llama de la ira se encendía. Ella no era nadie para darle ordenes.

—No, quédate aquí Jimin. —El mayor cambió su expresión a una molesta, miró a la ajena con frialdad. —¿Qué quieres aquí Michelle?

La mujer cambió su expresión a una más relajada, formó una sonrisa y continuó hablando.