La Candidata (Swanqueen)

Capítulo 26

Joder, parecen dos estudiantes universitarias en una fiesta. Jacinda había jurado que ese club es seguro, es un lugar donde nadie la encontraría. Ella había insistido en que incluso había visto algunas otras caras conocidas de la política de Maine en el club en el pasado. Había habido una regla tácita al respecto, lo que sucede aquí se queda aquí en lo que ella había confiado, y se había dejado realmente emborrachar en un intento por olvidarse de...

Ella echa un vistazo a la multitud, encuentra a Emma rondando los márgenes de la pista de baile, mirando a su alrededor con curiosidad mientras Neal se balancea y baila terriblemente con Mulan. Tamara está con Emma, ​​una mano apoyada en su espalda mientras mira a su alrededor. Todavía no se han unido a Jacinda y Sabine, lo que probablemente sea un movimiento inteligente. Si el fotógrafo no hubiera visto a Emma interrumpir su baile, entonces el fotógrafo no sabrá que lo están buscando.

Si el fotógrafo lo hubiera hecho, entonces, bueno... ya está jodida. Se mueve con la multitud, sus ojos escanean las fotos de nuevo, buscando alguna pista sobre el ángulo. Uno de cerca con ella y Marian, uno con ella y Jacinda y Sabine. El baile con Jacinda, desde el otro lado de la sala, como si el fotógrafo hubiera luchado por tener un nuevo ángulo...

La foto había sido después de que Zelena se hubiera marchado bailando, después de que ella se hubiera mudado al otro lado de la habitación. Zelena no está en ninguna de estas fotos. Y Zelena definitivamente vendería a Regina por una sonrisa de aprobación de su madre. Zelena había tomado las fotos y Regina lo siente como un rayo de rabia abrasando su cuerpo de adentro hacia afuera.

Se abre paso entre la multitud, las tormentas hacia la mesa donde la mayoría de sus compañeros de la noche se han reunido (Marian, afortunadamente, no se encuentra por ningún lado) y golpea su teléfono sobre la mesa. "Regina, qué..." Jacinda levanta el teléfono, mirando la página aún abierta en la pantalla. "Oh no."

"Tú hiciste esto", dice Regina, mirando a Zelena. “No podrías manejar solo… solo una noche sin hacer una obra de teatro para llamar la atención de madre. No podías tomarte un solo momento sin intentar arruinarme".

Zelena parpadea, le quita el teléfono a Jacinda, hace un gesto de mirar la pantalla un momento. Sus ojos se abren cuando mira hacia arriba, y es… es una falsa sorpresa, Regina lo sabe , conoce a Zelena como lo haría con cualquiera que alguna vez se hubiera posicionado como su enemigo. "¿Crees que tomé esas fotos?" ella dice, burlándose. "Por supuesto que sí. ¿Qué sería de una noche juntas si no terminara con usted haciendo acusaciones sin fundamento?"

"Vete al infierno", escupe Regina. Se siente como una idiota , como alguien tan ingenuo para creer que esta podría haber sido una noche inofensiva. “Sé que fuiste tú. Por supuesto que..."

Zelena vuelve a mirar las fotos y levanta la vista, de repente indignada. "Oh por favor. ¡Yo no tomé estas fotos! ¿Cómo pudiste pensar que yo…?" Da vuelta el teléfono para mostrar la pantalla, la imagen de ella bailando con Jacinda. "¿Crees que te sacaría de tu armario?" ella exige en un susurro áspero. "¿Yo?"

Regina recuerda, en un destello repentino, a Zelena en la casa de Marian después de que Madre echara a Regina, Zelena con una mano en el hombro de Regina y su boca abriéndose y cerrándose como si tuviera algo que decir. Ella no lo había dicho, pero había conseguido que Mary Margaret fuera puesta en libertad condicional por ello, que había sido lo más cercano al afecto que las hermanas habían compartido. "Creo que harías lo que fuera necesario para que madre... ¿qué, te amara?" Tiene los puños cerrados y da un paso hacia adelante, los ojos brillan con un dolor peligroso. “Sé que tomaste las fotos. Siempre quisiste que me golpearan, y ahora finalmente tienes una manera de-"

"Vete a la mierda", gruñe Zelena, y ahora se ve herida y enojada, tan herida y enojada como Regina. "Te protegí cuando la señorita Blanchard... te ayudé. ¿Y así es como me pagas? Al acusarme de...” Se endereza, los ojos parpadean. "Eres insoportable. Y todas esas imágenes son verdaderas. Eres un fracaso demasiado estúpido para pensar en las apariencias. No te atrevas a culparme de eso".