La Candidata (Swanqueen)

Capítulo 38

"No es gran cosa", protesta Marian, poniendo los ojos en blanco. “Tu madre solo está siendo tu madre. Ella está jugando contigo ".

“Mi madre juega para ganar”, dice Regina, poco convencida. Están en la oficina, los demás revolotean y fingen estar absortos en su trabajo mientras escuchan a escondidas. Los únicos que realmente están trabajando son Emma y Neal, haciendo llamadas telefónicas para sus invitados al mitin. La manifestación está comenzando a juntarse, un gran evento final antes de una serie de días de alcance comunitario uno a uno antes de las elecciones.

Las elecciones están tan cerca, y finalmente han llegado al punto en el que Regina puede comenzar a imaginar la vida después de ellas. No de una manera tangible, que sigue siendo una neblina tenue del futuro que no se solidificará hasta que se obtengan esos resultados, sino en deseos más inmediatos, como dormir y leer un libro y tener citas reales con Emma. Piensa en ello con nostalgia, también plenamente consciente de que no tiene idea de cómo dejar de moverse.

Pero primero, antes de los mítins, las elecciones y las fechas, hay que atender a su madre. “Mi Madre no inventa problemas imaginarios. Ella los crea y luego nos obliga a lidiar con ellos".

Marian suspira. "No es nada." Se sienta pesadamente en una de las sillas de su cubículo. "Cora debió haberle ordenado al abogado de Robin que cambiara de táctica. Está tratando de obtener la custodia principal".

"Y ha estado... usando tu tiempo aquí como una razón", repite Regina. “Ni siquiera son las nueve menos cinco para ti. Tienes estabilidad financiera. Y a Roland le encanta estar aquí". Se lleva una mano a la frente, disgustada e indignada. A Roland le encantaría estar aquí, y Marian tiene un horario flexible cuando está aquí, pero tiene otro trabajo y Robin trabaja muchas menos horas. Incluso cuando estaban felizmente casados, había sido Robin quien había recogido a Roland del preescolar y quien había estado con él mientras Marian trabajaba en la campaña. "Tienes que parar", dice con decisión. "Vete a casa. Consultaremos contigo, pero no quiero que..."

"No", dice Marian. Los demás han renunciado a todas las pretensiones de estar ocupados. Incluso Emma ha dejado su teléfono y las está mirando con el ceño fruncido.

Regina niega con la cabeza. "¿No?" ella exige. "Tu hijo-"

Hay dureza en los rasgos de Marian, una terquedad en su mandíbula cuando mira a Regina. "No me gusta que me manipulen". Sostiene la mirada de Regina, ignorando a su audiencia. “Voy a seguir viniendo aquí. Y yo también me aferraré a Roland. No dejaré que tu madre me convierta en un daño colateral". Se inclina hacia adelante, termina la conversación y Regina la mira con marcada consternación.

Daños colaterales. Eso es lo que Marian es para su madre, otra arma con la que atacar a Regina. Y Marian podría perder a su hijo por eso, podría sufrir más por la elección de Regina que la propia Regina, y Regina nunca podrá perdonarse por poner a Marian en esta posición.

Primero Neal y Emma. Luego Jacinda y Sabine. Y ahora Marian. Su madre va tras la campaña desde adentro ahora, luchando por tensarlas por las costuras hasta que se rompan. Regina ha creado esta campaña para contraatacar el daño que Madre le ha infligido a Storybrooke. Y ahora, Madre lo dirige primero a las personas que se habían unido a Regina en esto.

Ella tiene que defenderse. Ella tiene que protegerlos. Primero, la panadería y todas las tiendas de Main Street. Madre no se saldrá con la suya.

Emma está al teléfono de nuevo, todavía mirándola, y Neal está en la silla junto a ella con los pies en alto mientras se desplaza por su cuenta de Instagram. "Creo que tenemos a alguien", dice, sonriendo a Regina cuando camina hacia ellos. “Ella es Ariel. Gran personalidad de Internet en estos días y una cantante bastante exitosa. ¿Hace muchos de esos mini videos virales? E interpretó a una de las sirenas en la carrera de Jones en Broadway. Ella y yo hemos hablado en Instagram varias veces a lo largo de los años y parece interesada en participar en el mitin", dice, mostrándole a Regina una foto de una mujer bonita y pelirroja. "Tenemos esto".