𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟖

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Tom y yo duramos horas y horas en ese mirador,la temperatura comenzó a bajar más de lo normal y como era invierno oscureció más rápido haciendo que tuviéramos una vista más que preciosa.

Era extraño ya que siempre que estaba con Tom la luna salía como si algo quisiera decirme o como si era para vernos mejor a pesar de estar a oscuras.

—Olvidé preguntarte,¿tienes hambre? podemos ir a un restaurante el que tú quieras.

—Me vendría bien un café,muero de frío —dije metiendo mis manos en mis bolsillos—

—Vamos —dijo señalando su moto—

Subimos de nuevo a su moto,él nuevamente ayudó a abrocharme el casco y lo sujeté de su cintura e íbamos de regreso cuando de pronto una camioneta venía subiendo Tom inmediatamente se desvió haciendo que me confundiera un poco.

—¿Que sucede? ¿porque te desvías? —no sabía si Tom me había escuchado pero al cabo de unos segundos hubo respuesta—

—Tenemos que irnos de aquí,no quiero que salgas perjudicada—por suerte no nos vieron—

—¿A que te refieres?.

—Me están buscando,respecto al asesinato de la mañana.

—¿Es la policía? ¿no que estaban de tu lado?

—No,no es la policía.—tragué saliva con dificultad—

Al cabo de unos segundos estábamos de nuevo en la ciudad,y cuando miré hacia atrás la misma camioneta ya venía detrás de nosotros haciendo que Tom acelerara para perdernos de su vista.

—Sujétate bien—lo abracé fuertemente—

Todo va a estar bien —me dijo Tom quien no dejaba de mirar hacia el frente y de mirar sus espejos—

Yo cerré mis ojos con fuerza no quería ver la camioneta,no quería saber que podía pasar en esos momentos solo quería estar en casa sana y salva debajo de mis cobijas.
Sentía la vibración de la moto el aire era demasiado helado y aún teniendo el casco sentía mis labios secos y sin verme al espejo ya podía ver mis mejillas junto con mi nariz algo rojizas por lo helado sin contar la adrenalina que estaba sintiendo en esos momentos pude olvidarme del café que minutos antes me saboreaba.

—Mierda —dijo Tom—

Idiotas —dijo victorioso—

Paró en seco y me separé de él,estábamos fuera de un hotel y mi cuerpo estaba temblando tanto por el frío como por el susto que había pasado.

—Nos quedaremos aquí—miró el largo edificio—
En la mañana le diré a Jacob que pase por nosotros junto con mi escolta.

Te diré algo,pienso que no me hicieron daño por que venías tú detrás. —Fruncí el ceño—

—Entremos muero de frío— dije mientras mis labios temblaban—

Entramos y una un hotel demasiado lujoso,se podía sentir la calefacción y había demasiadas personas bien vestidas con largos sacos elegantes.Tom pidió una habitación para ambos.

Subimos un elevador para llegar a la habitación.

—¿A que te referías con que no te hicieron nada por estar contigo?

—A que ellos venían directamente conmigo o quizá podían bajarme de la moto y dejarte ahí para ellos encargarse de mí.

Además de que pude perderlos fácilmente,quizá eran novatos.—Salimos del elevador y llegamos a la habitación—

TOM KAULITZ-𝐋𝐎𝐒 𝐎𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐌𝐄𝐋𝐈𝐒𝐒𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora