"¿Puedes sanar mi corazón?"

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Chompu salió temprano del trabajo hoy para buscar a Engfa. Ella lo había pensado bien y, aunque realmente parecía ser algo humillante para ella, haber escuchado a la pelinegra decir esas palabras la convenció.

...

Chompu caminó hacia la hacienda y vio a Plaifa cargar algunas cosas en la camioneta, rápidamente se acercó con una sonrisa en su rostro.

"Hola, Plaifa", saludó con alegría.

"Hola Chomp, ¿estás buscando a mi hermana?"

Preguntó mientras continuaba con lo que hacía.

"Lo hago, sé que tiene mucho trabajo, pero me pidió que la acompañara", admitió.

"No sé por qué sigues aceptando, es tonto y no eres justa contigo, Chompu... ¿Cuándo se lo dirás?", preguntó y dijo preocupada por su amiga.

"Ya no vale la pena que lo sepa, sus sentimientos nunca serán los mismos... Pero estoy bien así", sonrío a medias.

"¿Realmente lo crees? siento que no es justo para ti"

"Déjalo así, ella está feliz, yo también", se apresuró a decir.

"Tú también deberías ser feliz, pero buscando a alguien que valga la pena, mi hermana ya es un caso perdido", se rió.

“El buscar a alguien”  de Plaifa hizo que se repitiera en la cabeza de Chompu una y otra vez, por un momento también pensó en;  “Nesaa, su bonita”  pero rápidamente lo borró de su cabeza.

Aún así, su corazón se aceleró un poco, y es qué todos tienen razón, pero su corazón seguía diciendo otra cosa.

Chompu reaccionó después y dijo.

"No deberías de decir eso de tu hermana", señaló.

"Chomp, ¿que haces aquí?", gritó Engfa mientras corría hasta ellas con una sonrisa.

Chompu sonrío mirándola.

"Cómo sea, me voy", susurró Plaifa alejándose.

Cuando la pelinegra estuvo cerca de Chompu, está habló con una sonrisa.

"Vengo a acompañarte ¿o que, ya tienes a alguien más?", preguntó con falsa seriedad.

"Para nada, estaba esperando tu respuesta", sonrío con emoción.

"¿Entonces estamos listos para irnos?", preguntó Chompu con una sonrisa.

"Sí, lo estamos, solo terminamos de recoger unas cosas más y nos vamos", respondió Engfa con una sonrisa.

• • •

Cuando terminaron de subir lo necesario a la camioneta, comenzó el viaje.

Realmente la montaña no estaba tan lejos. Fueron unos minutos conduciendo, hasta la cima, ya que allí tenían fuentes de agua potable, una cabaña y una gran bodega, donde guardaban comida para los animales, así como también maquinaria de trabajo.

Al parecer necesitaban traer algunas maquinarias a la casa principal, también limpiar la cabaña y arreglar algunas cosas de allá.

Cuando llegaron pronto comenzaron su trabajo, Chompu solo se quedó al lado de Engfa observándola mientras hablan para no aburrirse.

A veces también servía refrescos, agua o bocadillos a los trabajadores. Con decir que también limpió la cabaña un poco, era un lugar muy cómodo no estaba sucio ni viejo en absoluto, por el contrario parecía estar muy bien mantenido.

𝐒𝐔𝐂𝐇 𝐀 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora