Así que un regalo para mí, ¿no?

701 63 13
                                    


Narrado

Las dos se separaron y se miraron. Sus ojos lo decían todo, y sus respiraciones estaban aún más agitadas.

Sus pechos subían y bajaban. La necesidad de besarse de nuevo creció en ambas.

Chompu no sabía cómo reaccionar o qué hacer ahora. Y antes de que pudiera hacer algo, Nessa la tomó de nuevo, esta vez la llevó a la mesa, puso su mano en su cadera y la otra en su rostro para besarla sin parar.

...

Su sesión de besos y caricias terminó cuando un llamado en la puertas las separó de golpe, Chompu tenía que irse, y ahora su maquillaje y ropa eran un desastre.

Nessa la miró con una sonrisa triunfante. Sabía finalmente que Chompu también estaba enamorada o sentía algo, pero entendió que era difícil para ella aceptarlo cuando toda su vida aquí, aparentemente ha estado enamorada de Engfa.

Las dos todavía estaban allí mirándose, tal vez pensando.

Chompu realmente estaba pensando. Lo había aceptado pero no sabía qué hacer, ni cómo continuar después de lo que acababa de suceder, pero la dulce y escandalosa risa de Nessa la sacó de sus pensamientos.

"¿Qué es tan gracioso?", preguntó confundida y molesta.

"¡Es qué, Chom, tú, estabas celosa!", gritó nerviosamente, pero no pudo evitar reírse de nuevo.

La pelinegra la miró aún más intensamente.

Chompu, quería borrar esa sonrisa de su rostro, pero ella no lo hizo porque se veía linda, por lo que su mirada rápidamente se volvió suave, fue descubierta.

Nunca había sentido este sentimiento único, siempre pensó que sentía esto con Jeong, pero no, lo que Nessa la hace sentir era muy diferente y cálido, solo esa castaña tonta lo provocaba, realmente.

Nessa realmente causó que Chompu se muriera de celos y de amor por ella.

"Sí, lo estaba, me moría de celos", admitió sin mirarla a los ojos.

Nessa sonrió, no pensó que lo admitiría tan rápido.

"Sabes, que ellas, no me gustan, ¿verdad?", preguntó ilusionada mientras la miraba.

"Lo sé, no hay duda", susurró nerviosa.

Las dos sonrieron y no se escondieron. La castaña esta vez saltó de alegría cuando se acercó nuevamente a Chompu para rodearla con sus brazos.

"¿Entonces?", susurró.

Tenía una sonrisa muy adorable en su rostro.

"¿Entonces? ¿Tú y yo?", murmuró Chompu con las mejillas rojas.

"¿Una cita?", propuso la castaña con rapidez.

"Sí", respondió rindiendose ante ella, con una sonrisa.

"Sí, ¿qué?", fingió no haber escuchado, estaba jugando con ella.

Solo un poco, porque quería escucharlo de nuevo.

"La cita ¿Qué pasa si quieres ir conmigo?", preguntó un poco desesperada.

𝐒𝐔𝐂𝐇 𝐀 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora