Sándwiches...

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❝Una semana después...❞

Las chicas como saben, todavía siguen de vacaciones en la hacienda, ya que la pareja de recién casadas, aún no tendrá su luna de miel. Pero eso no era un impedimento para disfrutar.

Todos parecían divertirse, salían por las noches al bar (excepto Engfa) por las mañanas en cambio, iban a disfrutar del río y de vez en cuando por las tardes salían a pasear.

La verdad era que en la hacienda habían muchas cosas que hacer, conocer, ver y mucha diversión también. Hoy no fue la excepción, ya que Nessa, Chompu, Heidi y Pichy salieron a dar un paseo a caballo mientras que Engfa, Plaifa le enseñaron el arte de sembrar y cosechar a Pez y Tina.

Charlotte también, estuvo ayudando a sembrar. Por otro lado Isabella tuvo un día tranquilo, aunque la verdad era que la jóven doctora, había salido a la ciudad temprano, por algunos exámenes de Charlotte. Ella estaba y quería estar pendiente de su amiga por el resto de su embarazo.

• • •

Charlotte hoy llevaba puesto un hermoso vestido blanco con flores amarillas en él y un sombrero de paja con un lazo adorable que la cubría. Sus mejillas estaban rojas de tanto caminar y recoger frutas bajó el sol, pero ahora caminaba con un sándwich en una mano y en la otra lleva una limonada con muchos hielos.

Estaba tan concentrada en terminar su delicioso sándwich, que se quedó ahí de pie, debajo de un árbol a unos pasos de las chicas, realmente se olvidó de que llevaba esa limonada para su esposa, que estaba muy sedienta.

Engfa, que la miró a lo lejos, se rió suavemente de ello y se acercó a ella en silencio.

Cuando estuvo muy cerca, la rodeó con sus brazos estando detrás de ella. Suavemente sus manos acariciaron su vientre. Charlotte se sintió emocionada al sentir esa sensación cálida y confortable, pero siguió comiendo.

La pelinegra que la miraba con adoración, besó sus mejillas dulcemente. Sabía que al parecer los sándwiches eran el primer antojo de su esposa, por lo que realmente se sintió feliz de saber, que ya está empezando a comer más.

"Nu ¿me das un poco?", preguntó con una sonrisa mientras apretaba su cuerpo más al de ella. "Se ve tan delicioso", admitió entre los besos que dejaba en sus mejillas.

Charlotte la miró por el rabillo del ojo, ya casi lo terminaba y la verdad no quería compartirlo.

Miró ese sándwich en su mano como si fuera su última comida en la vida, se lamió los labios sintiendo el sabor y se giró para mirar con más calma a los ojos de su esposa.

"Bien...", respondió. "Solo un mordisco pequeño ¿va?", susurró llevando su sándwich a la boca de su esposa.

"Sí, preciosa" Respondió está, con una sonrisa mientras continuaba abrazándola y abría su boca para tomar un poco.

Pero al final de todo la pelinegra no le dio un mordisco pequeño, si no un gran mordisco que lo dejó a mitad, y no se detuvo ahí, Engfa tomó el sándwich en sus manos y lo terminó.

Charlotte la miró sorprendida y con un puchero, luego miró la limonada en su mano. Ella se vengará.

"Esto es tuyo, amor", declaró, pero en lugar de dárselo, bebió un trago completo. "Mmm... Refrescante", murmuró con una sonrisa divertida.

No se lo bebió todo, pero Engfa también hizo un puchero cuando vio el vaso a la mitad.

"Oye", se quejó después.

"¡Eso es para que no vuelvas a comer mi comida y habló en serio!", señaló.

"No lo volveré a hacer", respondió. La beso con rapidez y la llevó de la mano a una silla de madera qué estaba en el lugar. "¿Pero puedo comerte a tí?", pidió con picardía o preguntó mientras la hacía sentarse en su regazo.

𝐒𝐔𝐂𝐇 𝐀 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora