Extra. #1

981 67 31
                                    

Qué te puedo decir, ha pasado mucho tiempo desde la última vez ¿no? Engfa y Charlotte son realmente un gran matrimonio, lleno de amor y comprensión, aunque claramente nada es perfecto en una relación.

Pero ellas lo logran superar y hacen que todo parezca fácil.

Cualquier problema se resolvía rápidamente, solo hablaba y un par de besos por ahí y todo estaba realmente arreglado para ellas y su pequeña familia.

⭑ ⭑ ⭑

Hoy era un día muy frío en este lado del país, pero al mismo tiempo, había un calidez que calentaba un poco su cuerpo.

La sensación fue agradable para la niña de ojos marrones que llevaba un sombrero negro que era muy grande para ella y le cubría ligeramente su rostro, pero le encanta usarlo y bueno, fue su madre quien se lo puso hace un rato cuando llegó a casa del trabajo.

Estaba parada allí, debajo de un árbol alto con una flor en la mano, temblaba un poco, pero una sonrisa estaba en su rostro.

Esperaba ver pronto a su querida amiga de cabellos rojizos.

Sí, tal vez era demasiado tarde para estar afuera y un poco lejos de la casa, pero a la pequeña no parecía importarle, realmente se había escapado para ver a su amiga, de nuevo.

Digo que de nuevo, porque no era la primera vez que lo hacía, aunque realmente no tenía por qué hacerlo, ya que sus familiares son cercanos y se ven siempre, se puede decir que han crecido juntas en los últimos años pero a veces no daba tiempo de verse o jugar, por eso tal vez la pequeña octava por escabullirse sin permiso con su amiga.

...

La sonrisa de la castaña rápidamente se hizo evidente, cuando vio a la pelirroja corriendo hacia ella, ambas lo hicieron. Corrieron y se estrellaron torpemente, haciéndoles caerse al suelo, pero se rieron con mucha diversión por ello.

"Lo siento, este sombrero no me deja ver, aún así me gusta mucho", sonrío y admitió torpemente en el suelo.

La pelirroja, que también estaba en el suelo, se echó a reír por el comentario.

"Te ves bonita con él", fue su respuesta.

La niña del sombrero se lo ajustó y la miró directamente a los ojos, regalando una mirada adorable.

Sus mejillas rápidamente ardían por alguna razón desconocida para ellas.

"Oye, al final sí viniste", susurró ahora cambiando de tema, la pelirroja, ayudándola a levantarse.

"Es qué, quería jugar contigo... te traje esto", respondió rápidamente y mostró la flor un poco golpeada por la conmoción de ambas, pero seguía siendo un girasol lindo y fuerte.

Sus corazones latían rápido, como si estuvieran jugando sus juegos favoritos. Las mejillas de la niña se tornaron rojas como su pelo y sonrío tomándola.

"¿Un regalo?", susurró, mirando emocionada al girasol.

"Ella ama los regalos", recordó la castaña.

La niña de ojos marrones asintió mientras la miraba con atención y adoración.

"¡Sí, gracias, me encantan los regalos!", saltó con emoción. Luego miró atentamente a la niña del sombrero. "Pero ¿Por qué una flor para mí?", preguntó ahora con curiosidad y dulzura.

"Es un girasol", agregó nerviosa. "Son lindos y los favoritos de mi mami, ella me dijo que estos se los regala mi mamá, porque ella es su enamorada y yo también quiero tener una enamorada, además eres mi amiga y también eres muy linda como este girasol", explicó rápidamente y con las mejillas aún más rojas.

𝐒𝐔𝐂𝐇 𝐀 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora