"¿No quieres que te ayude?"

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Ya habían pasado unos días, desde lo que sucedió. Todo estaba tranquilo y algo diferente.

Pero hoy, Charlotte había tenido otro encuentro con Win, él regresó solo para pedir perdón, de nuevo, pero para su mala suerte la pelinegra no estaba sola esta vez.

La madre de Engfa estaba cuidando la, ya que, ahora que todos sabían la verdad, ellas se acercaron de nuevo, pero esta vez como su suegra.

Él padre de la pelinegra también lo aceptó, finalmente. Y se alegró por su hija, ya qué después de todo, los padres de Charlotte también la aceptaron.

Finalmente aceptaron su relación.

Win estaba más que contenta, ahora entraba a la hacienda y a la habitación de su novia como si esa hacienda también le perteneciera.

Bueno, en cuanto al encuentro de Win y Charlotte esa tarde oscura. Él Sr. Austin encontró su paradero y lo siguió, qué sorpresa tendría Jackson, porque no iba solo.

• • •

"¡Aquí estás!", señaló la pelinegra. "¿Con qué te atreves a tocar a mi esposa, verdad?", declaró enojada.

Engfa no perdió tiempo en acercarse al chico que se sorprendió al verla y sin darle tiempo a defenderse, la castaña de mechones rubios lo tomó por la camisa y su puño fue directo a su cara.

"¡Esto es lo que te mereces, imbécil!", declaró con enojó.

Win parpadeó rápidamente, el dolor fue intenso, se llevó la mano a la cara mientras ella lo empujaba.

Él tocó su labio inferior con sorpresa, ya estaba sangrando.

"¿Qué hiciste?" Estaba a punto de decir algo más, pero otro golpe se estrelló contra su cara, haciéndolo caer completamente al suelo.

Y esta vez no fue Engfa quién lo golpeó, sino el Sr. Austin, que ahora estaba de pie junto a la castaña.

"¡No vuelvas, ni siquiera te atrevas a tocar a mi hija una vez más, porque te juro que te quemaré las manos!", gritó, agarrándolo de nuevo por la camisa para dejárselo más claro.

Engfa también lo miró, quería decirle muchas cosas y tal vez golpearlo un poco más, pero esperó en silencio, sabiendo que las palabras que le diría su suegro lo lastimaron más.

"No era mi intención, lo siento, lo siento mucho...", suplicó, poniéndose de rodillas. "¡Me arrepiento de todo, realmente me lo merezco, realmente me lo merezco!", susurró, escupiendo sangre por su boca.

"Nunca pensé que nos harías esto Win, realmente te tenía cariño...", suspiró decepcionado. "Cometiste muchos errores pero eres totalmente consciente de ello, no tengo por qué tenerte rencor, aunque lo que hiciste se considera algo imperdonable lo acepto y te perdonó, no sé si mi hija lo hará alguna vez, pero no quiero verte más aquí, vete y no vuelvas, por favor".

"Gracias, le juró que no volveré más", prometió dolido, mientras lloraba.

...

Ambos se quedaron ahí, observando cómo él chico se iba de verdad, porque de lo contrario tendría problemas más serios que unos cuantos golpes.

𝐒𝐔𝐂𝐇 𝐀 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora