CAPITULO 26

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Era viernes en la noche, el día había sido ajetreado y bastante extenuante para Rebecca, había estado trabajando en el antídoto sin mucho éxito, tenía avances pero no los suficientes para llevar a cabo lo que él buscaba.

Cerca de las 8:30 salió de bañarse, se seco el cabello y preparó el vestido que usaría está velada. La prenda era un poco corta y hábilmente ajustada para denotar su bella figura, a su vez un sutil escote y un color verde oscuro bastante atrayente.

Leon pasaría por ella a las 9 en punto, irían a cenar a un restaurante italiano y por lo que dijo el rubio, le encantaría tan solo al entrar. El agente fiel a su estilo hizo sonar el claxon del vehículo, ella supo de inmediato que era él, por consecuencia se retocó sus labios y tomo el pequeño bolso que usaría, dió un par pasos y se detuvo justo antes de llegar a la puerta, chasqueo sus dedos y de inmediato se precipitó hasta el cajón inferior de su mesita de noche, busco repetidamente en medio de un montón blusas que había dejado de usar hace mucho, justo al final, casi al tope de la madera, los encontró.

"Aqui están"

Eran un par de preservativos que le había obsequiado Jill hace unos meses, recordó que aún los tenía y que seguramente en algún futuro usaría, no lo pensó demasiado y los tomó, guardandolos en su bolso para más tarde.

De cualquier forma, ella sabía que en algún punto lo harían, y si era está noche estaría encantada, la velada perfecta para que Leon la tocará sería en esta ocasión pero sus intentos de seducción eran deficientes, no era exactamente la mujer con más experiencia pero se vistió lo suficiente sensual está noche para que él diera ese paso.

Durante la cena ella demostró todos sus modales, utilizó cubiertos sin dejar nada al azar, por supuesto solo se enfocó en él. "Dios Santo... Se ve tan atractivo " Pensó en un sin fin de ocasiones, eran tan detallista, tan refinado al hablar, tan correcto y sobre todo sumamente gentil para cualquier cosa. En un momento Rebecca se sintió profundamente apenada por desear acostarse con él está noche, no podía evitarlo, sus instintos femeninos sucumben ante él.

Entonces de camino a casa, ella tragó saliva, estaba agitada y su pecho se encontraba al borde de una irremediable tensión, pero le dijo suavemente rezando para que él entendiera la indirecta.

-Sabes, tengo un vino italiano que me regalaron mis papás hace un año ¿Quieres probarlo?

En ese momento Leon movió sutilmente sus labios e inclinó ligeramente la cabeza, no se giró, era evidente que no era tonto pero temía apresuar las cosas, sin embargo, no podía decirlo que no a ella.

-Claro, porque no.

(...)

Ambos entraron y encendieron la luz-Ponte cómodo, buscaré el vino.

Leon asintió y busco un lugar en el sofá, encendió la televisión y esperó.
Por otro lado Rebecca se dió cuenta de que su invitación no tendría ningún tipo de fundamento.

Cuando ella volvió a la sala llevaba un par de copas pero sin el vino, ambas copas estaban llenas.

-Aqui tienes.

-Gracias-El dió un pequeño sorbo y de inmediato hizo una expresión extraña-Mm... vaya tiene... un sabor bastante-Le miró un tanto desencajado.

-¿Barato?Ah... Lo sé, no es italiano. Lo compre en Walmart la semana pasada.

-Ah... Bueno no importa, igual está bueno.

Cuando se percato que había hecho el ridículo, ella dejó la copa aún costado y se acercó más a él, eliminando cualquier espacio que existía entre los dos y siendo aquella mujer directa que alguna vez Jill le sugirió.

Cuando estoy contigo | Leon y RebeccaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora