CAPITULO 15

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Rebecca cubrió su cabeza con la manta con suma energía, había cerrado sus ojos al creer que alguien se acercaba por el pasillo. Era una obviedad que se trataba de Leon y con mayor razón se cubrió, a pesar de estar completamente vestida, el simple hecho de que el agente Kennedy la viera tendida en su cama le apenaba demasiado, las vulgaridades resultaba ser un tema tabú para su persona.

Tras varios minutos bajo la manta, decidió levantarse con cautela. Eran las 7:42 AM y por consecuencia la temperatura era baja pero bastante reconfortable, una débil voz le decía "Ojala pudiera sentir la calidez de Leon ahora mismo"

Se hincó para buscar sus zapatos pero solo encontró uno de ellos. Se molestó pues el piso estaba frío además de poder ver una cuentas astillas que molestaron la planta de su pie, entonces se percató de un par de pantunflas que Leon tenía en el rincón. No parecían haberse usado demasiado por lo que las tomó ignorando el hecho de que le quedaban algo grandes.

—Bueno... supongo que es mejor que andar descalza.

Posteriormente examinó la habitación a detalle, estaba convencida que era de Leon y no una de huéspedes, ¿La razón? Había ropa de hombre tendida en el suelo, exactamente del estilo que el agente vestía, también el aroma a su perfume imperaba en la habitación, no era el hombre más ordenado pero tampoco el más descuidado.

Husmeo unos segundos sin llegar a tocar nada, su estante de ropa siquiera pensó en abrir, era evidente que su ropa se encontraría ahí. A todo esto, se preguntó dónde estaba Leon, llevaba minutos despierta y no había una señal de que el estuviera.

Abrió la puerta y salio de la habitación camino al pasillo, este último estaba ligeramente oscuro y bastante helado, no obstante encontró un claro que finalizaba en la sala de estar. Allí se detuvo, debido a las pantuflas no hacía ruido al caminar por lo que el agente, de espaldas y por lo que veía a primera vista, parecía estar trabajando en su computadora no escuchó su aproximación.

Aquella imagen de Leon sentado en su sofá de forma muy casual la imagino un montón de veces, nunca antes había tenido esa oportunidad y hoy, la estaba teniendo, incluso aquella sensación de deja vu pudo llegar a su mente.
Rebecca dió un par de pasos al frente, pero se detuvo en seco, pensó en como actuar de ahora en adelante con él. ¿Debía darle el buenos días con un beso? ¿Un abrazo? ¿Un mimo? o un ¿Que tal de forma indiferente? la poca experiencia en este tipo de situaciones la hizo entrar en pánico.

Pero al final colocó sus manos justo detrás, por extraño que fuese, sintió timidez pero entendía que era muy ridículo. El día anterior se había quedado un largo rato besandose con Leon y hasta se dijeron un montón de cosas bastante románticas a su consideración.

Negó con su cabeza antes de acercarse y rodear con sus brazos el cuello de Leon muy sutilmente. El agente movió su mirada un poco para después sonreír plácidamente.

—¿Dormiste de buena manera anoche?—Adjunto la mujer muy cerca de la mejilla de Leon.

—Un poco si, el sofá no es muy comodo sabes.

Ella esperaba una respuesta semejante—En ese caso me hubieras acompañado en la cama.

Repentinamente Leon dejó de teclear y se giró.

—No quería incomodarte, además... se hubiera prestado a malas interpretaciones una vez despierta.

—Entiendo, pero... a partir de ahora, eres libre de hacerlo—En adición, Rebecca volvió a besar a Leon para volver a sentir tan cálida sensación que la acompañó anoche.

Al separar sus labios, el agente Kennedy tenía los ojos cerrados. Ella no pudo evitar sonreír, porque podía provocar tales emociones en él, y eso le encantaba.

Pero aquel momento resultó ser efímero puesto que Leon susurró lo siguiente—Necesito volver a la casa blanca está tarde, tendré que reportar mis hallazgos...

Para ese momento Rebecca ya estaba acurrucada junto a él en el sofá. La lentitud en como lo dijo le daba a entender que no quería asistir, lo notaba en su pesadez pero era su deber y responsabilidad.

—...

—Esta bien, cuando regreses te tendré lista una cena en mi departamento, solo tu y yo, una velas y... quizás una historia que contar.

Leon no quería irse de ella, estaba convencido que había encontrado su lugar junto a Rebecca. La manera en como ella le miraba era reconfortante, dulce y hasta necesario para su día. Cuando se levantó ella le acompañó hasta la habitación, se mantuvieron en silencio pues disfrutaban incondicionalmente hacerlo.

Rebecca se quedó en el marco de la puerta, mientras Leon armaba su maleta. No sé lo dijo, pero resultaba una obviedad que se ausentaría unos días. Cómo la llamada había sido tan repentina y en medio de una avancé ante su posible relación, todo fue trágico para el corazón de la mujer, que había comenzado a latir una vez más para un solo hombre despues de mucho, pero mucho tiempo.

Por unos segundos no pudo evitar imaginarse estando casada con él. Ya había visualizado dicha escena en su mente debido a tantas historias, novelas y series que había visto en su momento, su marcha dejaría una hueco en su corazón pero al mismo tiempo un aliciente por verlo más y más.

Justo antes de ponerse la corbara, Rebecca se interpuso para hacerlo ella misma, y obtener el momento más necesario antes de que Leon se fuera a Washington.

Por supuesto, lo hizo sin prisas y sin dejar de hacer contacto visual con él. Lo estaba devorando con la mirada mientras se morían por volver a besarse y porque no, tener un momento íntimo que ambos deseaban.

—Listo—Explico la mujer dando al final un par de palmadas en el pecho del agente.

—Gracias, no soy muy bueno poniendo corbatas.

La mujer también tomó sus cosas y juntos salieron del departamento. Durante el pasillo, sus manos se rozaron un montón de ocasiones. Leon intentaba tomar la mano de Rebecca y está última no pondría ninguna objeción en lo absoluto.

Al bajar en el elevador, sonreían cada momento en que sus ojos colisionaban y un rubor muy notorio se marcaba en ella. Camino a la salida del edificio Leon dijo—Ire al aeropuerto, pero pasaré por tu departamento... ¿Quieres que te lleve?

Era una oferta tentadora, pero había traído su auto.

—Gracias Leon pero...—Temia que rechazarlo le borraría aquella sonrisa encantadora—Pasare en esta ocasión.

Sin embargo, Leon lo tomó de buena manera a pesar de haber sido rechazada su oferta. Dejó su par de maletas en maletero y regreso para besar apasionadamente en los labios a la Dra. antes de irse.

—Te veré en 2 días—Dijo muy enérgico.

—Esta bien, eh... tienes número, llámame está noche o mañana, estaré esperando tu llamada—Rebecca lo abrazó instantes despues, no quería soltarlo, había sido perfecta la noche anterior y parte de la mañana, dejarlo ir sería volver al color gris de su vida antes de él.

Al despedirse cada uno miró hacía atrás, está vez no al mismo tiempo por lo que sintieron decepción uno con el otro, no obstante debían separarse por el momento.

(...)

A las afueras de un restaurante de comida vegana que se ubicaba justamente enfrente del edificio donde vivía Leon, un par de sujetos habían visto la escena de forma encubierta. No tenían aspecto de ser del servicio secreto y tampoco de que tuvieran las mejores intenciones, su atención se había ido a Leon y Rebecca.

Cuando estoy contigo | Leon y RebeccaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora