CAPITULO 3

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Eran las 11:30 de la noche en el Pent-house dónde Leon se había hospedado, se había quedado bebiendo un rato hasta que Hunnigan por fin llegó a la ciudad, la habían escoltado 3 agentes de la D.S.O. Su llegada intentó ser discreta pero no fue así.

Al entrar en la habitación, Leon ya un poco pasado de copas por el alcohol alzó sus brazos asumiendo que ella se alegraría de verlo, la mujer le dejó su equipo a uno de los agentes para que lo llevará a la habitación continúa, posteriormente ella dio paso a ver porque Leon se encontraba así.

—Bien ¿Ahora que pasó?

—¿Qué pasó de qué?—Espeto el agente dejando la botella en la mesa.

—No quieras divagar Leon, haz estado bebiendo más de lo normal, ¿Tu trabajo donde está?

Asumiendo lo peor, Hunnigan lanzó una mirada amenazante pero el agente Kennedy le indicó con su mano el informe que había hecho esos días.

Ingrid camino al escritorio para después tomarlo con sus manos, lo abrió y leyó brevemente para posteriormente ver el lugar de su compañero. La habitación estaba limpia, demasiado para estar siendo habitada por Leon.

—Buen trabajo, mejor de lo que hubiera esperado, ¿Dónde está Rebecca?

Entonces Leon se incorporó del asiento y volvió a tomar una botella de licor, pero rápidamente Ingrid lo interceptó y se la quitó-Basta de alcohol por hoy.

Él suspiró con derrota asumiendo que no podía hacer más. Se dejó caer en el sofá dónde anteriormente se encontraba, subió el volumen a la televisión y pareció relajarse.

—No respondiste mi pregunta.

—Agh...—Exclamo el agente rascando su oreja—Supongo que en su departamento, no lo sé, le asigné un par de agentes para que le vigilen en mi ausencia.

—Creí que habías dicho que ella sería tu responsabilidad.

—Y lo es—Adjudico muy seguro en su palabras—La cuestión es que tuvimos una pequeña disputa está tarde y...

—Esto no parte del plan—Le interrumpió Ingrid—Déjame refrescarte la memoria Scott. Tu más que nadie sabe lo peligroso que es esta misión y, si la vida de Rebecca es de alguna manera puesta en peligro sin haber concluido el objetivo, van a rodar cabezas, nuestras cabezas... ¿Lo comprendes?

Él asintió con pesadez, estaba ansioso por el alcohol ingerido pero consciente, Hunnigan había sido muy clara con las instrucciones, pero dado que nada malo había pasado desde que llegó a Washington, no creyó que más de 2 agentes vigilando su departamento fueran necesarios, al menos por el momento.

(...)

Al otro lado de la ciudad, Rebecca tenía una larga charla con sus padres por teléfono. Había sido rutinario está actividad pero ahora más que nunca. Su madre era bastante sobreprotectora mientras su padre era la expresión clásica de un padre americano.

En su sala, Jill cambiaba de canal mientras reposaba sus pies a lo largo del sofá. Miró su teléfono para ver la hora, segundos después Rebecca apareció del pasillo para acompañarle.

—¿Siguen ahí?

Jill bajó su cabeza de arriba a bajo pero ahora con una cara menos preocupada, había pasado ya más de medio día y aquellos dos sujetos no parecían tener malas intenciones, más bien parecían vigilar, ni siquiera intentaban ocultar su presencia demasiado.

—¿Crees que Leon los haya enviado?—Dijo Rebecca cerrando las persianas en su totalidad.

—Puede ser, aunque depende de que tipo de misión te haya metido.

Cuando estoy contigo | Leon y RebeccaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora