3- Adiós Bloqueo Creativo.
Charlotte.
Dia 3.
Seguí observando el lugar y nada de lo que había me llamaba la atención para una foto.
Tenía que ser una puta broma.
¿Estaba en bloqueo o que carajos?
Decidí salir sola a recorrer la ciudad. Estaba en un parque desolado porque necesitaba algunas fotos para la galería de Los Ángeles. El tema de esa galería se centraba más en la melancolía, tristeza, dolor... y todo lo relacionado con eso.
Tenía unas cuantas, pero faltaban más.
Ya había recorrido varios parques, entre otros lugares turísticos, pero nada parecía interesarme. Lo que era extraño dado a que las fotos tristes eran lo que mejor sabía hacer.
Suspiré, resignada a conseguir algo ese día.
Aún tenía tiempo.
En dos días sería la galería en Memphis. Ya las fotos de esa presentación estaban casi preparadas, solo me faltaban dos por darles toques finales para mandárselas a Emily.
Había sido muy agradable conmigo. Podía notarse lo encantada que estaba.
Dato curioso: tampoco le agradaba Maia.
Por cierto, no había sabido nada de ella. Probablemente estaba disfrutando en grande en Paris.
Aún seguía sin poder entrar en mi cabeza el hecho de que le haya pedido ese tiempo a Jason. El chico estaba tan bien... Y debo admitir que mi autocontrol se iba un poco al carajo cuando lo tenía cerca. Es que, tener a esa belleza frente a mi y no poder coquetearle como lo haría normalmente se me hacía un trabajo duro.
Ay si, no se vaya a caer el mundo porque Charlotte Baker debe tener un poco de autocontrol.
Pedí un Uber y en menos de media hora ya estaba frente al edificio. Subí por el ascensor luego de saludar a el chico de recepción, que parecía querer de todo menos estar ahí.
Quitando eso de la situación, me había estado gustando mi estadía temporal en el edificio. Maddie me hacía sentir bienvenida cada vez que podía. Me contó muchas cosas sobre su vida, y escucharla hablar no me irritó, sorprendentemente. De hecho, me gustó compartir más allá de los temas relacionados con el trabajo. Como si fuésemos... amigas.
Cuando entré al departamento, estando hasta el tope de estresada, no me fijé en nada. Caminé con los dientes apretados hasta las escaleras y las subí de la misma manera. Entré a la habitación y solté un suspiro lastimero contra la almohada.
Me quité las lentillas y refregué mis ojos, acostumbrándome.
Decidí darme una ducha de agua caliente.
Cuando salí me coloqué un conjunto gris de mono ancho y una camisa de tirantes. Me puse unos guantes y me coloqué mis gafas para luego ir al estudio.
Entré a este, encendiendo las luces. Me senté en el escritorio y encendí la laptop para meterme directamente en la carpeta de la galería de Memphis y enseguida empezar a trabajar en los últimos detalles de esta.
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60 Días Para Enamorarse.
RomanceTener lo que necesitas, no es tener lo que quieres. Decir que no necesitas algo, a veces, es decir que lo quieres.