XXXII

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|Último Capítulo|

— Prometan volver –dijo Anne con una sonrisa, cuando empezamos a caminar hacía los controles de aduana.

— Antes de que empiece la gira. Lo prometo –dijo Harry con voz fuerte, antes de que desapareciéramos.

Aunque no fue mucho tiempo lo que pasamos en la casa de mi suegra, han sido los más maravillosos cuatro días que pasamos en Inglaterra. Ahora mismo, nos dirigimos a Florida. Para ser específica, a Boca del Ratón, el lugar que me vio nacer.

Mi mamá tiene una idea de que voy a presentarle a mi novio. Y lo digo porque está en todos los titulares de revistas y periódicos, el que yo viniera a Holmes Chapel. Pero lo que me preocupa es su reacción cuando sepa que me voy a casar. No ahora, pero lo haremos en un futuro, y sé que es algo que no va a aceptar, ya que aún soy su niña pequeña.

— ¿En qué mantiene ocupada esa mente, mi niña preciosa? –susurró la voz grave que me mantiene loca, justo en mi oído.

— Estoy pensando en lo mucho que te amo –dije sonriéndole, aunque por dentro la angustia me está matando.

— Sé que no es eso. Vamos mi amor, dilo –insistió tocando mi frente con un delicado beso.

— Estoy preocupada por la reacción de mamá cuando sepa que nos casamos –admití.

Harry me miró seriamente y subió el reposabrazos que nos separa en los asientos.

— No pienses mucho en ello mi niña, prometo que en voy a ganar a mi suegra, aunque sea lo último que haga –prometió.

— A veces me pregunto por qué eres tan tierno –susurré sin darme cuenta.

— Eso viene en mis genes, pero ¿sabes? Lo uso sólo contigo y con mis fans –sonrió guiñándome el ojo.

No pude evitar poner mi sonrisa de tonta enamorada. Estiré mis brazos lo más que pude, y los envolví alrededor de mi niño. El que hace mis días mejores.

La azafata nos ofreció refrescos y comida durante el viaje, y aunque la comida de clase VIP no era tan mala, ninguno quiso comer mucho. Llegaríamos a casa a eso de medio día, así que mamá nos tendría preparado un almuerzo, en el cuál estaría mi hermano, mi padre y su esposa, mis abuelos y algunas personas importantes en mi vida.

Estoy nerviosa, pero sin embargo feliz de que al final encontré a la persona con la que voy a pasar el resto de mi vida. Y es nada más ni nada menos que el chico más especial del mundo. Mi Harry Styles.

Sentí el cálido sol de Florida alumbrar mi piel cuando salimos del aeropuerto. Harry dio un leve apretón en mi mano, y juntos empezamos a caminar en dirección de los taxis que estaban a un lado del aeropuerto.

El joven nos abrió la puerta cortésmente, y ayudó a Harry a subir las maletas. Una vez arriba, le di la dirección de la casa de mi madre, y partimos.

Durante el trayecto, Harry se la pasó jugando con los mechones que se escaparon de mi coleta. Está nervioso, lo sé, y yo también.

— Son 7,80$ –susurró el taxista cuando nos dejó en la puerta de mi antigua casa.

Rápidamente saqué un billete de 100$ y se lo entregué.

— Muchas gracias por su servicio –le guiñé el ojo.

El joven felizmente, nos ayudó a sacar las maletas de la cajuela, y silbando se fue. Al menos sé que es honrado y hice una buena obra de calidad.

Harry tomó mi mano, y empujando las maletas, caminamos hasta la entrada del jardín. Toulouse y Ophelia salieron a recibirnos meneando sus rabitos y ladrando de felicidad, haciendo que segundos después la puerta principal se abriera, revelando a mi madre, quién salía a ver que era lo que hacía ladrar a los cachorros.

We 2: Be my Baby ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora